Washington (CNN) -- Estados Unidos y Rusia se están hundiendo más profundamente en su peor crisis desde la Guerra Fría, y ambas naciones han lanzado políticas que superan la capacidad de cualquiera de los dos gobiernos para mitigar el peligro.
La renuente firma del presidente Donald Trump a las nuevas sanciones que castigan a Rusia por su intromisión en las elecciones estadounidenses del año pasado provocó una respuesta retórica explosiva en Moscú este miércoles.
Trump reconoció el agudo empeoramiento de la crucial relación entre las dos principales potencias nucleares del mundo este jueves, y culpó a los legisladores por presionar las sanciones.
“Nuestra relación con Rusia está en el nivel más bajo y peligroso de todos los tiempos. ¡Se lo puedes agradecer al Congreso, la misma gente que ni siquiera puede darnos un sistema de salud!”, tuiteó.
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Pero la peligrosa situación también está siendo exacerbada por la falta de un enfoque claro de la Casa Blanca hacia Rusia. Una política simultánea de acomodación y confrontación hacia Moscú, combinada con una lucha por la influencia entre el Congreso y el presidente, amenazan con sembrar una confusión que podría aumentar las posibilidades de un error de cálculo entre los dos enemigos.
“Creo que no está muy claro exactamente hasta dónde el gobierno tiene intención de llegar en nuestro trato con Rusia o cómo piensa elaborar una estrategia coherente para lidiar con Moscú”, dijo George Beebe, exdirector de análisis de Rusia para la CIA.
“Creo que existe un riesgo muy real de que podamos entrar en una espiral escalonada que sería difícil de controlar para cualquier país”, dijo Beebe, quien ahora presta sus servicios al Centro para el Interés Nacional.
Las protestas de Moscú este miércoles después de que Trump firmara el proyecto de sanciones reflejaron rabia ante las nuevas restricciones a la economía rusa, y tal vez también las presiones políticas que dejaron al gobierno con pocas opciones, salvo la de escalar la situación.
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Y por primera vez, hubo una nota de desprecio personal hacia el propio Trump, lo que puede reflejar una decepción en Moscú sobre el hecho de que el presidente no pudo cumplir su promesa de mejorar las relaciones con Rusia.
“El gobierno de Trump ha demostrado su debilidad total entregando poder ejecutivo al Congreso de la manera más humillante, lo que cambia el equilibrio de poder en los círculos políticos de Estados Unidos”, dijo el primer ministro de Rusia, Dmitry Medvedev, en una publicación de Facebook. “El establecimiento estadounidense superó totalmente a Trump: el presidente no está contento con las nuevas sanciones, pero no pudo dejar de firmar el proyecto”.
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El ataque vino tras el anuncio del presidente de Rusia, Vladimir Putin, según el cual Estados Unidos debe recortar su personal diplomático en Rusia a 755 personas, en una respuesta tardía a la toma de complejos rusos y la expulsión de 35 diplomáticos por el gobierno del expresidente Barack Obama para castigar la presunta intromisión electoral.