Nota de editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Stephen Hawking fue, sobre todo, un sobreviviente; de sí mismo y de todos nosotros.
Se burló de nuestra compasión y, sin embargo, aceptó divertido, que no le comprendiéramos del todo.
En una ocasión dijo: ‘El universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la gente a la que amas’.
No tuvo reparo alguno en que le convirtiéramos en un icono de la cultura popular: hizo siete cameos en la comedia “The Big Bang Theory” y varias veces apareció en “Los Simpson”, que él adoraba. Y en 2014, una película, La teoría del todo, repasó su vida.
Era una autentica una superestrella global, sin necesidad de la fatua aceptación de las redes sociales.
Con su muerte, siento que nos vamos quedando cada vez más cortos, más justos de seres realmente imprescindibles.
Mientras los otros… parecen florecer por generación espontánea.
Hawking nunca se rindió pese a que sólo podía comunicarse moviendo un músculo bajo su ojo con el que accionaba un sintetizador de voz.
Leo en el diario español El País que, a los 21 años, cuando le diagnosticaron la enfermedad que pudo haberlo matado mucho antes, estaba hospitalizado y vio en la cama de al lado cómo moría un joven de leucemia. “Siempre que cometo la tentación de compadecerme, a mí mismo recuerdo a ese chico”, escribió alguna vez.
Pero nunca se rindió. Tuvo la valentía de descartar a Dios como creador del universo y de decir que “sería aburrido ser Dios, (un sujeto) sin nada más por descubrir”.
Y ante la arremetida de algunos líderes religiosos y de los beatos impenitentes, aseguró que una vez que la ciencia ha logrado explicar cómo funciona el Universo, ya no hay ‘’mucho espacio para milagros o para Dios”.
Y reiteraba que “la ciencia está contestando cada vez más preguntas que solían ser dominio de la religión”.
Cuando alguien se atrincheraba e insistía, solía responder sin inmutarse que antes del Big Bang, término con el que se refirió al origen del espacio y el tiempo, no hubo nada. Ni nadie.
En una ocasión dijo: “El universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la gente a la que amas”.
Hasta ahorita, Hawking