(CNN Radio Argentina) – Hernán Castillo (Enviado especial)
Era la Copa de Neymar. Brasil lo necesitaba. Venía Messi y acá nadie quería que Messi le ganara a Ney. Simple. Concreto. Fácil. Y de repente… PUM. Bombazo al corazón. Al diez brasileño lo denunciaron por violación. El volante encima se complicó por publicar videos en los que supuestamente demostraba que nada de eso había pasado, pero difundir videos personales en redes sociales está penado por la ley del país vecino. Y se complicó aún más…
El vicepresidente de la Confederación Brasileña (CBF), Francisco Noveletto, declaró el último miércoles: “No veo a Neymar en la Copa. Todo lo que le está pasando lo afecta mucho”… dos días después se lesionó y se quedó afuera.
Hoy, aquí en Brasil, todos en general apuntan a que la Selección Argentina es la favorita. “Ustedes tienen a Messi,
Nosotros perdimos a Ney”. Listo. Sentenciado.
¿Juegan a sacarse presión o lo piensan en serio? Un poco y un poco seguramente. Lo claro es que perdieron a su faro. Y que ahora la mochila parece recaer solo en Messi. Justo en él con todo lo que significa para nosotros, los argentinos.
Messi lo sabe. Lo siente. Esta debería ser su Copa. Como otras, es verdad, pero está más todavía. Porque no está Ney… y a rey muerto, rey puesto.