(CNN Radio Argentina) – Por Hernán Castillo (Enviado especial)
El próximo viernes, a nada más que cinco años de la final del mundo ante Alemania, la selección argentina volverá al Maracaná. De los 23 futbolistas que entrarán en el micro al remodelado pero igual mítico estadio, solamente tres futbolistas estarán recordando imágenes propias de aquél día, el resto lo miró por tele.
Messi, Agüero y Di María son los únicos que repiten historia. El resto no estuvo (Otamendi fue parte de Sudáfrica 2010, pero no de Brasil 2014). Es decir, la renovación es casi total. Imposible de disimular o tomar como algo menor; el 85% de la lista es nuevo. Todo un tema.
Han cambiado casi todos. Y los que se repiten tienen un peso específico que casi no se discute. Lo de Di María puede ser más cuestionable, pero hasta la aparición de De Paul no surgía nadie como alternativa cierta. Lo de Messi y Agüero no resiste análisis.
Todo lo anterior es contexto. La verdad es que el foco de estas líneas es tratar de explicar el por qué de bajar la vara. El por qué de no pedir tanto resultado inmediato. A este grupo casi nuevo y estrenándose en un torneo se le exige ganar, ganar y ganar. Y evidentemente han sentido la presión.
“Estos chicos parece que van a la guerra. Todo les llega. A mi me llegaba cuando era jugador”, dijo el último domingo Scaloni durante la conferencia de prensa. “La mayoría de lo chicos nunca vivió algo así de tener que ganar o ganar para clasificarse. Por eso el equipo estuvo impreciso”, afirmó Messi. “La verdad es que estábamos muy nerviosos pero por suerte ahora arranca otra copa”, remató Lo Celso.
Todos coincidieron en que el afuera afecta y mucho. Y entonces la pesada herencia de las tres finales, de los 26 años sin ganar nada hacen de las suyas. Por eso hay que aflojar. Pensar en Venezuela y después en lo que venga. Lo seguro es que, primero, el adentro no está ayudando a calmar el afuera; pero el afuera debe empezar a dejar de volar y andar por tierra firme. Ya no somos lo que éramos y, cuanto antes lo aprendamos, mejor será para todos.