Nota del editor: Timothy Stanley, un conservador, es historiador y columnista para el diario británico Daily Telegraph. Él es el autor de “Citizen Hollywood: How the Collaboration Between L.A. and D.C. Revolutionized American Politics”. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.
(CNN) – Donald Trump ganó el supermartes. Todos los demás análisis parecen ser una distracción en esta etapa.
Lleva la delantera. Es el candidato dominante
Sin embargo, a pesar de esto, el Partido Republicano sigue arremetiendo con todas sus fuerzas contra el favorito. Y se sigue dividiendo. Esto se ha convertido en una especie de locura.
El resultado de las primarias en Virginia fue un buen ejemplo del humor del Partido Republicano. Esta era una oportunidad para que Marco Rubio realmente se destacara. Le estaba yendo bien entre quienes tomaban su decisión a último momento. Sin embargo, mientras la noche avanzaba y los votantes llegaban, fue obvio que no lo iba a lograr.
Rubio ganó entre quienes tienen una educación universitaria, el excedente de población de Washington y los acaudalados. Pero Trump dominó entre los habitantes de áreas rurales y en los barrios residenciales de las afueras. Algunos análisis dicen que John Kasich robó suficientes votos como para que Rubio no ganara en el estado, pero ¿por qué asumir que todos los que votaron por Kasich habrían respaldado a Rubio?
Para cuando anunciaron los resultados de Virginia, se podía sentir que Rubio perdía impulso… incluso aunque ganaría un estado: Minnesota. ¿Alguna vez regresará la energía? Es difícil ver cómo o por qué.
Él ha disfrutado de todas las ventajas: una semana de buenos titulares, el apoyo de la estructura del partido, un consenso en relación a que él tiene la mayor cantidad de probabilidades para vencer a Hillary Clinton. A pesar de esto, no logró dejar su marca en el súper martes, y va detrás de Trump en su estado natal de Florida.
Y sin embargo, las únicas alternativas que quedan en la contienda son John Kasich, quien tiene poco atractivo afuera del norte, y Ted Cruz, a quien los moderados desprecian. Lo más racional en este momento sería que Kasich o Rubio se retiren y apoyen a Cruz, la persona que se opone a Trump y que más ha ganado. Y sin embargo, la decisión más racional ni siquiera parece estar sobre la mesa.
Sabemos que el Partido Republicano busca respuestas. Los conocedores han tratado de persuadir a otros para que se retiren… un enfoque que ha sido obstaculizado por el ego. ¿De qué otra forma explicar la absurda declaración hecha por el principal estratega de Kasich en relación a que “La presencia de Rubio en esta contienda es lo que impide que los republicanos se consoliden alrededor del gobernador Kasich”?
Otros dirigentes del partido han comenzado a recaudar dinero para un PAC en contra de Trump; algunos se están preparando para una convención abierta. Considerando que tantos delegados se distribuyen de manera proporcional, esta no es una mala idea como plan B.
Aunque es difícil imaginarse que Rubio fuera el principal beneficiario, debido a que le fue tan mal en las primarias. ¿Por qué coronar a un perdedor?
Sin embargo, lo más deprimente son los planes de los republicanos del Congreso de simplemente separarse de Trump si llegara a las elecciones generales. Ellos han hecho los cálculos. Han visto las encuestas que ponen a Trump muy por detrás de Hillary Clinton, y saben que esto podría tener un costo muy alto. Ellos piensan que lo mejor es cauterizar la nominación: dejar que Trump sea el candidato a la presidencia, cortarlo y ponerle fin al veneno que los contamina.
Sin embargo, el problema más grande y existencial que enfrentan es que el ascenso de Trump les ha dicho cosas sobre sus votantes que no estaban listos para escuchar y ante las que no saben cómo responder. Sin duda es significativo que tantas personas hayan votado por un candidato que está dispuesto a suavizar sus palabras sobre Planned Parenthood, quien piensa que la guerra de Iraq fue un gran error y quien no reformará los derechos a subsidios.
En la política, el ‘Trumpism’ a menudo es más moderado que el conservadurismo ortodoxo. Sin embargo, en el tono es considerablemente más crudo. Este es un populsimo antiguo: una plataforma económica que tiene el objetivo de ayudar a la parte central de Estados Unidos, incluso si su analfabetismo económico termina afectando a toda la economía.
En 2016, los conservadores podrían haberse rendido ante Trump y/o haber encontrado alguna forma de separarse de él. Pero a la larga, ellos tienen que reconocer los problemas que ha generado y tienen que construir algún tipo de sociedad constructiva con sus votantes.
Los republicanos y algunos demócratas que han cambiado de bando están desertando hacia Donald Trump. Él es enorme, y no se va a ir a ningún lado.