(CNN) — Un hombre afroamericano regresa a la Casa Blanca. Hace cuatro años, fue la primera ocasión, la ruptura de la barrera racial. La noche del martes, fue la repetición de la historia.
En medio de la fragmentación nacional y una época de profunda animadversión ideológica, los estadounidenses eligieron al presidente Barack Obama para un segundo mandato. Miles se regocijaron con su victoria, una que parecía más dulce y quizá más significativa.
“Esta es la afirmación de que su color no importa, y que su mensaje encontró eco entre la gente”, dijo el sociólogo de la Universidad de Yale, Jeffrey Alexander, autor de Obama’s Victory and the Democratic Struggle for Power (La victoria de Obama y la lucha democrática por el poder).
“Es muy importante ya que esto indicará que un afroestadounidense puede ser visto por lo que dice y no por lo que es”.
Si Obama hubiese perdido la elección, probablemente él habría sido recordado en la historia como el primer presidente afroamericano, y tal vez por poco más, dijo Alexander.
Ahora tiene la oportunidad de crear un legado enraizado no en su identidad, sino en sus ideas.
Shayne Lee, sociólogo de la Universidad de Houston, concordó con lo anterior.
“Si este país quiere que el presidente Obama tenga otro mandato, estoy dispuesto a decir que es un momento importante”, dijo.
Como afroestadounidense, Lee comprendió lo importante que fue el 2008. Pero su entusiasmo fue moderado.
Sabía que el país estaba cansado luego de dos guerras costosas en Afganistán e Iraq, una economía a la baja y un gobierno que él sentía excluía a la gente común. Pensaba que el senador de Arizona, John McCain, era un candidato débil, y que las circunstancias le eran favorables a Obama. Cuatro años después, Obama recorrió un camino mucho más difícil, dijo Lee.
Los estadounidenses tenían una alternativa fuerte en el candidato republicano, el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney. Sentía que el país ya no se encontraba en una situación desesperada y que los votantes tenían más de una opción. A pesar de ello, eligieron a un hombre afroamericano. Otra vez.
“Enviaron un mensaje al mundo de que a pesar de que pudieran existir tendencias racistas, no son suficientes para impedir que Obama gane”, dijo Lee.
“No podemos negar que este es un nuevo espacio social que ocupamos en este país”.
Lee cree que una parte muy importante del tema nacional de Obama en un segundo mandato será el de un Estados Unidos cambiante. Eso incluye una postura más firme en materia de relaciones raciales, tema del que algunos creen que por conveniencia política Obama tuvo que distanciarse durante su primer mandato. Por eso atrajo las críticas de los afroestadounidenses con altas expectativas en un presidente afroamericano.
“¿Se imaginan saber que eres el primer presidente afroamericano y que tienes que ganar el Medio Oeste para lograr un segundo mandato?”, dijo. “Es un delgado hilo que integra su capacidad para ganar, siendo un candidato afroamericano.
“Las limitaciones no estarán en su segundo mandato. Él va a tener mucho más firmeza”.
En cálculos de Esther Armah, dramaturga y presentadora de radio en Nueva York, la reelección de Obama deja una sensación de ser más histórica que la primera, debido a lo que ella ve como una marea de insensibilidad hacia la gente de color.
Ella criticó medidas como las nuevas leyes de presentar identificación para votar en varios estados, lo cual dijo obstruye la participación y “profana” la democracia estadounidense. Dijo que la reelección de Obama representó una denuncia de esas medidas y del candidato republicano a la presidencia que las apoyó.
“Es muy importante tener en cuenta que esto no solamente era una opción de hacer que alguien regresara a la Casa Blanca”, dijo Armah, “sino la opción de rechazar a un hombre que demostró insensibilidad. He respirado. Tengo alivio”, dijo.
Van Jones, colaborador de CNN, dijo que la victoria de Obama fue posible gracias al apoyo de una coalición de personas que reflejan la demografía de Estados Unidos.
“Hace cuatro años nadie creía que se pudiera tener unidos a afroamericanos, lesbianas, gays, latinos y jóvenes para sacar adelante al país”, dijo Jones, exasesor especial de Obama.
Sin embargo, Obama fue demonizado y convertido en un personaje caricaturesco, dijo. Los afroestadounidenses preguntaban que si alguien como Obama no es aceptable, ¿entonces quién lo sería?
“Aquí hay un desagravio”, dijo Jones. “Esta es una reacción en contra de la reacción. Ustedes vieron a los afroaestadounidenses arremeter, a los latinos arremeter, a los jóvenes arremeter … diciendo que somos mejores que como hemos sido vistos en los ataques contra este presidente”.
Sin embargo, el reto para Obama en los próximos cuatro años ya no será de carácter racial, dijo Alexander. El reto será de carácter ideológico.
Obama ya no tendrá que buscar la reelección, pero tendrá que defender sus políticas, dijo Alexander.
“Su meta ha sido ser un candidato pospolarización, e ingenuamente creyó que podía hacerlo como presidente”, dijo. “No quería ser un personaje sumamente partidista. Como resultado, no pudo controlar el debate político. Va a tener que seguir haciendo campaña y no convertirse en un nerd político”.
Obama pareció reconocer eso la madrugada del miércoles, en su discurso de victoria en su natal Chicago, la ciudad en donde por primera vez abrigó sus esperanzas y emprendió sus sueños.
Ante la estruendosa multitud, formada por la coalición que anteriormente sería casi imposible, dijo que planeaba sentarse con Mitt Romney en las próximas semanas para trazar un nuevo camino para el país.
“Creemos en un Estados Unidos tolerante, abierto a los sueños de la hija de un inmigrante que jura ante nuestra bandera, a los de un joven del sur de Chicago que ve una vida más allá de la esquina de la calle, a los del hijo del trabajador de muebles en Carolina del Norte que quiere ser médico o diplomático o incluso presidente”, dijo Obama.
“Ascenderemos y caeremos como una sola nación, y como un solo pueblo. No importa si se es afroamericano o blanco, joven o viejo, rico o pobre. Pueden lograrlo en Estados Unidos, si se está dispuesto a intentarlo”.
Esto era un reflejo de su propia travesía, la de un hombre que lo logró siendo un presidente afroamericano durante dos mandatos.