Londres (CNN) – Hubo un tiempo en que el príncipe Andrés lo tenía todo: un héroe de guerra condecorado, un príncipe playboy, un embajador internacional de la casa británica viviendo una vida de privilegios. Pero esos días parecen haber quedado atrás. En su lugar, el duque de York, el noveno en la línea de sucesión al trono británico, ha sido demandado por presuntos abusos sexuales.
Los documentos del tribunal federal presentados el lunes revelan que la demanda fue presentada por Virginia Roberts Giuffre, una supuesta víctima del agresor sexual y financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein. Giuffre ya ha dicho públicamente que fue obligada a realizar actos sexuales con el príncipe Andrés del Reino Unido. En 2019 dijo a la BBC que fue traficada por Epstein y obligada a tener sexo con sus amigos, incluido el duque de York, cuando era menor de edad.
Andrés ha negado repetidamente las acusaciones de Giuffre. Pero su asociación con Epstein ha arrojado una oscura sombra sobre él.
Ante la presión de la opinión pública, el príncipe se apartó de sus funciones reales a raíz de una entrevista que concedió en 2019 a la BBC en la que se consideró que había dañado su propia credibilidad. Rara vez aparece en público. Cuando su hija mayor, la princesa Beatriz, se casó el año pasado, no apareció en ninguna de las cuatro fotografías oficiales que se publicaron.
El Palacio de Buckingham ha negado previamente las acusaciones de Giuffre en una declaración de 2019 a CNN, diciendo: “Se niega enfáticamente que el duque de York haya tenido cualquier forma de contacto o relación sexual con Virginia Roberts. Cualquier afirmación de lo contrario es falsa y sin fundamento”.
El martes, un representante del equipo legal del duque rechazó hacer comentarios. El Palacio de Buckingham también se negó a hacer comentarios.
Alex McCready, responsable de Reputación y Privacidad de Vardags, un bufete de abogados especializado en gestionar casos de clientes de alto perfil, dijo que el príncipe no corre el riesgo de ser extraditado, porque la demanda es un asunto civil.
“Si no coopera, se enfrentará a una sentencia de incumplimiento, a importantes daños y perjuicios y a una reputación aún más deteriorada. Otra opción, a menudo preferida en estos casos de alto perfil, es un acuerdo extrajudicial”, dijo.
Gerhard Kemp, profesor de Derecho de la Universidad de Derby en el Reino Unido, dijo que es poco probable que la denuncia de Giuffre cambie radicalmente la situación del duque, ya que no parece incluir nueva información sustancial más allá de lo que ya se ha alegado.
El caso criminal en curso contra Ghislaine Maxwell, una socialité británica y exnovia de Epstein, podría causar un mayor dolor de cabeza para el príncipe, dijo Kemp.
“Lo que cambiará el juego será si el caso penal contra Maxwell va a arrojar pruebas significativas que impliquen al Duque de York, lo que a su vez puede alterar la naturaleza de los procedimientos en EE.UU. del actual caso civil a un posible caso penal contra el duque”, dijo a CNN en un correo electrónico.
Maxwell está acusada de conspiración y tráfico sexual, de conspiración y de incitar a menores a viajar para participar en actos sexuales ilegales, y de transporte de menores para participar en actividades sexuales delictivas por supuestamente preparar, reclutar y abusar de chicas menores de edad entre 1994 y 1997. Ella se declaró inocente.
Las autoridades estadounidenses han acusado previamente a Andrés de no cooperar con los intentos de entrevistarlo como parte de la investigación sobre la presunta red de tráfico sexual que Epstein y Maxwell presuntamente operaban.
El entonces fiscal del distrito sur de Nueva York, Geoffrey Berman, dijo en enero de 2020 que Andrés no había cooperado con los intentos de entrevistarle sobre Epstein, a pesar de haber dicho que lo haría. “Hasta la fecha, el príncipe Andrés ha proporcionado cero cooperación”, dijo Berman en ese momento.
Los fiscales federales solicitaron una entrevista en junio de 2020 con el príncipe Andrés como parte de su investigación sobre la presunta red de tráfico sexual que alguna vez operó Epstein, dijo una fuente a CNN en ese momento.
Pero no pueden hacer mucho más. A menos que el propio príncipe se convierta en objetivo de una investigación penal, sus opciones son limitadas.
“En ausencia de una denuncia penal formal en EE.UU. contra el duque de York, mi expectativa es que seguiremos viendo el statu quo… las solicitudes de las autoridades estadounidenses para que el duque/su equipo legal proporcionen cooperación voluntaria y el duque/su equipo legal seguirán diciendo que están dispuestos a cooperar, una afirmación que parece ser algo cuestionada por las autoridades estadounidenses”, dijo Kemp.
El propio príncipe Andrés habló de las acusaciones en una entrevista con la BBC en noviembre de 2019 que provocó una condena casi universal en la prensa británica y en las redes sociales.
El príncipe dijo a Emily Maitlis, de la BBC Newsnight, que no había visto nada que le pareciera sospechoso cuando estaba cerca de Epstein, quien murió por suicidio en agosto de 2019 mientras esperaba el juicio por cargos federales de haber abusado sexualmente de niñas menores de edad y haber dirigido una red de tráfico sexual. Epstein se había declarado inocente.
