(CNN) – El presidente de EE.UU. Donald Trump planteó este martes la posibilidad de cortar la ayuda a los territorios palestinos. Esto si los líderes de Palestina no reanudan las negociaciones de un acuerdo de paz con Israel.
Con ello pareció contradecirse, pues antes había afirmado que Estados Unidos reconocería a Jerusalén como la capital de Israel sin afectar las negociaciones de paz, y afirmó en cambio que “tenemos en la mesa a Jerusalén, la parte más difícil de la negociación”.
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“Pagamos a los palestinos CIENTOS DE MILLONES DE DÓLARES al año y no recibimos apreciación o respeto. Ni siquiera quieren negociar un tratado de paz con Israel que hace tiempo debían haberse cumplido”, tuiteó Trump. “Hemos tomado a Jerusalén, la parte más difícil de la negociación, fuera de la mesa, pero Israel, por eso, habría tenido que pagar más. Pero con los palestinos que ya no están dispuestos a hablar de paz, ¿por qué deberíamos dar estos pagos masivos en el futuro?”.
Un portavoz de la Casa Blanca se negó a comentar sobre la aparente contradicción.
Los tuits de Trump a última hora de la tarde de este martes aparecieron casi un mes después de que se convirtiera en el primer presidente de Estados Unidos en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Tras ello, los palestinos marcharon en las calles en señal de protesta.
Un miembro del comité central de la poderosa Organización para la Liberación de Palestina, Hanan Ashrawi, respondió a la amenaza de Trump de cortar la ayuda diciendo que “los derechos palestinos no están en venta”.
“No seremos chantajeados”, dijo Ashrawi en un comunicado enviado este miércoles por la mañana.
“Al reconocer a Jerusalén ocupada como la capital de Israel, Donald Trump no solo ha violado el derecho internacional, sino que también ha destruido por sí solo los cimientos de la paz y ha tolerado la anexión ilegal de la ciudad por parte de Israel”, dijo Ashrawi.
El reconocimiento de Trump a Jerusalén como la capital israelí generó que los líderes palestinos rechazaran el rol que Estados Unidos tenía por décadas como negociador central en las conversaciones de paz entre Israel y Palestina. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, afirmó antes del reconocimiento de Trump a Jerusalén que tanto israelíes como palestinos reclaman como su capital y desacreditó a los Estados Unidos como intermediario honesto en el proceso de paz.
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Y aunque los funcionarios del gobierno Trump dijeron a CNN el mes pasado que la decisión sobre Jerusalén no significaba mayores concesiones para los israelíes en el futuro, Trump escribió en su tuit que “Israel, por eso, habría tenido que pagar más”.
Aunque los funcionarios de la administración Trump dijeron que esperaban un “período de enfriamiento” con los palestinos, los tuits de Trump señalaron este martes que el presidente se ha sentido frustrado por la negativa de los palestinos a participar en un proceso de paz encabezado por Estados Unidos tras su decisión en Jerusalén. Los tuits también llegaron después de que la Casa Blanca confirmara que Estados Unidos planea retener parte de su ayuda a Pakistán para presionar al país a una mejor cooperación antiterrorista.
Estados Unidos gastó 616 millones de dólares en ayuda a los territorios palestinos en 2016, según la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que incluye asistencia humanitaria, pagos de deuda del sector privado y asistencia para el desarrollo de infraestructura.
Sin embargo, estos tuits de Donald Trump constituyen una amenaza a la ayuda estadounidense a los palestinos; también parecían contradecir sus propias declaraciones sobre el impacto de su reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y pueden haber socavado los esfuerzos de su gobierno para transmitir un mensaje positivo en Oriente Medio.
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“No estamos tomando una posición sobre ninguno de los asuntos, incluidos los límites definitivos de la soberanía israelí en Jerusalén”, dijo Trump el mes pasado en Jerusalén. “Esas preguntas dependen de las partes involucradas. Estados Unidos sigue profundamente comprometido con ayudar a facilitar un acuerdo de paz que sea aceptable para ambas partes”.
La declaración de Trump pretendía tranquilizar a los palestinos y al mundo árabe y musulmán en general en el sentido de que Estados Unidos no estaba cediendo el control de Jerusalén a Israel o renunciando a los reclamos palestinos de la ciudad santa.
Y en las semanas posteriores, los funcionarios del gobierno de Trump instarían a los indignados por su decisión de prestar atención a su mensaje de “no tomar una posición” sobre el futuro estado de Jerusalén.