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Por Kay Guerrero y Marysabel Huston, CNN

ATLANTA (CNN Español) – Desde que se iniciaron las protestas en Venezuela contra el gobierno de Nicolás Maduro, en el país así como en el exterior se oye hablar de las guarimbas. Pero, ¿qué son? Y ¿quienes están detrás?

El gobierno de Maduro acusa al activista cubano-venezolano de tendencia radical Robert Alonso de orquestar las guarimbas y dice que el expresidente colombiano Álvaro Uribe las estaría financiando. No obstante, los guarimberos niegan esos vínculos.

Origen del término

Desconocida por muchos, guarimba es una palabra mestiza que proviene de un juego infantil venezolano de los años 30, una palabra invocada por el jugador que buscaba “refugio o lugar seguro” para resguardarse. Se usa para referirse a las barricadas puestas por los manifestantes opositores que suelen tener el objetivo de impedir el paso de las autoridades para dispersar las protestas.

En Venezuela, el movimiento estudiantil dice que su protesta está amparada bajo el artículo 350 de la Constitución, el cual indica que “el pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.

Sin embargo, el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha rechazado en repetidas ocasiones esa forma de protesta y la califica de ilegal y violenta. El Tribunal Supremo de Justicia ha prohibido las protestas, en especial las guarimbas, en ciudades como San Cristóbal, Maracaibo, Lechería y todas lasmanifestaciones en el municipio Chacao, de la capital venezolana.

Según los manifestantes, las guarimbas, o barricadas —ubicadas en las calles de algunas de las principales ciudades, como Caracas, Valencia, Maracaibo y San Cristóbal— no son solo una forma de protesta, sino un intento de proteger a los vecinos de lo que ellos dicen que es una actitud abusiva de la Guardia Nacional.

Según cifras oficiales divulgadas por la fiscal general, Luisa Ortega, las violentas protestas han dejado hasta el momento 39 muertos y 608 heridos, de los cuales 414 son civiles y 194 son funcionarios.

Los inicios históricos

En el contexto de las protestas, la palabra comenzó a usarse hace 10 años, en las manifestaciones escenificadas en Caracas entre febrero y marzo de 2004. En ese entonces, la oposición convocó a un “guarimbazo”, para demostrar el descontento contra la decisión tomada por el Consejo Nacional Electoral, bajo el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, en la que puso bajo observación miles de firmas entregadas por la oposición exigiendo un referéndum presidencial.

Durante ese tiempo las protestas se tornaron violentas. El 21 de marzo de 2004, en el programa Aló Presidente, número 185, Chávez hizo referencia a las guarimbas y a la situación en la Plaza Altamira. Según él, la guarimba quería encender el país y por ello, el Estado se vio en la obligación de detenerlas.

Hoy, 10 años más tarde, la situación es similar. En noviembre de 2013, el coordinador nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, convocó a la oposición a volcarse a las calles para protestar en contra, entre otras cosas, de las medidas económicas del gobierno de Maduro y de la inseguridad que en 2013 cobró la vida de 24.763 personas, según cifras ofrecidas por el Observatorio Venezolano de Violencia.

Venezuela comenzó a vivir una intensa ola de protestas, que se iniciaron el 4 de febrero en el estado Táchira, al suroeste del país. Una semana más tarde, las manifestaciones se apoderaron de Caracas, y se expandieron en efecto dominó. Los estudiantes convocaron a cerrar calles, instalar guarimbas no solo en conjuntos residenciales, sino en avenidas neurálgicas de la capital y otras ciudades principales.

¿Cómo surge esta forma de protesta?

Lo que en el país se conoce como guarimba y que puede ser traducido como barricada, tiene raíz en los conceptos de Gene Sharp, un filósofo, político, profesor y escritor estadounidense que ha sido nominado al premio Nobel de la Paz en varias ocasiones.

Sharp es conocido por su extensa obra en defensa de la protesta no violenta como lucha contra el poder, en donde proliferan actos como discursos públicos, cartas de oposición, caricaturas, frases cortas, símbolos, rótulos gigantes, aéreos y terrestres, plantones en lugares simbólicos y “obstrucciones no violentas (generalmente temporales)”.

En su libro “La Política de la Acción Noviolenta”, de 1973, Sharp provee un análisis de cómo la acción de masas puede enfrentar gobiernos, siempre y cuando los manifestantes confirmen por vías constitucionales que el gobierno que combaten es autoritario, dictatorial, poco democrático o todas las opciones anteriores.

Su teoría sobre una resistencia no violenta ha sido usada en diversos países. Uno de los casos más sonados ocurrió en 1998 en Serbia, cuando en respuesta a las leyes represivas contra diversas universidades del país nació la organización Otpor, creada por el movimiento juvenil prodemocrático. A través de protestas no violentas, los serbios enfrentaron al gobierno del presidente Slobodan Milosevic. Durante dos años, Optor protestó contra el gobierno de Milosevic hasta que eventualmente fue expulsado de la presidencia. En las protestas, miles de manifestantes fueron arrestados y muchos otros asesinados.

