Nota del editor: Kara Alaimo, profesora asistente de relaciones públicas en la Universidad de Hofstra, es autora del libro “Pitch, Tweet, or Engage on the Street: How to Practice Global Public Relations and Strategic Communication”. También fue portavoz de asuntos internacionales en el Departamento del Tesoro durante el gobierno del expresidente Barack Obama. Puedes seguirla en Twitter @karaalaimo. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen únicamente a la autora.
(CNN) – El más reciente problema de Facebook por la filtración de datos no va a tener muchos ‘me gusta’.
Este viernes, la red social anunció que había suspendido a Cambridge Analityca –una firma de consultoría política vinculada a la campaña electoral del presidente Donald Trump de 2016– de usar su plataforma. Según Facebook, “en 2015, nos enteramos de que un profesor de psicología de la Universidad de Cambridge, llamado Aleksandr Kogan, nos mintió y violó las políticas de nuestra plataforma al transferir datos de una aplicación que utilizaba Facebook Login” a Cambridge Analytica y Christopher Wylie.
La red social indicó que las cerca de 270.000 personas que descargaron la aplicación, llamada “thisisyourdigitallife”, también le dieron autorización a Kogan para acceder a su información, como su ubicación y publicaciones a las que les dieron ‘me gusta’, pero el profesor infringió las reglas al compartir los datos. Kogan controvierte la acusación de Facebook acerca de que él mintió sobre la razón por la que estaba recopilando dicha información.
Por su parte, Wylie ayudó a fundar Cambridge Analytica pero dejó la compañía en 2014. Y ahora sostiene que la empresa utilizó erróneamente los datos a fin de crear perfiles psicológicos de 50 millones de estadounidenses para la campaña de Donald Trump.
“Cambridge Analytica tratará de identificar cualquier debilidad mental o vulnerabilidad que creamos que tengas e intentará deformar tu percepción sobre lo que es real”, aseveró Wylie en una entrevista con el programa ABC News. “Si estás buscando crear un arma de información, el espacio de batalla en el que operas son las redes sociales. Ahí es donde ocurre la lucha”, añadió.
Facebook señaló que creía que los terceros con quienes Kogan compartió la información habían eliminado los datos como respuesta a las exigencias de la compañía. Sin embargo, continúa la red social, ahora se ha enterado de que no fue así. Este sábado, Cambridge Analytica indicó en un comunicado que borró la información proporcionada por Kogan cuando quedó claro que el profesor no la había conseguido siguiendo los términos de Facebook.
Que los usuarios sean blanco de una campaña política así es diferente a que, por ejemplo, reciban publicidad de una empresa que vende zapatos a través de los anuncios en Facebook. Aunque algunas empresas pueden seleccionar usuarios de la red social basados en datos genéricos –como la escuela de la que se graduaron o el código postal en el que viven–, las prácticas de la industria impiden que los anunciantes conozcan las identidades de las personas a las que están dirigiéndose. Y el Congreso de Estados Unidos necesita responder ya, de dos maneras.
Primero, necesitamos leyes que entreguen a los estadounidenses más información sobre cómo se utilizará la información que comparten en línea. Como he argumentado antes, se les debe exigir a las organizaciones que piden información de identificación personal en las redes sociales que revelen quiénes son, de dónde obtienen los fondos y cómo van a usar los datos. Esta condición podría ayudar a prevenir situaciones similares en el futuro.
En segundo lugar, el Congreso debería obligar al presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, a testificar sobre lo que ocurrió. Esto podría arrojar luz sobre la forma turbia en que se desarrolló la situación y ayudaría a los legisladores a encontrar la manera de evitar que dichos episodios vuelvan a ocurrir. También avergonzaría públicamente a la compañía por no cumplir las obligaciones morales con sus usuarios de comunicar y ser transparente frente a lo que sabía.
Es inadmisible que Facebook no haya revelado lo que sucedió en 2015, cuando dice –hasta ahora– que se enteró por primera vez. La red social tenía obligaciones legales y morales de divulgar todo esto en ese entonces. Aunque la compañía optó por no informar a los usuarios en 2015, este lunes anunció que había contratado a una firma forense digital para ejecutar una auditoría a los servidores y sistemas de Cambridge Analytica y así demostrar que se eliminaron solo ciertos datos de algunos usuarios estadounidenses. Un portavoz de Cambridge Analytica no respondió de inmediato a la solicitud de la CNN para comentar sobre la auditoría.
Las personas cuyos datos se compartieron sin su permiso tenían derecho a saberlo. Ann Ravel, una abogada que fue presidente de la Comisión Federal Electoral, me dijo en una entrevista que el hecho de que Facebook no revelara antes el problema viola las leyes en la mayoría de estados que exigen a las compañías notificar a las personas acerca de dichas infracciones.
Facebook también tenía la responsabilidad cívica de revelarles a los estadounidenses lo que estaba ocurriendo. Evidentemente, quienes compartieron su información personal con la aplicación “thisisyourdigitallife”no sabían que terminaría en manos de consultores políticos. Si Facebook hubiera revelado antes de las elecciones de 2016 que una firma vinculada a la campaña de Trump estaba empleando tales tácticas sucias, probablemente habría cambiado las decisiones de algunos electores.
La revelación a tiempo de Facebook también pudo alertar sobre posibles infracciones a al ley. Ravel destacó que las reglas de la Comisión Federal de Comercio establecen que “el acceso y la divulgación de información de identificación personal… deben estar estrictamente limitados a las personas con una necesidad oficial de conocerla”. Además, Cambridge Analytica es la filial de una empresa británica. Y, aunque Cambridge Analytica no ha hecho una declaración pública sobre la auditoría o su estado internacional, no es legal que los extranjeros trabajen en campañas políticas en Estados Unidos.
El anuncio oportuno de Facebook podría haber sacado estos problemas a la luz y podría haber influido en las decisiones que tomaron los votantes el día de las elecciones presidenciales. Si bien la publicidad puede promocionar productos o incluso políticos con base en información demográfica, es ampliamente reconocido que no está bien utilizar los datos de identificación personal sin permiso. La divulgación de prácticas tan dudosas también podría haber provocado una acción más oportuna por parte de los reguladores. Los legisladores deben evitar que la empresa salga impune de ese episodio que fue secreto. Deberían comenzar convocando a Mark Zuckerberg al Capitolio.