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(CNN Radio Argentina)— El director del Centro de Estudios de la Productividad, Ariel Coremberg, afirmó este viernes en CNN Radio que el presidente Alberto Fernández pagará el costo político del alza del dólar informal porque “no hay funcionarios de envergadura con suficiente poder para tomar decisiones” en materia económica.

“Veo que llegamos a una encrucijada, a una bisagra. Estamos entre dos monstruos: el de la hiper-desocupación y el de la hiperinflación. Y en el medio se ubica el presidente”, sostuvo el economista en Café con Pepe.

Coremberg dijo que esto es “no solo porque tenemos un sistema presidencialista, sino porque el partido gobernante determinó que no haya funcionarios” con poder de decisión.

Y aseguró: “Lo que sucede con el dólar está determinado con la crisis política en ciernes. Todo el costo político de esta suba del dólar blue la va a pagar el presidente porque no hay funcionarios de envergadura con suficiente poder para tomar decisiones”.

“Ponemos todos las decisiones en manos del presidente, como si fuera un líder omnisciente  y no es así”, indicó.

"Lo que más me preocupa no es el dólar sino la ruptura de empresas", afirma en economista Germán Fermo.

“Palabra devaluada”

Para el especialista, la escala del dólar informal “se desató a cortísimo plazo con la señal” dada a su juicio por el ministro de Economía, Martín Guzmán, cuando “dijo un domingo que no iba a haber ultra-cepo y el lunes fue a un ultra-cepo”.

Al respecto, dijo que “la palabra presidencial está devaluada” porque el mandatario gobierna “sin que tenga funcionarios de envergadura que puedan anunciar” medidas creíbles.

El costo político lo va a pagar él y a eso se traslada la devaluación del peso argentino”, enfatizó.

Coremberg dijo que desde la recuperación de la democracia el país tuvo dos o tres ministros de Economía “de envergadura”, Juan Vital Sourrouille, Domingo Cavallo y “podemos agregar a Roberto Lavagna”.

“Cuando el ministro de Economía le pega en la techa tiene un éxito transitorio. El beneficio político de ese éxito hace que le le genere sombras a la futura reelección del presidente y lo echa”, indicó.

Y añadió: “En la actualidad llegamos a punto de que no tenemos un ministerio de Economía. Está desmembrado, desarticulado en varias oficinas desperdigadas dentro del organigrama del Estado”.

Hay descoordinación absoluta de política económica, por no decir anarquía,. Esto es lo mismo que pasó con (Mauricio) Macri”, acotó.

Y concluyó: “Esto es más profundo. En la burocracia intermedia del Estado hay militantes, en algunos casos profesionales, pero que responden a la agenda del presidente de turno y no a las necesidades de la función a la que ha sido asignado. Estamos sujetos a las decisiones de la militancia, que tratan de interpretar las palabras contradictorias del presidente”.