¿Quién introdujo la teoría de Sharp en Venezuela?

La doctrina de la acción no violenta fue introducida en 2002 por el activista cubano venezolano de tendencia radical, Robert Alonso. Usando la palabra “guarimba”, propuso junto a otros compañeros un movimiento de resistencia bajo la estrategia de “sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida” donde, según sus principios, se evita la confrontación y la violencia.

Él mismo, en entrevista con Fernando del Rincón de CNN, explica el origen haciendo referencia a los tiempos de la dictadura venezolana de los años 50, bajo el régimen del militar Marcos Pérez Jiménez, quien gobernó durante el período 1952-1958.

“La guarimba es originaria de los comunistas de la guerra de la resistencia contra Pérez Jiménez. La guarimba quiere decir en un idioma caribe, refugio. Ellos idearon una estrategia donde quemaban estaciones de gasolina, hacían actos de sabotaje y corrían hacia un refugio que en ese entonces para ellos era una iglesia, cualquier iglesia católica, en el entendido de que el régimen de Pérez Jiménez no los iba a buscar, no los iba a sacar de las iglesias”, dice Alonso.

El activista, quien ha sido uno de los más fuertes críticos del fallecido presidente Hugo Chávez, fue acusado por el gobierno de estar detrás de las protestas del 7 de marzo de 2004. A raíz de la acusación, el gobierno venezolano emitió una orden de arresto en su contra y por esa razón un mes después decidió exiliarse a EE.UU.

Alonso no solo fue acusado de liderar las protestas del 2004, sino que el gobierno de Chávez también lo señaló como directo involucrado en un intento de magnicidio, un plan conocido como “Operación Daktari”.

Daktari es el nombre de una propiedad del Alonso, en el Hatillo, Caracas, en donde el gobierno afirma que se concentraban grupo de paramilitares colombianos con la supuesta ayuda del expresidente colombiano, Álvaro Uribe, que buscaban asesinar a Chávez en medio de uno de sus programas Aló Presidente. Tanto Alonso como Uribe niegan estas acusaciones.

10 años más tarde, el gobierno venezolano sigue acusando a Robert Alonso de ser el artífice intelectual de las guarimbas en el país. Incluso, varios grupos guarimberos consultados por el equipo de producción del programa Conclusiones de CNN en Español coinciden con el gobierno en el sentido de que Alonso sostiene una tendencia radical.

Si no es Alonso, ni Uribe, entonces ¿quién?

El líder de las guarimbas del estado Táchira, un expartidario de Hugo Chávez conocido como el Líder Gocho, indicó en una entrevista en el programa Conclusiones de CNN en Español que las acusaciones sobre la posible participación de Uribe en las protestas no son más que una mentira del gobierno venezolano.

“El gobierno está tratando de decir que aquí hay paramilitares, que los dirige Uribe. Hicimos una marcha en estos días donde asistieron más de 150.000 personas, llenando toda la avenida. Allí están sus paramilitares. Aquí Uribe no tiene nada que ver, lo que pasa es que el gobierno está acostumbrado a rebotar la pelota y buscar excusas a sus grandes fallas”.

Por otra parte, Rosario Tijeras, líder guarimbera en el estado Mérida, también al suroeste de Venezuela, dijo que es “absurdo que señale al expresidente de un país” como el principal financiador de las guarimbas venezolanas e invitó al presidente Maduro a “tomar conciencia de lo que dice, porque es imposible que él nos juzgue a nosotros cuando en este país estamos pasando por una situación tan dura”.

Megavatio, líder guarimbero en Caracas, indica que el motivo de la protesta se centra en la situación actual del país y también niega que Uribe financie las mismas.

“Nuestra inspiración para salir es no conseguir nada en los mercados, eso es lo que nos motiva, esa es la manera de nosotros salir a la calle. No necesitamos que nos paguen, queremos un mejor país, nadie nos comanda, nadie nos manda, nadie nos guia, somos nosotros mismos que estamos luchando”, dijo Megavatio.

CNN ha enviado 10 correos electrónicos al Ministerio de Comunicación e Información, al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a Francisco Pérez, viceministro de Comunicación, también la cadena ha contactado vía Twitter al presidente Nicolás Maduro y a Delcy Ramírez, ministra de Comunicación e Información, para obtener su versión de los hechos. Hasta la fecha, CNN no ha recibido respuesta de las entidades contactadas.

Detrás de las guarimbas: Táchira

Táchira ha sido un estado activo en manera de protesta. En San Cristóbal, capital del estado, es donde comenzaron las protestas estudiantiles el pasado 4 de febrero.

Uno de los que ha encabezado el llamado a protestas y a levantar guarimbas en esa entidad es el Líder Gocho.

El Líder Gocho, del movimiento de Resistencia del Táchira, es un expartidario de Hugo Chávez y dijo a CNN haber pertenecido a los círculos bolivarianos.

Fernando del Rincón, Claudia Dominguez y Tatiana Arias contribuyeron a este reportaje.