(CNN) – El verano pasado, Kristen y Eric Rezabek se sentían agobiados. Eric se estaba planteando aceptar un trayecto de cuatro horas por un trabajo mejor pagado, mientras que Kristen, que tiene dos empleos, planeaba añadir una jornada completa a su horario de trabajo, que ya era a tiempo completo, para ayudar a cubrir los gastos de su familia.
- Ahora puedes seguirnos en WhatsApp Channel
Entonces, su empleador les presentó una oferta singular: un día libre extra remunerado cada semana, para utilizarlo como quisieran.
“Esta fue definitivamente una solución para valorar mejor nuestro tiempo, lo que nos dio más opciones”, dijo Eric.
La pareja, que vive con sus dos hijos en la isla de San Juan, en el estado de Washington, trabaja para el condado de San Juan, formado por una pequeña red de islas al norte de Seattle. Su sindicato había estado negociando aumentos para sus empleados, pero el condado estaba corto de dinero y no podía permitirse aumentar los salarios más allá de un pequeño incremento por el costo de la vida.
En cambio, acordaron una semana laboral de 32 horas, en la que los empleados conservan sus puestos a tiempo completo con beneficios, pero pueden disfrutar de un horario reducido y flexibilidad de horarios.
“Hay muchos métodos para proporcionar beneficios a los empleados”, dijo la directora del condado, Jessica Hudson. “Siempre que estés abierto a diferentes soluciones, puede que encuentres una forma diferente de hacer las cosas que te permita conservar a empleados maravillosos y con talento, aunque no sea un aumento directo de sueldo”.
El condado acaba de finalizar su primer año completo de aplicación del nuevo horario y publicó un informe sobre sus conclusiones el martes por la noche. El condado de San Juan pregonó una serie de resultados positivos, desde la contratación hasta la retención y la felicidad de los empleados, y un ahorro de costos de más de US$ 975.000 en comparación con lo que el condado habría pagado de haber atendido las demandas de aumento salarial del sindicato.
El condado dice que la semana laboral de 32 horas ha atraído a muchos nuevos talentos. Las solicitudes se han disparado un 85,5% y las vacantes se cubren un 23,75% más rápido, mientras que más empleados permanecen en sus puestos de trabajo: la separación (empleados que renuncian o se jubilan) descendió un 48%. Y el 84% de los empleados afirmaron que había mejorado el equilibrio entre su vida laboral y personal.
“Esto está cumpliendo muchos de los objetivos que nos propusimos cuando lo implantamos”, dijo Hudson, señalando que el condado está buscando oportunidades para ampliar la iniciativa.
Para los Rezabek, el horario ha aliviado su carga de trabajo y ha creado espacio para otros empleos que les gustan. Kristen, que tiene un segundo empleo en el hospital local, cobra ahora efectivamente por una semana laboral de seis días trabajando solo 40 horas.
“Siento mucho menos estrés”, dijo Kristen. “Creo que hay menos agotamiento en muchos sentidos. El mero hecho de tener ese día adicional ha sido realmente gratificante”.
La flexibilidad también les ha dado tiempo para trabajar en su pequeña granja, para que Eric sea voluntario en el cuerpo de bomberos local y para ayudarles a mantener a sus hijos. Pueden asistir más fácilmente a partidos de fútbol y a eventos que implican viajar a otras islas y que antes habrían requerido pedir un día de vacaciones.
“Reciben un poco más de nuestro tiempo, lo que es bastante vital”, dijo Kristen. “Tenemos dos hijos adolescentes y todavía te necesitan muchísimo. Es estupendo poder estar presente para ellos e ir a animarles”.
“El equilibrio entre trabajo y vida privada es importante”, dijo Eric. “El salario no lo es todo en la vida”.
Cómo funciona la semana laboral de 4 días
Los departamentos de todo el condado de San Juan han aplicado la semana laboral de 32 horas de forma diferente, algunos escalonando la dotación de personal para mantener su anterior disponibilidad al público mientras que otros han acortado los horarios para estar abiertos solo cuatro días a la semana.
