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Manifestantes propalestinos interrumpieron a Kamala Harris y esta fue su reacción
00:43 - Fuente: CNN

(CNN) – Fuera del perímetro fuertemente custodiado de la Convención Demócrata de esta semana, grupos propalestinos se preparan para que decenas de miles de personas marchen en oposición a la guerra de Israel en Gaza. Dentro, las expectativas son más difusas al tiempo que los activistas presionan al Comité Nacional Demócrata y a la vicepresidenta Kamala Harris para que adopten una línea más dura con el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.

El Uncommitted National Movement (UNM), que surgió durante las primarias presidenciales demócratas para reunir votos de protesta contra la gestión del conflicto por parte de la administración de Joe Biden, exige que el partido ofrezca un turno de palabra en horario de máxima audiencia a un pediatra que acaba de regresar de Gaza, así como una serie de concesiones políticas encabezadas por un embargo de armas contra Israel.

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Delegados demócratas “no comprometidos” piden a Harris compromisos con la paz en Gaza antes de respaldar su candidatura
03:11 - Fuente: CNN

La mezcla de un vertiginoso entusiasmo por la nueva campaña de Harris, que ha cautivado a demócratas optimistas, y la ira entre las facciones propalestinas del partido por el continuo apoyo del presidente Joe Biden al bombardeo israelí de Gaza, ha creado un extraño y frenético ruido en torno a la reunión cuatrienal. Aunque poco ha cambiado sobre el terreno en Gaza y, cada vez más, en la Ribera Occidental ocupada, en las últimas semanas, algunos de los principales grupos progresistas, organizadores antibelicistas y activistas árabes y palestino-estadounidenses que estaban dispuestos a encabezar la marcha en Chicago, se enfrentan a una realidad muy diferente a la de hace un mes, cuando Biden todavía encabezaba la lista.

“Cuando Biden se hizo a un lado, muchos de los votantes antibelicistas del bando de los UNM respiraron aliviados”, dijo Waleed Shahid, estratega progresista y cofundador del Uncommitted National Movement. “Luego hubo algunas señales de movimiento. Una fue que la vicepresidenta Harris no asistiera al discurso de Netanyahu. La vicepresidenta Harris haciendo una declaración en la que decía que no se quedaría ‘callada ante la matanza’ de civiles. Y simplemente, por su parte, un poco más de empatía y de enfocarse en la horrible cifra de muertos entre los civiles palestinos en Gaza”.

Las protestas por la guerra de Israel contra Hamas tras los ataques del grupo extremista el 7 de octubre han dado lugar a manifestaciones a gran escala en todo el país pidiendo un cese del fuego inmediato. Algunas de esas manifestaciones han sido abiertamente antisemitas, y algunos manifestantes han expresado su apoyo a Hamas, lo que ha provocado la condena de Biden y Harris.

Desde que Harris se convirtió en la abanderada del partido, el ambiente cambió un poco. Los manifestantes han interrumpido brevemente un par de sus discursos, y las manifestaciones en los campus están a punto de reanudarse cuando los estudiantes vuelvan a las escuelas en las próximas semanas, pero los líderes del movimiento han pasado, en su mayoría, a medios más tranquilos de presión para lograr cambios en la política estadounidense.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, pronuncia un discurso durante un evento de campaña en Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, el 13 de julio de 2024. En algunos momentos durante el discurso, la vicepresidenta fue interrumpida por manifestantes propalestinos. Crédito: Kyle Mazza/Anadolu/Getty Images.

Harris habló brevemente con Layla Elabed y Abbas Alawieh, dos cofundadores de UNM antes de un discurso en Detroit el 7 de agosto, y la vicepresidenta les agradeció su trabajo, según los activistas. Una fuente familiarizada con la reunión dijo que la vicepresidenta no se había mostrado abierta a los llamamientos del grupo en favor de un embargo de armas a Israel, pero el asesor de Seguridad Nacional de Harris, Phil Gordon, declaró tras el encuentro que la vicepresidenta “seguiría trabajando para proteger a los civiles de Gaza y defender el derecho internacional humanitario”.

Dirigiéndose a los simpatizantes de UNM tras el intercambio con Harris, Elabed ofreció un optimismo más matizado.

