Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, llama a la calma y dice que el Gobierno quiere sentarse a dialogar. Asegura que unidos, los nicaragüenses saldrán adelante y que volverán a entenderse unos y otros. Los que mandan y los mandados.
La Asamblea Nacional, de mayoría sandinista, aprueba el “diálogo de la paz”.
Humberto Ortega Saavedra, exjefe del Ejército de Nicaragua, pide a la Iglesia que solicite de inmediato un diálogo con el presidente Daniel Ortega.
El domingo, el presidente Ortega anunciaba una mesa de diálogo con los empresarios.
Pero como movidas por un resorte, las cámaras empresariales que hasta este lunes parecían bailar el minué con los Ortega, ahora se desmarcan y condicionan el diálogo —con la mediación de la — al cese de la represión gubernamental.
Unos hablan de diálogo, pero Nicaragua sigue tensa como cuerda de violín.
La policía dice haber liberado a los detenidos durante las protestas, pero nadie sabe el número exacto de muertos y heridos. No hay cifras oficiales. Tampoco se sabe cuándo y cómo serán arrestados los matones que, motorizados y apocalípticos, sembraron el terror en las calles en nombre del poder, según numerosos testigos.
Tras ese disparo en la cabeza de un periodista, un disparo que sigue resonando en todas las salas de redacción del país, nadie tiene la certeza de que se respetará de una vez y por todas, la libertad de expresión. Y la expresión de la libertad que es lo que hace hombre al hombre.