“Esos primeros seis meses fueron un poco de choque cultural tratando de adaptarse a una nueva norma”, dijo Hudson. “Sin embago, ahora que estamos llegando a la marca de un año, aunque todavía hay un poco de confusión, la mayoría de la gente no está enojada. Entienden que se trata realmente de un beneficio para los miembros de la comunidad que quieren seguir viviendo y trabajando en las islas. Se está convirtiendo en una especie de nueva normalidad”.
“Digo a la gente que no va a ver que las cosas cambien desde su perspectiva”, dijo Joe Ingman, gestor de parques en el condado. “Las oficinas van a permanecer abiertas, los baños se van a limpiar, la hierba se va a cortar”.
Su departamento ajustó los horarios para mantener el personal los siete días de la semana, y aunque la comunicación entre turnos fue un obstáculo inicial, los problemas se solucionaron rápidamente.
“Probablemente ha sido el verano más tranquilo que he tenido, y llevo más de una década trabajando en parques”, dijo, dando crédito al nuevo horario como una gran ayuda para la contratación. Mientras que las ofertas de empleo solían languidecer sin cubrir durante meses, el verano pasado el grupo de solicitantes no solo era mayor sino que estaba más cualificado, y los dos empleados que contrató mencionaron haber venido al condado por la semana laboral de 32 horas.
“No supone más costo para el público trabajar 32 horas, pero tenemos mejores candidatos”, dijo.
Ingman también dijo que la semana laboral de cuatro días ha hecho maravillas para su satisfacción laboral; había visto a colegas agotarse durante años, pero ahora ve un camino para su propio futuro en el departamento.
Hay algo más en la vida que el trabajo
Antiguo atleta universitario, Ingman aprovecha ahora su horario reducido para encontrar la plenitud como ayudante voluntario de entrenador de baloncesto y atletismo de instituto. El empleador de su esposa adoptó recientemente su propia semana laboral de 32 horas, utilizando el condado de San Juan como plantilla.
El horario de cuatro días es lo que atrajo a Jenni Merritt, que ahora trabaja en el departamento de Obras Públicas. Madre de tres hijos, había estado haciendo malabarismos con puestos a media jornada para conseguir la flexibilidad que necesitaba antes de dar con su puesto actual.
“Fue uno de los mayores atractivos para que quisiera trabajar aquí”, dijo Merritt. “Cuando vi que tenía posibilidades de conseguir un trabajo a tiempo completo que me ofreciera prestaciones y jubilación, pero que a la vez me diera ese poco de tiempo extra… Para mí fue una obviedad presentar la solicitud en ese momento”.
Con su jornada extra, Merritt trabaja en una librería de libros usados, un trabajo que califica de “satisfactorio para el alma” y que aporta un poco más al presupuesto familiar.
“Poder ahorrar para viajes, comprar algo para mis hijos, y no sentir que eso repercute en nuestros ingresos familiares, ha sido absolutamente asombroso para nosotros”, dijo. “Poder tener ahora este equilibrio pero no sentir que nos tiran de la cartera ha sido algo que nos ha cambiado la vida y todavía nos estamos adaptando a ello”.
“La vida no debería consistir en trabajar hasta caer rendida”, añadió.
Trabajar de forma más inteligente, no más dura
Cuando se anunció inicialmente el nuevo horario, los comentaristas de las redes sociales se apresuraron a lanzar pullas contra el condado y sus empleados, argumentando que si podían hacer su trabajo en solo 32 horas, no deberían cobrar por 40 horas.
“Todos estamos muy acostumbrados a la idea de que la única forma de hacer un trabajo es trabajando 40 horas”, dijo Merritt. “Recibimos parte de ese rechazo, esas afirmaciones como: ‘No es justo, tú haces tu trabajo en 32 y yo tengo que hacer el mío en 40’. Estamos trabajando más activamente durante nuestras horas. Nos mantiene más centrados y motivados y trabajando, y al mismo tiempo nos hace sentirnos vistos y reconocidos como seres humanos y no solo como trabajadores. Podemos hacer el trabajo en las 32 horas y ahora tenemos ese tiempo extra para cuidar de nuestras familias y de nosotros mismos y conseguir otro trabajo si queremos”.
