(CNN) – Benedicto XVI hizo este miércoles su última aparición en el” papa móvil” para saludar a miles de fieles que se congregaron alrededor de la plaza de San Pedro en El Vaticano, donde  celebró la última audiencia general de sus ocho años de pontificado como Sumo Pontífice.

El papa bendijo a los pergrinos en su recorrido de cerca de 20 minutos, besó algunos bebés, saludó a religiosas con un gesto paternal en medio de los peregrinos que no cesaban de corear “Benedicto, Benedicto” y “viva el Papa”, mientras ondeaban banderas de numerosos países.

Este jueves a las ocho de la tarde se hará efectiva la renuncia del Pontífice, de 85 años, anunciada el pasado 11 de febrero y que causó estupor en todo el mundo.

Luego de su recorrido Benedicto XVI se posesionó para dar paso a su última audiencia, que comenzó con la lectura de la carta del Apóstol Santiago a los colosenses.

“Gracias de corazón. Estoy realmente conmovido y veo a la Iglesia viva”, dijo “su santidad”, agradeciendo a Dios el sol de la mañana ante la multitud reunida en San Pedro.

Más de 150.000 fieles abarrotaron la plaza, según fuentes oficiales. Se habían reservado 50.000 entradas para acudir a la audiencia, sin contar las decenas de miles de personas que la verán sin billetes en la via della Conciliazone, la gran avenida que conduce al Vaticano.

“Cuando empecé mi pontificado, pensé que este era un peso muy grande para mi, pero si el Señor me lo había asignado también sabía que Él me habría guiado. Este barco no es mío, ni de nadie, es del Señor que ayuda a los hombres que elige”, dijo Benedicto XVI.

El Sumo Pontífice dijo además que nunca se ha sentido solo en su pontificado. “Un Papa no está sólo en el barco de Pedro y por esto quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado”. De paso, dio las gracias a todas las personas que le enviaron mensajes en sus últimos días de pontificado.

La “iglesia viva”

“Hoy vemos como la Iglesia está viva, en un momento en que muchos hablan de su declive”, dijo el papa en una clara referencia a los días aciagos que enfrenta la iglesia especialmente por los escándalos de pederastia de sacerdotes.

Benedicto XVI explicó que en sus casi ocho años de pontificado ha tenido momentos de alegría y luces, pero también “momentos difíciles”, pero que siempre se ha sentido guiado y protegido por Dios.

“El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir”, afirmó el Papa durante su última audiencia como pontífice.

El papa dijo que se ha sentido como San Pedro con los apóstoles en la barca en el lago de Galilea y que siempre ha sabido que en esa barca está el Señor. “Y siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya y no la deja hundirse. Es Él quien la conduce, por supuesto, a través de los hombres que ha elegido. Esta es una certeza que nada puede ofuscar y es por ello que mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios, porque no me ha hecho faltar a toda la Iglesia y también su consuelo, su luz y su amor”, añadió.

En la última alusión a su renuncia reiteró que ha dado este paso “consciente de la gravedad y de la novedad de este paso. Amar la Iglesia significa también tomar decisiones difíciles”.

“No vuelvo a la vida privada. No abandono la cruz”, explicó Benedicto XVI y puntualizó que “Dios guía su Iglesia, sobre todo, en los caminos difíciles”.

También pidió por los cardenales que elegirán en cónclave al próximo papa y se despidió subrayando que “Dios no nos abandona. Está siempre con nosotros”.

Al terminar su intervención en la plaza de San Pedro hubo una gran ovación de los fieles al Papa Benedicto XVI.

El papa procedió a los agradecimientos en todos los idiomas. “Gracias por estos ocho años, mi pensamiento se dirige a los pobres y a los enfermos, para que puedan aceptar con serenidad el peso del sufrimiento”, dijo.

Benedicto XVI se levantó y se puso de pie para cantar el Pater Noster.

Un gran aplauso se levantó de la Plaza de San Pedro al acabar la oración. El papa se dirigió nuevamente al “papa móvil” y abandonó la plaza de San Pedro en medio de saludos y vítores.

Luego publicó su último tuit:

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