(CNN Español) – Marcelo Odebrecht pasó de ser el director ejecutivo de una poderosa empresa brasileña de construcción a ser, ya preso en una cárcel de Curitiba, el principal colaborador eficaz para desactivar la red de corrupción más grande del mundo, encabezada por él mismo. Sus confesiones y las de otros altos directivos de su compañía multinacional han movido el avispero en el poder político latinoamericano, y el Perú no es la excepción.
Todo empezó con sus primeras declaraciones sobre los sobornos que la compañía Odebrecht pagó a diversas autoridades en el país andino, como parte de su política de sobornos en los cuatro continentes en los que opera.
Ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Marcelo Odebrecht confesó que su empresa pagó en el país andino hasta 29 millones de dólares en sobornos a sus autoridades, esto entre los años 2005 y 2014. Durante ese lapso gobernaron el Perú Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. La empresa Odebrecht, por su parte, ganó licitaciones por obras que ascienden a 12.534 millones de dólares.