“Entiendo que cuando (Harris) aceptó reunirse conmigo, no aceptaba un embargo de armas”, dijo Elabed. “Accedió a discutir un embargo de armas y a discutir una política que salvará vidas ahora y que, con suerte, nos llevará al punto en el que podamos apoyar a la vicepresidenta Harris”.

En las semanas previas, UNM entregó una serie de peticiones al Comité Nacional Demócrata (CND) como parte de un intento de enfocar la cuestión de Gaza durante la convención. Pocas fueron aceptadas, como el compromiso en la plataforma del partido de no enviar armas sin restricciones a Israel, y credenciales y espacio de oficina para el personal de Uncommitted, pero el grupo ha presionado mucho para que la Dra. Tanya Haj-Hassan, médico pediatra que trabajó como voluntaria en Gaza y ha descrito la devastación de la zona con desgarradores detalles, pronuncie un discurso destacado.

Hasta ahora, sin embargo, no hay indicios de que se vaya a permitir a Haj-Hassan subir al escenario. Una fuente del UNM, estrechamente implicada en las conversaciones con el partido, afirmó que el CND recibió sus peticiones, pero que desde entonces no se han producido contactos significativos. Hasta este viernes, no se cree que haya ningún orador palestino-estadounidense en el programa, y sigue sin estar claro quién ocupará algunos de los turnos de palabra más solicitados y qué dirán -o no dirán- sobre el asunto más divisivo de la política demócrata.

El CND no respondió a la petición de comentarios, pero una fuente implicada en la planificación de la convención dijo a CNN que ha habido cierta incertidumbre por parte del CND sobre cómo abordar las peticiones que consideran inviables dadas las circunstancias. Sin embargo, según la fuente, existe un sentimiento de buena fe entre las partes.

Si perdura o no es una incógnita.

“En la convención —junto con mis compañeros delegados del movimiento— abogaré por que la vicepresidenta Harris apoye un cese del fuego permanente y un embargo de armas”, dijo June Rose, una delegada del Uncommitted National Movement de Rhode Island que creció como judía ortodoxa, en un post en redes sociales el viernes. “Haremos oír nuestra voz en Chicago”.

“Es parte del partido, es parte de su base, y sería más que un simple gesto de buena voluntad” permitir oradores propalestinos, dijo Abed Ayoub, director ejecutivo nacional del Comité Estadounidense-Árabe contra la Discriminación. “Políticamente, tendría sentido que lo hicieran. Pero no es sorprendente que no lo hagan. Es coherente con la dirección del partido. No han sido los mejores en este tema”.

Ayoub, que elogió a Harris por aumentar su compromiso con la comunidad activista y por su elección del gobernador de Minnesota Tim Walz como compañero de fórmula, participó en el proceso de selección de la Dra. Jill Stein, de nuevo candidata presidencial del Partido Verde. Habló con CNN en su calidad de dirigente de la ADC, pero reconoció haber presentado la documentación solicitada por el bando de Stein. (Stein eligió para el papel a Rudolph «Butch» T. Ware III, historiador de África y el Islam, que hizo comentarios antiisraelíes en sus redes sociales el día del ataque de Hamas contra Israel).

La cuestión más acuciante para la campaña de Harris y la dirección del partido, ahora que la contienda entra en su recta final, es si la vicepresidenta tiene previsto proponer u ofrecer algún cambio —o retoque— sustancial de la política estadounidense en la región. Los aliados de Harris han dicho que tiene las manos atadas dado su papel en el Gobierno de Joe Biden.

Los activistas lo ven de otra manera, argumentando que tiene línea directa con el presidente y, con ello, más influencia que la mayoría.

“El mensaje que se está transmitiendo a esta parte del Partido Demócrata es que no hay alternativas al envío de bombas estadounidenses a Netanyahu”, dijo Shahid. “Eso es lo que la gente está oyendo. No están (aceptando), ‘Oh, es la vicepresidenta. No está de acuerdo’. Eso no basta”.

Lexis Zeidan, cristiano palestino-estadounidense, copresidente de UNM y director de la campaña Not Another Bomb (Ni una bomba más), también dijo que el mensaje de statu quo de la campaña, aunque suponía una mejora respecto a hace unas semanas, cuando Biden aún era candidato, necesitaba más sustancia si quería recuperar votos en noviembre.

