Por Tom Cohen, Jim Acosta y Kevin Liptak, CNN
(CNN) — El presidente Barack Obama delineó este miércoles una visión del “poder que hace justicia” en la política exterior y argumentó que el pragmatismo moderno requiere poder militar y herramientas diplomáticas como las alianzas y las sanciones para influir y brindar un liderazgo a nivel mundial.
Dijo a los cadetes que se graduaron de la Academia Militar de Estados Unidos en West Point que tras la “larga temporada de guerras y las divisiones respecto a la forma de avanzar”, ahora representarán a Estados Unidos con el deber “no solo de proteger a nuestro país, sino de hacer lo correcto y lo justo”.
Obama recibió críticas de la derecha política por lo que para los críticos es la disminución de la influencia mundial de Estados Unidos y defendió sólidamente su política exterior al señalar que es la expresión más pragmática y eficaz del liderazgo de Estados Unidos en el mundo.
“Pocas veces Estados Unidos ha sido más fuerte respecto al resto del mundo” y sostuvo que “quienes afirman lo contrario —quienes insinúan que Estados Unidos está en decadencia o que ha perdido su liderazgo mundial— malinterpretan la historia o están envueltos en políticas partidistas”.
“Estados Unidos siempre debe dirigir en el escenario mundial”, dijo Obama; las fuerzas armadas “siempre serán la columna vertebral de ese liderazgo”, pero la acción militar estadounidense “no puede ser el único —ni el principal— componente de nuestro liderazgo en todos los casos”.
Obama recibió una gran ovación cuando señaló que sería la primera generación de graduados de West Point en más de una década a los que probablemente no desplegarían a una zona de guerra.
Desde que asumió la presidencia, señaló Obama, Estados Unidos puso fin a la guerra en Iraq y se preparó para terminar con el conflicto en Afganistán; diezmó a la dirigencia de al Qaeda en la frontera entre Afganistán y Pakistán, y eliminó a Osama bin Laden.
Ahora llegó el momento de cambiar la política exterior para combatir la amenaza continua del terrorismo que “ya no proviene de la dirigencia centralizada de al Qaeda”, sino de “las filiales descentralizadas de al Qaeda y de los extremistas cuyos objetivos se concentran en los países en los que operan”.
“Esto reduce las probabilidades de que ocurran ataques de la magnitud de los atentados del 11-S contra nuestro territorio, pero aumenta el peligro de que ataquen al personal estadounidense en el extranjero, como ocurrió en Benghazi”, dijo Obama refiriéndose al ataque de 2012 en el que murieron cuatro estadounidenses en un complejo estadounidense en Libia.
“La interrogante a la que nos enfrentamos —la interrogante a la que cada uno de ustedes se enfrentará— no es si Estados Unidos será líder, sino cómo dirigiremos, no solo para garantizar nuestra paz y prosperidad, sino para extender la paz y la prosperidad alrededor del mundo”, dijo Obama a los cadetes.
El presidente dio su discurso un día después de revelar el plan de dejar casi 10.000 soldados en Afganistán para fines de año, aunque esencialmente se pondrá fin al compromiso de las fuerzas armadas estadounidenses en la zona para finales de 2016.
“No podemos solamente poner fin de forma responsable a nuestra guerra en Afganistán y lograr los objetivos que nos llevaron a la guerra en primer lugar, también seremos capaces de iniciar un nuevo capítulo en la historia del liderazgo de Estados Unidos en todo el mundo”, dijo Obama en la Casa Blanca el martes al detallar su plan respecto a Afganistán y anticipar su discurso sobre política exterior en West Point.
Aunque Obama tuvo notorios éxitos en política exterior al principio de su mandato —entre ellos la misión militar en la que se encontró a bin Laden— ha recibido duras críticas recientemente por lo que sus opositores consideran una postura pasiva frente al exterior.
Hacen referencia a sus antecedentes en Siria, en donde rechazó ejecutar ataques aéreos luego de que se reportara que el régimen del presidente de Siria, Bachar al Asad, usó armas químicas contra sus ciudadanos. El Congreso estadounidense evitó aprobar el uso de la fuerza militar, por lo que Obama no tuvo más remedio que negociar un acuerdo con el que se arrebataría a al Asad el control del arsenal químico pero lo mantendría en el poder en plena guerra civil.
En su discurso del miércoles, Obama dijo que no había una solución militar para la guerra civil en Siria y agregó que “colaborará con el Congreso para aumentar el apoyo para aquellos miembros de la oposición de Siria que representen la mejor alternativa a los terroristas y a un dictador brutal”.
Quienes critican la política exterior de Obama también han señalado que el que el presidente afirme claramente que el uso de la fuerza militar en Ucrania está fuera de discusión da la impresión equivocada a otros países —específicamente a China— que tienen sus propias disputas territoriales con Estados vecinos.
Estados Unidos y sus aliados impusieron sanciones económicas a Rusia por su incursión en Ucrania, aunque esa medida no ha ayudado mucho a acallar los argumentos de los detractores de Obama.
Obama reiteró que Estados Unidos usará la fuerza militar “unilateralmente si fuera necesario” cuando su pueblo esté en peligro, cuando su forma de vida esté en riesgo o sus aliados estén en peligro, pero señaló que el umbral es más alto cuando los asuntos mundiales “no representan una amenaza directa” al país.
“En esas circunstancias no lo haríamos solos”, dijo. “Debemos movilizar a los aliados y a los socios para tomar medidas colectivas. Tenemos que variar nuestras herramientas de forma que incluyan a la diplomacia y al desarrollo; a las sanciones, al aislamiento; los llamados a observar el derecho internacional, y si es justo, necesario y efectivo, a la acción militar multilateral”.
Un enfoque colectivo de esa clase “tiene más probabilidades de éxito, más probabilidades de sostenerse y menos probabilidades de producir errores costosos”, dijo Obama.
Según sus asistentes, el discurso de Obama en West Point es el inicio de una campaña de política exterior más amplia que se extenderá hacia su próximo viaje a Europa, en el que está contemplada la cumbre del G-7 en Bruselas y una visita a Polonia con la que se pretende dar certidumbre a los aliados en Europa del Este tras la intervención de Rusia en Ucrania.
Jim Acosta y Kevin Liptak contribuyeron con este reporte que Tom Cohen escribió en Washington.