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Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) – Roseanne Barr y la serie que lleva su nombre han pasado de la cima a la sima. Con s. De la cúspide al abismo. Y en cuestión de horas.

En su cuenta de Twiter, la actriz se refirió a Valerie Jarret, exasesora de Obama de origen iraní, como descendiente de los Hermanos Musulmanes y del Planeta de los Simios por su ‘’tez oscura’’.

De nada ha valido la disculpa de Barr. Tampoco los magníficos índices de audiencia entre los televidentes de 18 a 41 años, que es lo que buscan desesperados los vendedores de publicidad.

La cadena estadounidense ABC, cuya dueña es la compañía Disney, canceló el remake de la serie que intentaba mostrar cómo vive una familia de trabajadores en los Estados Unidos de hoy, y calificó el mensaje de ‘’abominable, repugnante e inconsistente’’ con los valores que defiende.

Roseanne Barr es una mujer que lleva la polémica incorporada. No porque apoye al presidente Trump —que es su derecho—, sino porque cree que puede hablar de todo y de todos sin al parecer, parar mientes en las consecuencias.

Lo curioso es que cuando esta segunda etapa de la serie se comenzó a emitir, los más cándidos consideraban que más allá de las apetencias políticas de cada cual, un programa humorístico podía de alguna manera, enfriar la crispación nacional. Craso error.

Debían de haber tenido en cuenta un dato del Southern Poverty Law Center: entre 2016 y 2017 el número de grupos de odio en Estados Unidos aumentó 4%.

El mayor incremento se dio entre los nacionalistas blancos y los neonazis.

Solo en el estado de la Florida, se contabilizaron 66 grupos que apuestan por la intolerancia interracial y religiosa.

El Southern Poverty Law Center es una organización que cuantifica los delitos de odio en Estados Unidos Y que no tiene carácter partidista alguno. Pero esos matices a la hora de descalificar, ningunear, atropellar y anular al otro, nunca se tienen en cuenta.