Por Ashley Fantz
(CNN) — Si los reyes y las reinas pueden probar las mejores cosas de la vida, ¿por qué no pueden retirarse también?
No es tradicional y en parte va en contra de una de las mayores ventajas de ser rey o reina: un trabajo seguro de por vida. Pero pasa, como lo vimos este lunes.
El rey Juan Carlos I de España es el último monarca en abdicar.
“Merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando”, anunció el rey de 76 años en un discurso televisado en el que declaró que dejaba el trabajo tras casi cuatro décadas.
Su hijo, el príncipe Felipe, de 46 años de edad, tomará su lugar.
El rey español es uno de varios monarcas que se han retirado en los últimos años.
La reina Beatriz
En enero de 2013, la reina Beatriz de Holanda pasó la corona a su hijo, el príncipe Guillermo Alejandro, quien entonces tenía 46 años.
Beatriz, querida por los holandeses, había reinado por más de tres décadas. Al dejar el trono, aseguró que su retiro no significaba un descanso. “Esto no quiere decir que tomo un descanso de ustedes”, dijo a sus seguidores en la plaza Dam, afuera de su palacio en Amsterdam.
Su abdicación fue una medida marcada por la tradición en Holanda, donde se cree que es mejor irse cuando se está en la cima, según los historiadores.
La reina Beatriz era la tercera monarca en abdicar, tras su abuela y su madre.
“La abdicación de Beatriz no fue controversial”, explicó el historiador Richard Fitzwilliams. “La gente estaba feliz con eso y nadie pensó menos de la monarquía”.
De padre a hijo en Bélgica
En julio de 2013, el rey Alberto II de Bélgica renunció a su reinado, supuestamente por preocupaciones de que estaba muy viejo como para cumplir con sus deberes, entre los cuales están incluidos “sugerir, aconsejar, advertir y alentar” a los legisladores del país, de acuerdo con el sitio del gobierno belga.
El rey Alberto tenía 79 años cuando se retiró. Había reinado durante 20 años.
Su hijo, un piloto combatiente de 53 años de edad, se convirtió en el rey Felipe. El país había estado en crisis, dividido entre el norte y sur donde los residentes hablan diferentes idiomas.
Un papa renuncia (y hace historia)
Un “renuncio” sin precedentes ocurrió en febrero de 2013, cuando el papa Benedicto XVI anunció que dejaba su cargo. Su “avanzada edad” fue la razón por la cual salió, indicó el Vaticano.
El pontífice de 85 años había liderado la Iglesia católica desde 2005.Joseph Ratzinger se convirtió en el primer papa en renunciar a su cargo en casi 600 años.
El arzobispo Georg Ganswein dijo a Reuters que Benedicto lee, reflexiona y ora. Además, camina en los jardines del Vaticano, toca el piano y recibe invitados en un monasterio.
Es un hombre de casa que hace pocas apariciones públicas, como durante la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII en abril.
Un cambio de guardia en Qatar
Sheikh Hamad bin Khalifa Al Thani, emir de Qatar, abdicó y transfirió el poder a su hijo en 2013.
Sheikh Hamad, quien ascendió al trono en 1995 tras derrocar a su padre, emitió un mensaje público sobre sus planes.
“Declaro que entregaré los reinos del poder a Sheikh Tamim bin Hamad al Thani y estoy seguro de que él podrá cumplir con la responsabilidad, merecerá la confianza, capaz de cargar con la responsabilidad y cumplir con la misión”, dijo el emir, según The Independent.
La decisión de Sheikh Hamad de ceder el poder por voluntad propia no tenía precedentes en la historia moderna de la región. La norma es que los líderes del golfo Pérsico gobiernen durante décadas hasta su muerte o hasta que las circunstancias los obliguen a dejar su cargo, como ocurrió durante la Primavera Árabe que sacó a los líderes de Túnez, Egipto y Libia.
A sus 33 años, Sheikh Tamim se convirtió en el monarca más joven de la región.
Selfies españolas y el cambio
Este lunes en España, luego de que el rey anunció su retiro, turistas se tomaron selfies frente al palacio real en Madrid. Algunos miraban a través de las puertas.
“El cambio es bueno, nueva sangre puede ser buena, ¿por qué no?”, dijo la española Natividad Andrés. “Todo es tan impredecible, piensas en los políticos que te ofrecen una cosa y te dan otra, y las cosas siguen funcionando”.
Lola García dijo a Reuters que estaba preocupada por lo que indicaba la abdicación.
“Es una pena. Realmente lo siento”, señaló”. No sé qué será de España y no quiero ver lo que viene”.
Este lunes, el rey destacó en su discurso que España padecía problemas financieros.
“La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado serias cicatrices en el tejido social, pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza”, dijo.
El analista Fitzwilliams calificó la abdicación de Juan Carlos como una “tragedia real”.
“Él quería quedar en la hsitoria como el rey que fue símbolo de la unidad nacional para una España muy dividida”, dijo el historiador. “Los españoles, muchos de ellos viejos, lo admiran”.
Aún hay “una gran cantidad de buenos sentimientos” hacia el rey, a pesar de los escándalos que han afectado su reinado.
En 2012, su popularidad cayó luego de que se cayó y se rompió la cadera en un viaje a Botswana, pues los medios españoles difundieron una imagen que lo mostraba junto a un elefante al cual le había disparado.
Sin embargo, Fitzwilliams recordó este lunes que durante su reinado, Juan Carlos logró unir a facciones políticas de España y frenar un golpe militar en 1981.
“Ha hecho un gran servicio al país”, dijo el historiador.
¿El trono británico será el próximo?
La noticia de la abdicación de Juan Carlos no sorprendió a la autora británica e historiadora Kate Williams.
“Hemos visto esto en Bélgica y en Holanda”, dijo. “Pienso que frecuentemente se piensa que el trono debe estar en manos de alguien joven y vibrante y divertido. Pero nunca lo verás en el Reino Unido. Nunca”.
La reina Isabel II ha dicho que cree que el trabajo de liderar Gran Bretaña le fue dado por Dios y solo Dios puede quitárselo, explicó Williams.
El hecho de que la reina se quede en su lugar es fundamental para el sentido de cohesión en la cultura británica, agregó.
Pero sí ha pasado
No hay forma de que la reina Isabel no considere el efecto que tuvo la abdicación del rey Eduardo VIII para la sociedad británica en 1936.
Eso aún “persigue” al palacio, dijo Fitzwilliams.
El rey Eduardo causó una gran conmoción cuando declaró que quería casarse con la estadounidense divorciada Wallis Simpson, un acto que rompía las reglas de la Iglesia de Inglaterra. Renunció al trono y se convirtió en el duque de Windsor.
La pareja se fue de viaje a Alemania. Aparecieron reportes acerca de que el antiguo rey simpatizaba con los nazis.
Vivieron el resto de su vida en Francia.
El episodio es considerado como vergonzoso para el legado de la monarquía británica, dijo Fitzwilliams.