Nota del editor: Haroon Moghul es miembro del Institute for Social Policy and Understanding. Es un autor, ensayista y orador público. Síguelo en @hsmoghul. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las del autor.
(CNN) – No es suficiente que los musulmanes condenen el terrorismo, como lo ocurrido el viernes en París, un cruel ataque de ISIS que resultó en la muerte de 129 personas y muchos más heridos.
Debemos construir comunidades en las que los extremistas no puedan encontrar apoyo, mucho menos plataformas de lanzamiento para llevar su terror hasta los confines de la Tierra. No quiero decir que los musulmanes son colectivamente o personalmente responsables. Sin embargo, tampoco puedo tolerar la idea de que no tenemos ningún problema.
ISIS se considera a sí mismo islámico. Después de todo, el grupo es musulmán. Los miembros citan nuestra religión. Ellos declaran actuar en nuestro nombre. Ellos matan en nombre de nuestra fe. Y buscan reclutar a sus asesinos de nuestras comunidades, incluso, y quizás especialmente, de occidente.
Si los musulmanes estadounidenses van a contraatacar, debemos prestarles atención a sus afirmaciones. Si lo hacemos, nos encontramos con que ISIS no solo está en guerra con gran parte del mundo o, especialmente, con el mundo musulmán. El Estado Islámico está en guerra con la forma en que los musulmanes entienden el islam.
Déjenme aclararles esto: ellos representan un peligro mortal para el islam.
Cada vez que enseño sobre el islam, inevitablemente alguien pregunta, “bien, ¿qué pasa con tal y tal versículo del Corán?” El hecho es que las personas que discuten sobre el islam usando versos aislados del Corán por sí solos generalmente son islamófobos o extremistas islámicos.
Me preocupan más estos últimos.
Verás, si alguien cita un pasaje del Corán, no han demostrado mucho más allá de su capacidad de citar un pasaje del Corán. Esto debería ser obvio: un versículo del Corán no te dice más sobre lo que cree el islam que algunas oraciones de la Biblia sobre la definición del cristianismo.
Sin embargo, esto también es cierto en el caso del islam: históricamente, los musulmanes nunca leyeron versos del Corán aislados, ni nuestros eruditos religiosos usaron versos solos para defender o refutar argumentos. Esto terminaría muy rápidamente en un punto muerto.
La razón por la que hay escuelas de ley islámica, sin autoridad centralizada del islam, y muchos debates y discusiones entre musulmanes es porque la premisa con la que empiezan regularmente los eruditos musulmanes es algo que los yihadistas, y muchos islamistas, no pueden tolerar:
El Corán se contradice. El profeta Mahoma dijo cosas contradictorias.
Simplemente citar lo que dice el Corán, o lo que enseñó Mahoma, no significa mucho, ya que el Corán y Mahoma a menudo parecen ofrecer consejos contradictorios.
Como darle sentido a un enorme corpus de textos —los cuales estaban destinados a diferentes situaciones y diferentes contextos, anclados a diferentes puntos en la vida de Mahoma y que reflejan las circunstancias de una pequeña ciudad árabe del siglo VII— requiere años de profundo aprendizaje, debate y una disposición para admitir que podríamos estar equivocados. A ISIS no le interesa nada de eso.
En el islam de ISIS solo hay blanco y negro. Cada uno de los textos tiene un significado, y es el significado que ellos prefieren. De hecho, en la lectura del grupo terrorista, la religión en sí solo puede tener una forma, siendo esa la razón por la que ISIS podía invocar frecuentemente el Corán, pero solo las partes que apoyan sus puntos de vista extremistas.
No malinterpreten lo que estoy diciendo: existe violencia en el Corán, en la tradición islámica y en la historia islámica. Negar eso sería ridículo.
Sin embargo, hay muchos más pasajes en el Corán que condenan la violencia, que indican que Dios le da a la gente la libertad de elegir su fe, que no es nuestro trabajo imponer la religión a otros, que matar a una sola persona inocente es lo mismo que matar a todas las personas. No obstante, estos versos no se encuentran en ninguna parte de la propaganda de ISIS. El grupo lee el islam de forma selectiva.
Lo hacen de una manera que la mayoría de los musulmanes rechazan. La respuesta de ISIS al pluralismo del islam tradicional es describirnos a todos nosotros como “paganos”, “infieles” o “daño colateral”. Negarse a enfrentar el reto que esto presenta abiertamente y rotundamente no solo es cobarde, sino suicida.
En respuesta, por otra parte, podríamos considerar la fuente original del islam en si misma para respaldarlo.
La literatura sobre el tiempo final del islam simplemente es tan confusa como cualquier otra religión, pero lo que es fascinante sobre la versión del islam es cuanto se enfoca en la terrible maldad que vendrá no solo por parte de la gente de la religión, sino de la fe del islam.
Mahoma les advirtió a sus seguidores que surgirían personas “que leen el Corán”, quienes serían más observantes de la religión que cualquier otro a su alrededor, pero que “nada del islam iría más allá de sus gargantas”… es decir, que hablarían por hablar, pero nunca lo pondrían en práctica. De hecho Mahoma los describió no solo como “lo peor de todas las personas, sino lo peor de toda la creación”. Palabras crudas, pero dense cuenta a quien le aplican.
A veces la peor maldad, advierte el islam, viene de adentro.
El islam tradicional aceptó el pluralismo, porque reconoció que la literatura religiosa no admite una sola interpretación. El islam de ISIS es opuesto al pluralismo, no solo en el mundo más amplio, sino dentro del mismo islam. Para fines criminales.
Para defendernos de esta herejía, los musulmanes podrían comenzar con este fácil reconocimiento: aunque la religión puede ayudarnos a mejorar, también puede convertirse en una fuente de orgullo, soberbia e incluso opresión. No solo es obvio desde mi propia experiencia y observación, sino que está justo allí en la religión musulmana.