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Por Kathleen Toner

Harlem, New York (CNN) — Cada cuatro años durante los Juegos Olímpicos de Invierno, millones de personas se convierten en críticos expertos del patinaje artístico: saltos cuádruples y combinación de giros, espirales de la muerte y Salchows triples.

Y automáticamente, muchas pistas a lo largo de los Estados Unidos ven un aumento repentino en las inscripciones para las clases de patinaje artístico, inspirados por la fiebre olímpica. Pero los costos de dedicarse seriamente al deporte lo deja fuera del alcance de muchas familias. Solo los patines por lo general cuestan 300 dólares, sin mencionar el tiempo en el hielo, las clases y los trajes.

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Sin embargo, cada semana en Harlem, Sharon Cohen ayuda a más de 170 niñas a tocar el hielo y abrirse su camino patinando hacia nuevos niveles.

“Las niñas realmente se enamoran del patinaje, como me pasó a mí, y se dan cuenta de que están haciendo algo muy especial”, dijo Cohen, una ex patinadora profesional que comenzó a enseñarle a las niñas a patinar en 1990.

“Antes no había tantas niñas aquí que pudieran verse como patinadoras artísticas. … Pero lo hermoso del patinaje es que te permite imaginar que puedes ser lo que quieras”.

Desde 1997, la organización sin fines de lucro de Cohen, Figure Skating in Harlem (Patinaje artístico en Harlem), ha proveído equipo de patinaje e instrucción, tutorías y clases de habilidades de vida a más de 700 niñas de comunidades de bajos recursos.

Lecciones para la vida

Cada semana, las niñas participan en dos sesiones grupales de clases de patinaje de 90 minutos organizadas por edad y nivel de habilidad. Ellas se divierten, se ejercitan y permanecen seguras después de la escuela; Cohen cree que las lecciones que están aprendiendo pueden durar toda la vida.

“Ellas ganan disciplina, perseverancia. Caen y se vuelven a levantar”, dijo Cohen, de 48 años. “Y aprenden que pueden hacer eso en todo”.

Para estar en el hielo, las estudiantes deben asistir tres veces por semana a sesiones de tutorías. Se requiere que las participantes mantengan un promedio de B+; quienes tengan dificultad en lograrlo reciben una ayuda adicional en sus estudios. La organización dice que más de un tercio de las niñas obtienen un promedio de A.

“Realmente hacemos que entiendan que queremos que sean jovencitas listas, sabias e inteligentes. Y el hecho de que patinen es el bono adicional”, dijo Cohen. “Estamos creando una cultura de éxito”.

El éxito más allá del patinaje

Todas las estudiantes que han estado en el programa se han graduado de la escuela secundaria. En contraste, el promedio de graduación en Harlem es del 61%. Desde el 2007, todas las graduadas del programa han continuado sus estudios en la universidad.

“Queremos que las niñas crean y entiendan que ellas pueden ser cualquier cosa que deseen si ponen sus corazones y su mente en ello”, dijo Cohen.

Kolby Couch se unió al grupo como una niña de primer grado hace ocho años. Ella sueña con convertirse en astrónoma, pero sufrió una desilusión el año pasado cuando perdió álgebra.

“La señorita Sharon contrató un tutor especial para mí”, dijo Couch, de 14 años. “Ahora me va mucho mejor en la escuela. … Ella nos enseña a ser lo mejor que podemos ser en la vida”.

Las estudiantes pagan 350 dólares al año para participar en el programa de Cohen. Pero con casi cien niñas en la lista de espera, Cohen dice que esto ayuda a asegurar que las niñas estén dedicadas a ello. A un tercio de las estudiantes se les ayuda con becas, y Cohen dice que nadie ha sido rechazado por no poder pagar.

Rompiendo barreras

El grupo recién comenzó a participar en las competencias de patinaje sincronizado a lo largo del Noreste.

“Ellas compiten con equipos en los que las niñas patinan todos los días y tienen clases privadas”, dijo Cohen. “Entonces, el hecho de que se mantengan en la competencia ya es un logro asombroso”.

Es trabajo duro, debido al tiempo limitado en el hielo y a las prácticas del equipo de la tercera edad a las 6 a.m. los domingos, pero el entrenar como equipo les da a las niñas una experiencia valiosa. Y su presencia en las competencias le añade una dosis de diversidad al deporte.

“Son el único equipo totalmente minoritario (latino, afroamericano) que participa”, dijo Cohen. “Están muy orgullosas y son muy bien recibidas”.

Cohen espera un día construir un centro educativo de patinaje sobre hielo en Harlem para que más niñas puedan participar. Ella también está trabajando para llevar el programa a comunidades marginadas en Chicago, Detroit y Los Ángeles.

“Cuando se les da a las niñas una pista de hielo en blanco, ellos pueden crecer y lograr lo mejor de sí mismas”, dijo Cohen. “De esto se trata… de darles la oportunidad de descubrir de qué están hechas”.

¿Quieres involucrarte? Ingresa al sitio del Patinaje Artístico en Harlem en http://www.figureskatingharlem.org y entérate de cómo puedes ayudar.