(CNN) – Lucy, un esqueleto fosilizado desenterrado hace 50 años este mes, transformó la comprensión científica de la evolución humana.
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El descubrimiento realizado por el paleontólogo estadounidense Don Johanson y el estudiante de posgrado Tom Gray el 24 de noviembre de 1974, en Etiopía, abrió un nuevo capítulo en la historia humana, ofreciendo pruebas de que los antiguos homínidos podían caminar erguidos sobre dos pies hace 3,2 millones de años, una característica que antes se creía que había evolucionado más recientemente junto con cerebros grandes y el uso de herramientas.
Asignada a una nueva especie, Australopithecus afarensis, pero más conocida por su sencillo apodo, Lucy poseía una mezcla de rasgos simiescos y humanos que sugería que ocupaba una rama crucial en el árbol genealógico humano. Durante cinco décadas, ha alimentado la investigación y el debate científico y despertó una fascinación pública más amplia sobre los orígenes humanos. Aunque hoy existen fósiles de homínidos que duplican la antigüedad de Lucy, ella sigue siendo una estrella en la paleoantropología. Compuesta por 47 huesos del mismo individuo, fue el esqueleto más antiguo y completo de un ancestro humano temprano cuando se descubrió.
CNN habló con Johanson, de 81 años, director fundador del Instituto de Orígenes Humanos de la Universidad Estatal de Arizona, para conocer la historia del descubrimiento de Lucy y por qué su importancia perdura.
Esta conversación fue ligeramente editada y condensada para mayor claridad.
CNN: Llévanos 50 años atrás.
Don Johanson: Era una mañana de domingo, y las temperaturas superaban los 38 grados Celsius. Estaba en la región de Afar, en Etiopía, que es uno de los lugares más bajos del planeta. Allí hay estratos geológicos antiguos, capas que datan de millones y millones de años.
Estaba caminando sobre sedimentos de hace 3,2 millones de años en busca de restos fosilizados de varios tipos de animales, pero en especial de nuestros ancestros. Miré por encima de mi hombro derecho. Si hubiera mirado hacia el izquierdo, lo habría pasado por alto.
Lo que vi fue un pequeño fragmento de hueso, una parte del codo y una parte del antebrazo, y pude decir de inmediato que era de un ancestro humano. No era de un antílope. No era de un babuino. No era de ningún otro tipo de animal.
Mi estudiante y yo nos arrodillamos para mirar más de cerca. Observamos la pendiente, y allí había fragmentos del cráneo, de la pelvis, de un hueso del brazo y de un hueso de la pierna. Y me di cuenta en ese momento de que aquí estaba el sueño de mi infancia… Siempre había querido ir a África para encontrar algo, y por Dios, esto era algo. Pero no sabíamos cuánto se convertiría en un ícono en el estudio de los orígenes humanos.
CNN: ¿Cuánto tiempo llevó excavar el esqueleto?
Johanson: (Los huesos) eran muy frágiles. Se habían mineralizado, transformados en piedra, y realizamos una recolección muy cuidadosa para recoger las piezas obvias. Luego removimos la capa superior, cuadrado por cuadrado, y las colocamos en bolsas de arpillera y luego las lavamos con agua en el arroyo usando tamices finos. Todo el proceso tomó unas dos semanas y media.
Fue maravilloso ver las partes reunidas en la mesa del laboratorio en el campo. El fémur medía solo alrededor de un pie, o 28 centímetros, de largo.
Pensé, ¿qué es esto? ¿Es un niño? Bien, miremos la mandíbula. Los dientes del juicio habían erupcionado, así que era adulta. Pero, Dios mío, si era una adulta, debió haber medido solo unos 3 ½ pies, un metro de altura.
CNN: ¿Cómo obtuvo el fósil el nombre de Lucy?
Johanson: Debido a la naturaleza delicada de los huesos y su baja estatura, sentimos que probablemente era una hembra. (Descubrimientos posteriores revelaron que los machos eran mucho más grandes que las hembras).
Esa noche en el campamento estábamos escuchando el álbum de los Beatles Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y “Lucy in the Sky With Diamonds” sonaba cuando uno de los miembros del campamento dijo: “¿Por qué no la llamas Lucy?”