“Heredero de repuesto”
Andrés es el segundo hijo de la reina Isabel II y hermano del príncipe Carlos.
Originalmente el segundo en la línea al trono, se convirtió en el número tres cuando nació el príncipe Guillermo, y se ha deslizado cada vez más hacia abajo con cada nacimiento real. Ahora es el noveno en la línea.
Ser el “heredero de repuesto” es un papel muy difícil de cumplir. A lo largo de su vida, Andrés solo ha visto disminuir sus posibilidades de acceder al trono, pero aún se enfrenta a todo el escrutinio y las expectativas relacionadas con ser un miembro de la realeza.
Al igual que otros reemplazos, especialmente la hermana de la reina, la fallecida princesa Margarita y, más recientemente, el príncipe Harry, Andrés fue visto a veces como el “fiestero real”.
Su colorido pasado es quizás mejor ilustrado por la cantidad de apodos que los tabloides británicos han dado al príncipe a lo largo de los años, desde “Randy Andy” (Randy el caliente) hasta “Airmiles Andy” (Andy millas de viajero).
“Cuando piensas en el príncipe Andrés, piensas en tres cosas”, dijo Richard Fitzwilliams, un comentarista real.
“Su servicio leal en las Malvinas, su exesposa Sarah Ferguson, que fue una catástrofe para la realeza, y ahora, por supuesto, también el vínculo de Epstein”.
Héroe de guerra
Los tabloides británicos con frecuencia se refieren al duque como el hijo favorito de la reina. Este apodo parece estar fundado en el hecho de que la reina pudo pasar más tiempo con él y con su hermano menor, el príncipe Eduardo, conde de Wessex, durante su primera infancia, en comparación con sus dos hijos mayores, el príncipe Carlos y la princesa Ana, que nacieron justo antes de que ella ascendiera al trono.
A diferencia de su hermano mayor Carlos, Andrés no fue a la universidad. En cambio, se unió a la Armada Real. Unos años más tarde, estaba navegando por el Atlántico en una misión para recuperar las Islas Malvinas o Falkland de Argentina. Regresó como héroe y como uno de los favoritos de la nación.
Entra Sarah Ferguson.
El príncipe y Ferguson, conocidos como “Fergie”, fueron la última pareja de moda de finales de la década de 1980. Su boda atrajo a una audiencia televisiva de cientos de millones. Decenas de miles de personas salieron a las calles ese día, un evento que The New York Times describió como la “fiebre de Fergie”.
Los años escandalosos
Como plebeya, se decía que Ferguson llevaba un soplo de aire fresco a la familia real. La luna de miel terminó pronto. Andrés y Ferguson se separaron en 1992 y se divorciaron en 1996, luego de varios escándalos. Sin embargo, los dos mantienen una relación cercana, para el regocijo de los tabloides británicos.
Después de abandonar el servicio militar activo en 2001, el príncipe se convirtió en un “miembro de la realeza de tiempo completo”, asumiendo un papel como promotor de las empresas británicas. Se convirtió en el representante especial del Reino Unido para el comercio internacional y la inversión, viajando por el mundo vendiendo la marca británica.
Esa carrera terminó abruptamente unos meses después de ser fotografiado con Epstein en Central Park en 2010. En ese momento, Epstein era un delincuente sexual registrado que había cumplido 13 meses de prisión por cargos relacionados con la prostitución.
El vínculo con Epstein
Andrés era uno de los muchos hombres influyentes de alto perfil con los que Epstein se había asociado. El príncipe dijo que conoció a Epstein en 1999 y “lo vio con poca frecuencia y probablemente no más de una o dos veces al año”. También admitió haberse alojado en “varias de sus residencias [de Epstein]”.
Epstein, de 66 años, fue encontrado muerto en su celda de una prisión de Nueva York en agosto. Estaba esperando un juicio por cargos federales, acusado de abusar sexualmente de mujeres menores de edad.
El príncipe siempre ha afirmado que nunca sospechó el tipo de comportamiento del que Epstein estaba acusado. Pero esa afirmación es problemática dado que se asoció con Epstein incluso después de su acuerdo de declaración de culpabilidad de 2008, en el que se declaró culpable de dos cargos estatales de prostitución.
El príncipe de 59 años fue nombrado en los documentos de la corte en Nueva York en agosto de 2019, donde se sostuvo que había tocado a una joven en la propiedad de Epstein en Manhattan. Anteriormente, fue nombrado en relación con Epstein cuando Virginia Roberts Giuffre afirmó que el financiero la mantuvo como una esclava sexual adolescente.
El príncipe insiste en que nunca presenció o sospechó el tipo de comportamiento que condujo al arresto de Epstein, pero admitió que fue “un error y una falla” haberse reunido con el financiero en desgracia en 2010.
El episodio es doblemente vergonzoso para el príncipe, dada la participación de su hija, la princesa Eugenia, en una organización benéfica que lucha contra la esclavitud moderna.