(CNN Español) – “El respeto es mutuo y todos lo saben”, dijo el boxeador Jaime Munguía cuando estuvo frente a su compatriota Saúl “Canelo” Álvarez, uno de los pugilistas a los que creció admirando, durante un evento de prensa en marzo.
Munguía, oriundo de Tijuana, se enfrentará a Álvarez este sábado en un combate en el que no puede dejar intimidarse frente su experimentado rival si quiere lograr una victoria sobre el campeón mundial indiscutido de peso supermediano.
Para Munguía, la afición al boxeo podría ser un gusto heredado, ya que su padre tuvo una carrera profesional en la categoría de pesos pesados con dos victorias en 13 combates, de acuerdo con sitios especializados.
Desde joven, Jaime Munguía mostró que podía llegar más lejos. Destacó en su adolescencia en la Olimpiada Nacional, aunque no buscó ir a los Juegos Olímpicos.
Su debut profesional llegó en 2013, a los 16 años, con una pelea que venció en apenas dos rounds a Manuel Mora. Ese año, dos meses después, Canelo, con 23 años, ya estaba en Las Vegas enfrentando a Floyd Mayweather Jr.
Munguía, diestro y con su postura tradicional ortodoxa en el cuadrilátero, continuaba progresando sin conocer la derrota y dejando su sello de nocaut.
En 2016 tuvo siete peleas, varias de ellas con rivales más experimentados, y por primera vez combates fuera de Baja California, con duelos en Sonora y Nuevo León. Su fama iba creciendo y en 2017 tuvo su primer combate en el extranjero, cuando venció a Paul Valenzuela Jr. en dos rounds en Las Vegas.
En 2018 estuvo cerca de conseguir una pelea estelar, cuando fue invitado para ser el rival del kazajo Gennady Golovkin. Sin embargo, la Comisión de Boxeo de Nevada no dio su visto bueno y no le otorgó la licencia para el enfrentamiento en Las Vegas, según repasa la biografía de Munguía en la página de su copromotora Golden Boy.
Pese a esta situación, Munguía ganó ese mismo año su primer título, el vacante súper welter (hasta 154 libras, 69,85 kg) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al vencer en tres rounds al argentino José Carlos Paz en Cancún. Además, se llevó el campeonato mundial súper welter de la Organización Mundial de Boxeo (WBO) en Nueva York ante el estadounidense Sadam Ali.
Munguía retuvo el cinturón cinco veces hasta que renunció a él para subir a la categoría mediana (hasta 160 libras, 72,56 kg) y buscar nuevas oportunidades.
Varias de sus últimas peleas las realizó en la categoría supermediano (hasta 168 libras, 76,2 kg), incluso venció, por decisión unánime, al experimentado ucraniano Sergiy Derevyanchenko para conquistar el título vacante de cinturón de plata supermediano del CMB, en una de las peleas más importantes de su carrera.
En enero de este año defendió con éxito esa corona en un combate estelar en Phoenix, Arizona, ante el británico John Ryder, a quien derribó cuatro veces y le propinó su segundo nocaut en 13 años de carrera, algo que no logró Álvarez cuando lo enfrentó hace un año, ya que el triunfo de Canelo fue por decisión unánime del jurado tras los 12 rounds.
Con 27 años y 1,83m (10 centímetros más que su rival del sábado), Jaime Munguía se siente preparado para dar el gran salto. Su historial todavía invicto marca 43 victorias, 34 por nocaut: es decir, casi 4 de cada 5 peleas. Son cinco nocauts menos que Álvarez, aunque el boxeador tapatío, de 33 años, tiene 21 peleas más en su historial.
“Disciplina, esfuerzo y perseverancia” son las tres palabras que eligió para definirse en una publicación reciente en Instagram. Además, cuenta con el respaldo de su entrenador, Freddie Roach, que ha estado en la esquina de grandes boxeadores como los ex campeones Manny Pacquiao o Julio César Chávez Jr.
“Es el mayor compromiso que he tenido en toda mi carrera”, dijo en la conferencia de marzo. “Es una gran oportunidad y la vamos a aprovechar muy bien”, prometió