CNNE 156180 - 150327091635-04-germanwings-0327-story-top

Seyne-les-Alpes, France (CNN)– Los rescatistas que luchan por reunir las piezas pulverizadas del vuelo 9525 de Germanwings y los restos de las 150 personas que se encontraban a bordo deben lidiar con fuertes vientos, al igual que con el terreno traicionero.

Han de mantenerse en una escarpada montaña, y pareciera como si se aferraran a su ladera con las uñas.

Poco a poco, bolsa a bolsa, los temerarios de la cuerda floja levantan las bolsas con los cuerpos decenas de metros hasta los helicópteros que esperan en el aire, tratando de mantenerses estables en medio de los fuertes vientos. Los rescatistas colocan banderas rojas en la tierra cuando descubren nuevos fragmentos.

Al descender de los helicópteros hacia las empinadas y heladas pendientes, donde los restos se encuentran esparcidos a lo largo de cientos de metros, los trabajadores han tenido que ser atados unos a otros por parejas.

Uno de ellos debe llevar a cabo la investigación y la recuperación. El segundo está encargado de garantizar su seguridad a medida que son sacudidos por el viento.

Algo que complica las cosas es que muy pocos los cuerpos que han sido encontrados enteros, le dijo a CNN Yves Naffrechoux, capitán de las operaciones de rescate, el viernes.

Y los vientos se han intensificado, lo que dificulta que los helicópteros trasladen a los trabajadores al sitio en los Alpes franceses.

Las autoridades han desplegado a 45 oficiales de la policía alpina para que ayuden a que los equipos forenses, quienes no están acostumbrados a trabajar en quebradas en la montaña, recuperen los cuerpos de manera segura, dijo Naffrechoux.

La sede de su equipo se encuentra en Seyne-les Alpes, una tranquila aldea alpina que desde el accidente del martes ha sido transformada en el centro para las operaciones de recuperación.

Los líderes de Alemania, Francia y España han visitado la zona. Las familias de las víctimas han colocado flores y han rezado en un monumento cercano. Periodistas han acudido al lugar para informar sobre los últimos acontecimientos.

Mientras tanto, los rescatistas han continuado con su peligrosa misión.

Antes de que nada pudiera ser recuperado, la posición de los cuerpos y los escombros tenía que ser plasmada en un mapa. Los restos humanos deben ser tratados con el debido respeto a pesar de las condiciones difíciles.

Los trabajadores ahora están sacando más cuerpos del lugar, dijo Naffrechoux. La prioridad sigue siendo encontrar todos los cuerpos y la segunda “caja negra” que no ha aparecido aún, la grabadora de datos de vuelo del avión, dijo.

Los investigadores esperan que una vez la encuentren, ésta pueda dar más pistas sobre qué fue lo que ocurrió en la cabina del avión de Germanwings antes de que se estrellara en la ladera de la montaña a más o menos 692 kilómetros por hora. El fiscal de Marsella, Brice Robin, ya ha revelado que el audio de la cabina indicó que el copiloto alemán Andreas Lubitz “quiso destruir el avión”.

Los equipos de recuperación están tratando de construir un camino para acceder al lugar más rápido y ayudar en el traslado de los cuerpos al centro de pruebas de ADN donde los están almacenando en unidades refrigeradas, dijo Naffrechoux.

Se espera que el proceso lleve de 10 a 15 días, dependiendo del clima, dijo.

Las declaraciones publicadas por el ministro del interior de Francia, hechas por los trabajadores de rescate y recuperación en la escena también dejan ver las condiciones difíciles del remoto sitio del accidente.

El comandante Emmanuel G., del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería Nacional, dijo que era un proceso “realmente complicado”.

“Estamos trabajando en equipos de dos personas, ya sea junto a policías y guías de montaña, los gendarmes locales o los bomberos y equipos alpinos de emergencia”, dijo. “No sabemos cómo proseguir en esta situación de otra manera; realmente necesitamos que aseguren nuestra seguridad en todo momento”.