(CNN) – La decisión del presidente Joe Biden de hacer público esta semana su ultimátum de que una gran ofensiva israelí en la ciudad de Rafah provocaría el bloqueo del envío de armas estadounidenses no fue fácil ni se tomó a la ligera.
Se produjo después de múltiples rondas de llamadas telefónicas con el primer ministro Benjamin Netanyahu, a partir de mediados de febrero, instándole a reconsiderar sus planes de invadir la ciudad densamente poblada en el sur de Gaza que ha sido un conducto fundamental para la ayuda humanitaria.
Horas y horas de reuniones virtuales y en persona entre los principales lugartenientes de seguridad nacional de Biden y sus homólogos israelíes pretendían enviar el mismo mensaje, según los funcionarios: los asesores de Biden explicaron que hay otras formas de perseguir a Hamas que no pasan por invadir una ciudad a la que han acudido más de un millón de palestinos en busca de seguridad.
En múltiples niveles, el presidente y su equipo advirtieron a Netanyahu que una invasión importante de Rafah no contaría con la ayuda de armas estadounidenses. Fue un mensaje que la Casa Blanca creyó que era bien entendido por el gobierno de Israel, dijeron funcionarios de la Casa Blanca este jueves.
Aun así, hacer públicas esas advertencias era un paso que Biden llevaba tiempo dudando si dar. Hacerlo supondría un punto de inflexión y el mayor quiebre en los lazos entre Estados Unidos e Israel desde el inicio de la guerra en Gaza tras los ataques terroristas del 7 de octubre perpetrados por Hamas. Incluso bajo la presión de los progresistas de su propio partido para que tome medidas que limiten el sufrimiento humanitario en Gaza, Biden se ha cuidado de evitar una ruptura abierta con Netanyahu.
Aun así, en las reuniones del gabinete de guerra de Netanyahu, la decisión de entrar en Rafah parecía inminente. Las Fuerzas de Defensa de Israel ya han establecido su presencia en Rafah y a lo largo de su frontera, bloqueando dos puntos de entrada de ayuda y advirtiendo que se avecina una ofensiva mayor.
Al final, según los funcionarios, Biden llegó a la conclusión de que sus advertencias no estaban siendo escuchadas y cambió de rumbo.
La semana pasada, Biden firmó una pausa en el envío de 3.500 bombas a Israel que los funcionarios de la administración temían que fueran lanzadas sobre Rafah. Y el miércoles, sentado en un colegio comunitario de Wisconsin para una entrevista con Erin Burnett de CNN, Biden hizo explícito al mundo lo que dijo que ya había hecho evidente a Netanyahu en privado.
“Si entran en Rafah, no voy a suministrar las armas que se han utilizado históricamente para ocuparse de Rafah, para ocuparse de las ciudades”, dijo Biden a Burnett.
La Casa Blanca dice que el ultimátum no fue una sorpresa
Los asesores del presidente dijeron que el mensaje no debería haber sido una sorpresa para sus destinatarios en Israel.
“Puedo asegurar que la naturaleza directa y franca con la que se expresó y sus preocupaciones en esa entrevista con Erin Burnett es coherente con la forma en que se ha expresado al primer ministro Netanyahu y a los funcionarios israelíes”, dijo este jueves el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
El gobierno israelí, dijo Kirby, “ha entendido … desde hace algún tiempo” las implicaciones que una ofensiva importante en Rafah tendría sobre el futuro de los envíos de armas estadounidenses.
Conscientes o no de las opiniones del presidente, los funcionarios israelíes reaccionaron con conmoción al anuncio público. Netanyahu se mostró desafiante.
“Si tenemos que quedarnos solos, nos quedaremos solos. He dicho que, si es necesario, lucharemos con uñas y dientes”, declaró este jueves. Las autoridades israelíes también trataron de restar importancia al anuncio de Biden. Un portavoz de las FDI, Daniel Hagari, dijo que Israel ya tiene las armas que necesita para las misiones que está planeando.
Además de las bombas de 900 kilogramos, Biden dijo a CNN que se podría disponer de artillería en caso de invasión de Rafah. A pesar de ser de menor tamaño que las bombas, la administración Biden considera que la artillería es un arma indiscriminada e imprecisa que puede cobrarse un peligroso tributo en las zonas urbanas.
Dudas sobre las intenciones de Israel en Rafah
Israel ha afirmado que su actual campaña en Rafah es “limitada”, una descripción de la que se han hecho eco funcionarios estadounidenses. Sin embargo, según ha podido saber CNN, entre bastidores persisten las dudas sobre las intenciones de Israel, y Estados Unidos no tiene muy claro cómo piensa proceder.
A lo largo del conflicto, la frustración de Biden con Netanyahu ha ido en aumento, incluso cuando el presidente estadounidense mantenía públicamente que su apoyo al Estado de Israel era inquebrantable.
Biden ha dejado claro que, independientemente del curso que tome la guerra entre Israel y Hamas, Estados Unidos seguirá siendo el aliado más incondicional de Israel mientras él sea presidente. Esa convicción, dijeron los asesores, era independiente de la evolución de la relación del presidente con Netanyahu.
