Por Dana Bash
Washington (CNN) — El plan de reforma migratoria surgido de un grupo de senadores republicanos y demócratas, que se dio a conocer este lunes, es producto de un proceso de meses que comenzó después de las elecciones de noviembre, la cual registró un abrumador apoyo latino para el presidente Barack Obama.
Una fuente familiarizada con el desarrollo del plan dijo este lunes a CNN que el proceso comenzó inmediatamente después de la elección tras un llamado del senador republicano Lindsey Graham al demócrata Chuck Schumer, proponiéndole que reiniciaran su tarea sobre un proyecto de ley integral de inmigración, mismo que había sido suspendido en 2010.
Aquellas iniciativas presentadas en 2010 provocaron críticas de todos los bandos: en algún momento, la publicación progresista The American Prospect calificó a su plan como “ridículo” y los comités del Partido Republicano de Carolina del Sur, estado natal de Graham, lo censuraron por la forma en que votó en el Congreso en el tema de la inmigración. Las conversaciones finalmente se suspendieron.
En su llamada vía telefónica realizada en noviembre, Graham le dijo a Schumer que su colega republicano John McCain también quería estar involucrado en esta ocasión. McCain fue uno de los primeros que apoyaron una reforma migratoria integral, pero dejó de insistir en buscar un camino a la ciudadanía después de que su postura le pasó factura con los votantes republicanos, en 2008, durante las primarias de su campaña a la presidencia.
Poco después de la conversación entre Schumer y Graham, un grupo formado por seis senadores se reunió en cinco ocasiones en las oficinas de Schumer y de McCain en sus oficinas del Capitolio. Ese grupo estaba compuesto por Schumer, Graham y McCain, junto con el republicano de Florida, Marco Rubio, y los demócratas Robert Menéndez, de Nueva Jersey, y Dick Durbin, de Illinois.
Otros dos senadores -Jeff Flake, republicano de Arizona, y Michael Bennet, demócrata de Colorado- asistieron a algunos de esos encuentros, pero no a todos, y fueron los últimos en firmar la propuesta.
El plan de los ocho legisladores incluye cláusulas para un camino hacia la legalización de los inmigrantes indocumentados que ya viven en Estados Unidos, y trabajadores temporales y sistemas de verificación de empleo.
En su primer encuentro, los senadores establecieron un calendario para trabajar: crear un marco para una reforma migratoria a finales de enero, escribir un texto más detallado del proyecto de ley en marzo, y aprobar la legislación en el Senado para finales de julio.
Dicho calendario permitiría a la Cámara de Representantes controlada por los republicanos el tiempo suficiente para trabajar el proyecto de ley, y que de esa manera el presidente Barack Obama pudiera aprobarla antes de finales de año -evitando que coincida con las elecciones intermedias de 2014.
El debate sobre dicha medida en la Cámara todavía está muy lejano, aunque un vocero de John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, dijo el lunes que “el presidente (de la Cámara) da la bienvenida al trabajo de líderes como el senador Rubio en esta materia, y está a la espera de conocer más de la propuesta en los próximos días”.
La reunión más reciente del grupo del Senado fue el 23 de enero, la cual siguió a varios días de trabajo sobre ciertos detalles del plan. El domingo, Schumer llamó al presidente de EU para decirle que el grupo había creado un marco para la reforma de inmigración, y que tenía previsto dar a conocer la medida este lunes.
Esto se da un día antes de la propia presión que hará Obama en torno al tema de la inmigración, programado para decirlo durante un discurso en Las Vegas, el martes. La fuente que proporcionó los detalles acerca de la forma en que se elaboró el plan dijo que los senadores programaron intencionalmente ese día su anuncio para darle mayor “vigor” al discurso del presidente
La fuente también reveló que la Casa Blanca ha estado trabajando en su propio proyecto de ley para la reforma migratoria –una acción poco usual para el Poder Ejecutivo- la cual tenían previsto pedirle al senador Patrick Leahy que la presente en el Comité Judicial del Senado, mismo que preside Leahy.
La fuente dijo que si la Casa Blanca impulsa su propio proyecto de ley, éste solo serviría como un “plan alternativo” al proyecto de ley impulsado por los ocho senadores para dejar en claro que cuentan con un “plan de contingencia” en caso de que el proceso bipartidista se interrumpa.
¿Cuáles son los posibles escollos? La fuente señaló los temas aún no resueltos del marco bipartidista dado a conocer este lunes, el cual carecía de detalles específicos sobre cómo se reforzaría la seguridad fronteriza y cómo funcionaría el camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que ya están en Estados Unidos.
Los senadores todavía tienen que decidir si las medidas de seguridad fronteriza serían determinadas por efectivos terrestres o drones, o por una combinación de ambos, y si la decisión final estaría sujeta a evaluación por parte de un funcionario gubernamental.
Y sobre el tema del camino a la ciudadanía, los senadores deben determinar un compromiso entre el plan propuesto por Rubio, el cual no aumentaría el número de visas disponibles para resientes permanentes –con frecuencia llamadas “tarjetas verdes”- y la opción de los demócratas, la cual aumentaría el número de espacios de residencia permanente para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que siguen en espera de conseguir una condición legal.