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Ferdinand Marcos: el funeral interminable
25 de febrero de 1986. La última aparición en público en su país. Ferdinand Marcos y su esposa, Imelda, en el balcón del Palacio Presidencial de Malacañang. Esa misma noche huyeron hacia Hawai, junto con sus hijos y sus más cercanos colaboradores, en 4 helicópteros estadounidenses.
Alex Bowie
4 de septiembre de 1993. Monseñor Domingo Nebres, un sacerdote filipino y amigo de Ferdinand Marcos, hace una oración ante el cadáver del exdicator, horas antes del traslado del cuerpo de Honolulu a Filipinas. La mujer que aparece junto al sacerdote era la hermana de Marcos, Fortuna Barba.
AFP/Getty Images
7 de septiembre de 1993. El féretro con los restos de Ferdinand Marcos, cubierto con la bandera de Filipinas, voló directamente desde Hawai a Laoag -en el norte de Filipinas-, como parte de las condiciones impuestas por el gobierno para admitir el cuerpo.
ROMEO GACAD/AFP/Getty Images
9 de septiembre de 1993. Los deudos de Marcos: su viuda Imelda y sus hijas Irene Araneta, Imee Manotoc y Aimee, una pequeña adoptada, durante un servicio fúnebre para Ferdinand, en la localidad de Batac, donde está la casa ancestral de los Marcos.
AFP/Getty Images
7 de septiembre de 1993. La exprimera dama de Filipinas, Imelda Marcos (derecha) y sus hijos Ferdinand Marcos Jr. y Imee Manotoc, ante el féretro del patriarca de su dinastía. Marcos "había vuelto" al país que gobernó con puño de hierro.
AFP/Getty Images
7 de septiembre. Imelda Marcos, exprimera dama de Filipinas, lanza agua bendita al féretro que contienen los restos mortales de su esposo, el exdictador Ferdinand Marcos, durante una misa en la catedral de San Guillermo de la ciudad deLaoag.
AFP/Getty Images
El cadáver preservado de Ferdinand Marcos, en el mausoleo que su familia construyó en el pueblo de Batac, al norte de Filipinas, donde ha estado expuesto desde 1993.
AFP/Getty Images
Seguidores de Ferdinand Marcos observan el cadáver del exgobernante, mismo que reposa, desde 1993, en un catafalco de cristal, en su casa de Batac, Filipinas.
AFP/Getty Images
Imelda Marcos besa el catafalco de cristal de su fallecido esposo, Ferdinand Marcos, el día que la exprimera dama de Filipinas cumplió 85 años, en el pueblo de Batac.
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La familia del depuesto dictador filipino, Ferdinand Marcos, decidió depositar su cuerpo preservado en este mausoleo hasta que se permitiera su entierro en el Cementerio Nacional de los Héroes de su país. La imagen fue captada el 11 de septiembre de 2005, en ocasión de los 88 años del nacimiento del exdictador.
AFP/Getty Images
La reciente autorización del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, para enterrar al exdictador Ferdinand Marcos en el Cementerio Nacional de los Héroes desató airadas protestas de miles que aseguraron que sería tanto como sepultar a Al Capone en el Cementerio Nacional de Arlington, en EE.UU.
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Simpatizantes de la dinastía Marcos muestran su beneplácito por el anuncio del gobierno filipino de que permitirá que Ferdinand Marcos sea enterrado como un héroe.
AFP/Getty Images
Seguidores del depuesto presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, observan el cadáver momificado del exgobernante, mismo que reposa en un mausoleo construido en la casa ancestral de la familia Marcos Edralin, en Batac, Filipinas.