“Israel no es lo mismo que Netanyahu”, dijo a CNN un alto asesor de Biden.
Rafah no ha sido el único motivo de irritación en la relación. En opinión de los asesores más cercanos a Biden, la muerte accidental de siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen en un ataque de las FDI en abril —uno de ellos ciudadano estadounidense— acabó con la ya de por sí tensa paciencia del presidente.
Al conocer la noticia, Biden expresó su furia, según sus asesores. Dejó claro a sus asesores que consideraba la muerte de los trabajadores humanitarios como un “fallo” inaceptable en algunas de las formas más fundamentales en las que esperaba que Israel condujera su guerra, y que el momento requería una nueva respuesta. Su equipo organizó rápidamente una llamada telefónica con Netanyahu.
El momento de la verdad
Varias semanas antes, Biden había compartido con amigos del Capitolio —en comentarios que fueron captados por una cámara que lo estaba grabando sin que, aparentemente, se diera cuenta— que él y el primer ministro se dirigían probablemente hacia algún tipo de ruptura. Predijo que los dos líderes estaban a punto de llegar a una suerte de “momento de la verdad”.
Múltiples asesores no negaron que la llamada telefónica de Biden a Netanyahu en abril fuera, como mínimo, lo más parecido a un momento de “acercamiento” que los dos líderes habían tenido hasta entonces. En la breve llamada, Biden lanzó una nueva advertencia a Netanyahu: si Israel no rectificaba el rumbo, Estados Unidos reconsideraría la forma de apoyar a su aliado en el conflicto.
Fue la señal más clara de que, seis meses después del inicio de la guerra, Biden empezaba a plantearse seriamente condicionar el apoyo de Estados Unidos a Israel. Pero incluso entonces no se sabía exactamente qué consecuencias podría tener ni qué acciones de Israel llevarían finalmente a Biden al límite.
Desde su llamada, la Casa Blanca ha elogiado a Israel por tomar medidas para aumentar la ayuda humanitaria, incluida la apertura de nuevos pasos fronterizos. Sin embargo, Rafah siguió ensombreciendo la relación, ya que los funcionarios israelíes insistieron en la necesidad de perseguir a Hamas en la ciudad, incluso cuando los asesores de Biden dijeron que no habían visto un plan para proteger a los civiles allí.
Las reuniones entre ambas partes no lograron alcanzar un consenso sobre la cuestión, según personas familiarizadas con el asunto. Los funcionarios de la Casa Blanca no estaban convencidos de los planes de Israel para proteger a los civiles y dejaron claro en declaraciones públicas que una invasión de la ciudad supondría un desastre humanitario.
“El presidente y su equipo han dejado claro durante varias semanas que no apoyamos una gran operación terrestre en Rafah, donde más de un millón de personas están refugiadas sin ningún lugar seguro al que ir”, dijo Kirby este jueves. “El presidente lo ha dicho públicamente y se lo ha comunicado repetida y directamente al primer ministro Netanyahu”.
Críticas bipartidistas tras el ultimátum público de Biden
Tras la entrevista de Biden en CNN, funcionarios subrayaron que la postura de la Casa Blanca sobre el condicionamiento de la ayuda es hipotética: EE.UU. sólo reduciría el equipo y el armamento proporcionado a su aliado de larga data si lanza la invasión de Rafah.
Eso no impidió que los críticos del presidente le acusaran de renunciar a Israel, a pesar de su clara declaración de que no estaba “alejándose de la seguridad de Israel”. En todo el espectro republicano, desde el expresidente Donald Trump hasta el senador por Utah Mitt Romney, los adversarios políticos de Biden compararon el anuncio con un mensaje de abandono en medio de una guerra contra los terroristas.
Algunos demócratas también expresaron sus críticas. El senador por Pensilvania John Fetterman, firme partidario de Israel, dijo que no estaba de acuerdo con el plan de Biden de retener algunos envíos de armas a Israel, advirtiendo que la medida “demuestra a Hamas que está ganando la guerra de relaciones públicas”.
“Me preocupa y no estoy de acuerdo con el presidente”, declaró a Manu Raju, de CNN.
El senador Jon Tester, demócrata de Montana, dijo que creía que “debería liberarlos” cuando se le preguntó por la gestión de Biden de los envíos de armas. Y el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Ben Cardin, dijo que tenía previsto hablar con funcionarios de la administración sobre los detalles de su plan más tarde el jueves.
“Estoy tratando de averiguar legalmente lo que están haciendo y las razones para ello”, dijo. “Así que, hasta que no haya tenido la oportunidad de hablar con la administración, voy a aplazar cualquier comentario específico”.
Aunque la postura del presidente supuso su posición pública más dura respecto a Israel desde el comienzo de la guerra, tampoco pareció satisfacer mucho a los miembros de su propio partido que han abogado por el fin del apoyo estadounidense.
“Creo que es un buen paso adelante. Creo que tenemos que hacer aún más”, dijo en CNN el senador Bernie Sanders, socialista demócrata de Vermont, añadiendo que la advertencia de Biden sobre las armas “debería haber llegado mucho antes”.