Fue simplemente una coincidencia, pero se quedó. Era, en muchos aspectos, un nombre atractivo. La gente podía identificarse con él. Hacía que esos huesos fueran de una persona. Te atraía y te hacía querer saber más. Y ha sido el punto de referencia (de los orígenes humanos) para el público en general.
CNN: ¿En qué tipo de mundo habría vivido Lucy?
Johanson: Ciertamente no era lo que ves cuando recorres el Serengueti en un vehículo todoterreno hoy. No eran llanuras abiertas. Era un bosque, pero no una densa selva tropical, a veces con matorrales abiertos, por lo que había disponibles muchos tipos diferentes de frutas, nueces, y otros alimentos, probablemente saqueando nidos de aves, cocodrilos, tortugas.
Parece realmente que el caminar erguido apareció en entornos mucho más boscosos de lo que inicialmente pensábamos. La visión original era que, una vez que el bosque desapareció, salimos a la sabana y nos pusimos de pie para mirar por encima de la hierba alta. Sin embargo, hay carnívoros más rápidos que un gato doméstico en la sabana, y no duras mucho allí. Creo que el bipedalismo, desde un punto de vista lógico, fue algo que se desarrolló en el bosque.
CNN: ¿Cuál fue la importancia de Lucy en el momento en que se descubrió?
Johanson: Era el homínido más antiguo y completo conocido en ese momento. Esto era tierra desconocida en los primeros años de los setenta. Muy pocas personas habían estado en esta región de Etiopía, y las personas comenzaron a lanzar sus propias expediciones y a encontrar cosas aún más emocionantes de alguna manera.
Pero creo que Lucy fue la chispa. Encendió una nueva etapa en la investigación de los orígenes humanos. Lo que hizo, más importante aún, fue romper la barrera de tiempo de los 3 millones de años, y el sitio de Hadar, que es un nombre local, es muy rico en fósiles. Resultó producir una enorme cantidad de fósiles de su especie y nos dio un punto de referencia realmente importante con el cual juzgar todos los otros descubrimientos realizados en Afar.
CNN: En el campo de la evolución humana, ¿qué le ha sorprendido más en los últimos 50 años?
Johanson: Uno de ellos es que tenemos genes neandertales en nosotros. Hace muchos, muchos años, antes de saberlo, pensábamos en nosotros mismos como una especie muy diferente de los neandertales. No podíamos intercambiar genes.Los trabajos en paleogenética revelaron que llevamos entre un 1% y un 4% de ADN neandertal. Yo tengo un 2,1 %, más neandertal que algunas personas. Y para el tramo reciente de los orígenes humanos, donde tenemos neandertales conviviendo con Homo sapiens, se hizo un descubrimiento sorprendente a partir de huesos encontrados en Siberia. Encontraron ADN, pero no era humano, ni neandertal. Era otra especie de la que sabemos muy poco. Les llaman denisovanos.
CNN: ¿Cómo han cambiado las perspectivas sobre Lucy en los últimos 50 años?
En los primeros días, existía la pregunta de, realmente, ¿cómo sabemos que tiene más de 3 millones de años? Y la datación con argón (un método para fechar rocas) estaba desarrollando avances muy significativos en los primeros años setenta. Así que esa pregunta desapareció rápidamente.
Hubo críticos que decían que probablemente Lucy caminaba con una marcha de cadera y rodilla flexionadas. Uno de los hallazgos más importantes fueron las huellas que el equipo de Mary
Leakey encontró en el norte de Tanzania en 1978. Obviamente, estas personas no usaban zapatos y las huellas en la ceniza húmeda eran como dejar una huella en la arena de la playa. Aquí estaba la evidencia de que caminaban de manera casi similar a nosotros.
CNN: ¿Fue Lucy una ancestro directo de los humanos?
La especie de Lucy no dio origen directamente a los humanos modernos, pero su posición crucial en el árbol genealógico humano condujo a todas las especies posteriores de homínidos, la mayoría de las cuales se extinguieron. La línea Homo persistió y, finalmente, dio origen a nosotros, los Homo sapiens.