“No creo que nadie fuera perezoso o no cumpliera con su trabajo”, dijo Kristen Rezabek. “Ahora me siento recargada los lunes, y no tan agotada, y estoy supermotivada para lograr lo que tengo que hacer en esa semana laboral de cuatro días. No creo que la productividad fuera un problema antes y desde luego no creo que lo sea ahora”.
“Lo más importante que hemos hecho es encontrar formas de generar eficiencias”, dijo Hudson. “Se ha tratado menos de, en primer lugar, no había suficiente trabajo que hacer, y más de, ¿cómo podemos hacer mejor ese trabajo? ¿Cómo podemos encontrar mejores soluciones para hacer el trabajo de forma que estemos haciendo el mejor uso del dinero de los contribuyentes y del tiempo de nuestros empleados?”
En un departamento como el de Matthew Steward, eso ha significado centrarse en el establecimiento de prioridades.
“Los asuntos de alta prioridad se hacen rápidamente, como siempre, y las cosas de menor prioridad quizá tarden un poco más”, dijo. “A veces, si hay una bombilla fundida, de un total de 50, eso puede tardar unas semanas en solucionarse”.
Los empleados del condado han aprovechado su tiempo libre extra para gastar menos dinero en guarderías, trabajar como voluntarios en los colegios de sus hijos y contribuir a la comunidad: Steward pasa el tiempo como conductor sustituto de autobuses escolares para el distrito, falto de personal, acudiendo a llamadas de voluntarios para el cuerpo de bomberos o escapándose a las montañas.
Aunque la motivación del condado de San Juan para adoptar una semana laboral reducida fue económica, los beneficios que citan sus empleados hablan de una tendencia más amplia, ya que los lugares de trabajo de todo el país exploran cada vez más los horarios flexibles para combatir el agotamiento y atraer y retener el talento. Una encuesta realizada esta primavera entre los CEO reveló que casi un tercio de las grandes empresas estadounidenses estaban estudiando soluciones como la semana laboral de cuatro días o de cuatro días y medio. El senador Bernie Sanders ha abogado por una semana laboral de 4 días y 32 horas, escribiendo en abril: “Es hora de reducir el nivel de estrés en nuestro país y permitir a los estadounidenses disfrutar de una mejor calidad de vida”.
Incluso sin una reducción del total de horas, una encuesta de Gallup realizada el año pasado reveló que un tercer día libre sería ampliamente aceptado: el 77% de los trabajadores estadounidenses afirmaron que una semana laboral de 4 días y 40 horas tendría un impacto positivo en su bienestar.
Cuando se les preguntó si preferirían mantener una semana laboral de cuatro días o conseguir un aumento del 20%, muchos empleados del condado de San Juan señalaron el hecho de que conseguir ese tipo de aumento salarial en sus trabajos actuales simplemente no era una opción viable. En su lugar, ven su situación actual como lo mejor de ambos mundos. “Puedes elegir si quieres ese tiempo extra o ese dinero extra en forma de un segundo trabajo, pero le da al empleado esa opción”, dijo Kristen Rezabek.
No todos los empleados del condado pueden acogerse formalmente a la semana laboral de 32 horas; ahora mismo solo se aplica a los aproximadamente 155 puestos representados por el sindicato. El impacto del cambio se seguirá estudiando a lo largo del contrato actual. El condado presentará un informe de dos años el año que viene.
“El cambio se produce cuando alguien hace realmente el cambio”, dijo Merritt. “La única forma de saber si funciona es haciéndolo. Y hasta ahora, me siento feliz; me siento vista como empleada y como humana, y siento que podría ser un hermoso paso adelante para otras personas si confiamos en ello y lo intentamos”.