(CNN Español) – El impacto del poder criminal de las maras en Guatemala fue más que evidente este miércoles, cuando un comando de la Mara Salvatrucha (MS-13) atacó el hospital Roosevelt para rescatar a uno de sus miembros, mientras supuestamente recibía atención médica. Como resultado de la acción, siete personas perdieron la vida y doce resultaron heridas.
Enrique Soto, director ejecutivo del centro hospitalario, le aseguró al programa Conclusiones de CNN en Español que el pandillero liberado en el sangriento ataque fue remitido a la institución para un “examen de sangre”. Además, indicó, se había pedido a las autoridades que los presos de alta peligrosidad ingresaran vigilados por cinco custodios, pero este reo sólo iba acompañado por dos oficiales.
La reacción del presidente de Guatemala, Jimmy Morales, no se hizo esperar: solicitó a los órganos de justicia que no autoricen más traslados de reclusos a hospitales nacionales sin el dictamen del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).
Hasta el momento ninguna ONG se ha pronunciado sobre el hecho.
¿Cuáles son los desafíos de la lucha contra las maras en Guatemala?
Según un estudio de la Florida International University de Miami, para 2012 Guatemala tenía cerca de 22.000 pandilleros: 17.000 de Barrio 18 y 5.000 de la MS-13. Sin embargo, resulta complejo distinguir entre un crimen cometido por maras de uno perpetrado por otros autores.
Un informe publicado en octubre de 2016 por la Agencia Estadounidense para la Ayuda Internacional (USAID), en el que se citan cifras de la Policía Nacional Civil (PNC), registró que 20.184 personas murieron entre 2014 y 2015, pero los hechos no pueden categorizarse fácilmente como delitos de maras. La categoría de “desconocidos” en cuanto a los autores de los crímenes es la mayor con un 49%. Además, el estudio indica que 37% de los homicidios fueron por venganza personal, mientras 5% de los casos fueron durante robos.
“Si agrupamos tres tipos de actos violentos en una categoría única de “pandilla” (“rivalidad entre pandillas”, “víctima de maras” y “víctima de extorsión”), sólo representan el 4% de los homicidios”, asegura el estudio. También explica que la falta de experticia del personal que atiende inicialmente los hechos afecta la clasificación de los crímenes.
En julio de 2016, el gobierno informó que la tasa interanual de homicidios (julio de 2015 a julio de 2016) fue de 28,3 por cada 100.000 habitantes, la más baja desde marzo de 2002, según publicó el gobierno de Guatemala.
El 15 de julio del 2016, el ministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Rivas, aseguró que “el combate a la criminalidad en Guatemala se ha traducido en una disminución de 130 homicidios en estos primeros meses del año”.
El gobierno le pone un especial énfasis a combatir maras, pero encuadra toda esta estrategia como lucha contra la criminalidad.
Los orígenes
Un grupo de inmigrantes salvadoreños que huyeron de la guerra civil de su país comenzó la MS-13 en la década de 1980, en la ciudad de Los Ángeles (EE.UU.).
Hoy, entre sus miembros también hay inmigrantes de México, Honduras, Guatemala y otros países de Centroamérica y Sudamérica, según el informe del FBI sobre evaluación de amenazas de esa pandilla.
Los integrantes de la Mara Salvatrucha suelen vestir prendas o tener tatuajes que incorporan el MS-13 o el número 13, asegura el FBI.
Con información de Michelle Mendoza, corresponsal en Guatemala