(CNN Radio Argentina) – Héctor Torres, exdirector ejecutivo en representación de la Argentina ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), señaló este lunes en CNN Radio que el próximo acuerdo de nuestro país con el organismo creditico, el “número 23” según precisó, “tendría que ser el último”.
“Para eso tenemos que poner la economía en orden: no hay ninguna vuelta”, sopesó durante la emisión del programa Café con Pepe, a la vez que remarcó que “la Argentina no se va a complicar” por la tambaleante situación de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
“La posibilidad de que Georgieva tenga que renunciar es real, pero hay más chance de que quede debilitada. Los europeos siempre tuvieron ese cargo”, expresó el especialista.
Torres calificó de “fantasía” suponer que puede favorecer a la Argentina el hecho de que Georgieva sea ”amiga de (Joseph) Stiglitz (premio Nobel y exprofesor del ministro de Economía argentino en Columbia), del que Martín Guzmán es discípulo”. Y agregó: “Es un disparate pensar que el papa Francisco puede tener influencia sobre los criterios del Fondo. Ya nos ha hecho un gran favor al ofrecer el Vaticano como lugar de encuentro”.
“Georgieva llegó en un buen momento, durante la pandemia, con un idioma vinculado con la pobreza. Fue una buena elección y le dio aire fresco al FMI. Hacía falta alguien con sensibilidad política, pero otra cosa es hacer una evaluación a la medida de lo que necesita China. Y en un país como Estados Unidos eso es casi una traición”, desgranó Torres en diálogo con Pepe Gil Vidal.
“Georgieva viene del Banco Mundial y tiene esa formación. El Banco Mundial usa un idioma más ambiguo. El Fondo es más técnico y ortodoxo. Ahí tenemos ciertos roces”, recalcó, al mismo tiempo que deslizó que por este motivo “hay un tironeo” entre ambos entes.
”El Banco Mundial ve al Fondo como excesivamente dogmático. Georgieva llegó con apoyo político y autoridad moral, pero está perdiendo ambas cosas. La acusación de emplear su criterio político para torcer evaluaciones técnicas es particularmente grave”, acotó.
“Ella tiene que predicar con el ejemplo. Dirige un organismo que depende de las cifras que le pasan los países y a su vez controla esas cifras. Ya nos pasó a nosotros: no hace falta recordar lo que era el Indec”, concluyó.