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Un relato feliz: mis padres me aceptaron como hombre transgénero
07:46 - Fuente: CNN

(CNN) – Como cualquiera en su tercer trimestre de embarazo, Trystan Reese está lidiando con los antojos y la acidez. Pero, a diferencia de la mayoría de padres primerizos, Reese es un hombre transgénero que está esperando un bebé con su pareja de hace siete años, Biff Chaplow. Estos hombres de Portland, Oregon, recibirán a su hijo en julio próximo.

“A medida que avanza el embarazo es cada vez más obvio que no se trata solamente de un hombre con una panza cervecera”, le explicó Chaplow a la afiliada de CNN KATU.

“Me siento bien siendo un hombre con útero”

Reese, a quien se le asignó el género de mujer cuando nació y dice que mantiene sus “partes originales”, añadió que él nunca quiso cambiar su cuerpo.

“Creo que mi cuerpo es increíble. Siento que es un regalo haber nacido en un cuerpo como este y le hice los cambios necesarios para poder seguir viviendo en él, tanto con hormonas como con modificaciones corporales”, sostuvo en un video publicado en el perfil de Facebook de la pareja.

“Me siento bien con el hecho de que mi cuerpo sea trans. Me siento bien siendo un hombre con un útero y la capacidad de tener bebés. No siento que eso me haga menos hombre. Simplemente ocurre que soy un hombre que puede tener un hijo”, añadió Reese.

Reese, de 34 años, y Chaplow, de 31, adoptaron a los sobrinos de este último en 2011. La pareja sabía de muchos hombres transgénero que tuvieron niños de “una manera saludable y responsable”, por eso no quisieron que su embarazo fuera diferente.

“Nos reunimos con el mejor equipo médico que pudimos encontrar para averiguar si era posible hacerlo de manera segura”, le narró Reese a CNN.

Él dejó de tomar testosterona unos meses antes para preparar su cuerpo hacia el proceso de quedar en embarazo.

“Hemos estado bajo supervisión médica todo el tiempo”, sostuvo, “para hacerlo de la manera más saludable y segura posible”.

Tras cinco meses, Reese finalmente supo que estaba embarazado. “Estaba encantando y entusiasmado”, confesó. “Una claridad llegó a mí”, describió.

Reese ha inventado formas únicas de camuflarse cuando va al trabajo y a la tienda, con el único objetivo de “mantener a raya cualquier tipo de negatividad” que pueda provenir de su creciente barriga. De hecho, asegura que los profesionales de salud que lo atienden en el hospital fueron entrenados para ser sensibles a esta situación.

Pero desafortunadamente, la negatividad que la pareja ha vivido no es tanta en interacciones cara a cara sino en línea.

“Nos hemos dado cuenta que detrás del anonimato las personas se sienten muy empoderadas para decirnos lo que nos debería pasar a nosotros, a nuestro hijos y a nuestra familia”, indicó Reed. “La razón por la que tienes un hijo es porque quieres ver más amor en el mundo y recordar lo difícil que será, es muy duro”, agregó.

Un embarazo normal

Sobre las desventajas del embarazo, Reese sostiene que la parte más difícil han sido la “cosas asquerosas … las cosas incómodas” que vienen con el hecho de esperar un niño.

“Sentir acidez después de cada comida, todo el tiempo”, comentó añadiendo que el antojo más extraño y más intenso que ha tenido fue por unas papas fritas de McDonald’s que sus amigos debieron llevarle en medio de la noche.

“Han sido temas de un embarazo normal”, explicó. “Es duro para tu cuerpo y no he podido ser ni el padre ni la pareja perfecta porque no tengo el mismo nivel de energía”, afirmó.

Mientras se acerca la fecha del nacimiento, la pareja prepara a sus hijos para el nuevo miembro de la familia.

“Somos una pareja dedicada, nos dedicamos el uno al otro, nos dedicamos a nuestros hijos y planeamos estar tan dedicados a este nuevo bebé como lo estamos con nuestros hijos actuales”, manifestó Reese.

“Ellos no están emocionados de compartir el tiempo de sus papás con una nueva criatura, pero están ilusionados con la idea de ser un hermano y una hermana mayor”.