“La comunidad no es un monolito. Algunos se sienten muy escépticos, dada la naturaleza de la actuación del Partido Demócrata en los últimos 10 meses”, declaró Zeidan a CNN. “Algunas personas realmente están esperando escuchar algo —lo correcto— para poder apoyarla y movilizarse detrás de ella”.

El deseo de ver un cambio significativo, añadió Zeidan, no tenía que ver con sentimientos personales, sino con política a cara descubierta.

“No puedo decir a mi comunidad que ‘siento’ o ‘creo’ que la vicepresidenta Harris es más comprensiva con los palestinos, por lo que deberíamos votarla. Eso no va a funcionar. La gente quiere votar por algo”, afirmó. “Quieren que se ponga fin a esta locura. Quieren votar a alguien que ponga fin a eso”.

El Uncommitted National Movement, que comenzó como una operación para aglutinar votos de protesta en Michigan contra la política de Biden en Israel y Gaza, ha sido el que más éxito ha tenido entre los grupos antibelicistas y propalestinos a la hora de entablar contactos con el equipo de Harris y los organizadores de la convención. El tira y afloja entre ambos amplía posturas mutuamente beneficiosas, encabezadas por la creación de “grupos de trabajo” políticos conjuntos, de la campaña de Biden para 2020 y los aliados progresistas del senador independiente por Vermont Bernie Sanders tras las primarias de ese año.

Pero la campaña de Harris también trabaja fuera de los círculos progresistas conocidos, entablando contactos con cargos electos y líderes de las comunidades árabe-estadounidense y judía de Michigan, según fuentes familiarizadas con las reuniones.

Estas conversaciones, que se celebraron el jueves en el área metropolitana de Detroit y que llevaban varias semanas preparándose, según una de las fuentes, son la señal más reciente de que la campaña es consciente de lo que está en juego en las elecciones para ganarse a los progresistas y a los votantes jóvenes, así como a las comunidades musulmana y árabe-estadounidense, que representan importantes bloques de votantes en el disputado estado de Michigan.

La directora de campaña de Biden, Julie Chávez Rodríguez, y Nasrina Bargzie, exfuncionaria de la Casa Blanca que dirige la campaña de Harris para llegar a las comunidades árabe-estadounidense y musulmana, participaron el jueves en reuniones con cargos electos y líderes árabe-estadounidenses, según informaron dos participantes.

Osama Siblani, editor del Arab American News, se reunió con los responsables de la campaña en otro encuentro, y declaró a CNN que mantuvieron una “conversación franca y abierta”.

“Transmití un mensaje de gran preocupación por lo que está ocurriendo en Medio Oriente”, dijo Siblani, que se reunió con Chávez Rodríguez a principios de este año. La administración Biden-Harris, dijo a los líderes de la campaña que “no está haciendo absolutamente nada para detener el genocidio mientras sigue suministrando a la máquina de matar de Netanyahu bombas de fabricación estadounidense para matar a más gente”.

Chávez Rodríguez e Ilan Goldenberg, otro antiguo funcionario de la Casa Blanca que ahora dirige la campaña de acercamiento a la comunidad judía estadounidense, también se reunieron con dirigentes de la comunidad judía durante su estancia en Michigan.

“Julie viaja a Michigan como parte de nuestra campaña de acercamiento a las comunidades de todo el país”, dijo el portavoz de la campaña de Harris, Ammar Moussa.

Sophie Ellman-Golan, de Jews For Racial & Economic Justice (Judíos por la Justicia Racial y Económica), un grupo de base con sede en Nueva York, dijo a CNN que no hay que subestimar el inesperado cambio de Harris por Biden, que “se abrió un espacio” tras el cambio y los líderes del movimiento sintieron “algo distinto a la desesperación” por primera vez en la memoria reciente.

“No estamos intentando luchar contra el partido Demócrata”, dijo Ellman-Golan. “Las elecciones consisten en votar por las condiciones en las que queremos organizarnos. Intentamos activamente dar forma a esas condiciones y la lucha en torno al CND consiste en intentar activamente dar forma a esas condiciones”.