(CNN Español) – En febrero del 2016 Haití debía tener nuevo presidente. Pero en el país más pobre de América, sumido en una profunda crisis política, social y humanitaria, las cosas no siempre suceden cuando deberían.
Solo un año después, este 7 de febrero del 2017, el empresario bananero Jovenel Moïse se posesionó como presidente, en una modesta ceremonia realizada en Puerto Príncipe.
La posesión de Moïse tuvo lugar, según se observa en las fotografías enviadas a la prensa internacional desde la capital haitiana, en una tarima que recuerda el palacio presidencial destruido tras el terremoto del 2010, que dejó más de 200.000 muertos y del que todavía no se recupera el país. La sede presidencial haitiana, de hecho, no ha sido reconstruida del todo.
La llegada del empresario a ese cargo se produce en medio de una controversia que no termina, pues con el argumento de que hubo fraude los partidos perdedores no reconocieron los resultados de las elecciones, anuladas en octubre del 2015 y luego aplazadas en tres ocasiones, primero por violentas protestas en las calles y luego por el paso del huracán Matthew.
Moïse, un hombre de 48 años que no tiene experiencia en la política, ganó la primera vuelta el pasado 20 de noviembre, con el 55,67% de los votos, según lo anunció el Consejo Provisional Electoral (CEP, por sus siglas en francés) de ese país.
De acuerdo con la ONG Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), el partido de Moïse recibió financiamiento directo de Estados Unidos mediante la agencia USAID y por eso se convirtió en la fuerza política con mayores recursos económicos para construir una campaña “en la que se presentó como ejemplo de emprendedor exitoso”.
De hecho, su principal promesa de campaña fue sacar de la pobreza al país con la creación de millones de empleos gracias a la modernización del sector agrícola y al fomento de las exportaciones.
En febrero del 2016, cuando el mandato legal del entonces presidente Michel Martelly llegó a su fin, el presidente del Senado Jocelerme Privert fue designado como presidente interino por el Parlamento. Su periodo se venció en junio pasado y, desde entonces, el vacío de poder era la constante en la isla.
Moïse, del Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), tiene el respaldo de Martelly, una figura ampliamente reconocida por los haitianos que también es cantante. El empresario bananero, en cambio, es un hombre de un perfil bajo.