(CNN) – Una niñera de Manhattan, condenada por asesinar a dos niños que estaban bajo su cuidado, fue sentenciada este lunes a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
En abril pasado, Yoselyn Ortega, de 56 años, fue declarada culpable de dos cargos de asesinato en primer grado y de otros dos de asesinato en segundo grado, por apuñalar hasta la muerte a Lucia Krim, de seis años, y a Leo Krim, de dos, en su casa de Upper West Side, en Manhattan, durante octubre de 2012.
Cyrus R. Vance Jr., fiscal del distrito de Manhattan, señaló en un comunicado emitido este lunes que Ortega violó la confianza de una familia de la “manera más espantosa que se pueda imaginar” y que “Leo y Lulu nunca vivirán las vidas que les esperaban”.
Ortega señaló ese mismo día que lamentaba mucho “todo lo que pasó”. “Mi vida está en las manos de Dios”, expresó.
Los niños la llamaban Josie
La sentencia contra Ortega llega un poco más de cinco años después del crimen. Marina Krim dejó a Lucia y Leo bajo el cuidado de Ortega, mientras llevaba a su otro hijo Nessie, quien entonces tenía tres años, a una clase de natación en la cercana Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en inglés), según informó la policía.
Krim había acordado encontrarse con Ortega –a quien sus hijos llamaban cariñosamente Josie– para una clase de baile de Lucia a las 5:30 de la tarde. Cuando la niñera no llegó, Krim empezó a preocuparse y regresó a su casa para revisar a sus niños.
Una vez llegó, vio que las luces estaban apagadas, lo que la desconcertó. Entonces, regresó al vestíbulo y le preguntó al portero si había visto salir a sus hijos. La respuesta fue un no.
Krim tomó a Nessie y volvió a subir las escaleras, donde vio a Ortega sentada junto a la bañera, en el piso: ella se estaba apuñalando a sí misma, en lo que las autoridades creen fue un intento por suicidarse.
El padre de los niños y esposo de Marina, Kevin Krim, estaba regresando a casa de un viaje de negocios cuando la policía lo abordó en el aeropuerto internacional John F. Kennedy para informarle la trágica noticia.
Era considerada parte de la familia
Ortega es una ciudadana estadounidense nacionalizada, nacida en República Dominicana. Para el momento del crimen, la mujer estaba viviendo en Manhattan con su hijo, su hermana y su sobrina, indicó la policía.
Ella conoció a los Krim a través de una familia amiga y había estado trabajando con ellos por dos años, añadieron las autoridades.
Según los testigos, la familia estaba feliz con el trabajo de Ortega.
Marina y Kevin Krim entregaron declaraciones emocionales y enojados, durante su pronunciamiento de víctimas este lunes.
“La acusada quiso destruir lo que Kevin y yo creamos y construimos: una familia inspirada, feliz y próspera”, señaló Marina Krim. “Pero falló. Lo que realmente sucedió es que la acusada destruyó a su propia familia. Ha destruido el orgullo que una vez sintió su familia. Ha destruido cualquier sensación de paz que puedan tener”, completó.
Por su parte, Kevin Krim aseveró: “La acusada es un narcisista malvada y completamente peligrosa y un completo fracaso”.
En memoria de sus dos hijos, los Krim crearon el fondo Lulu & Leo, en lo que Kevin llamó “un acto de desafío positivo”. El fondo es un llamado a la acción para ayudar a los niños y las familias a fomentar la confianza creativa y desarrollar la resiliencia.
Lawrence Crook, Kwegyirba Croffie y Eric Levenson contribuyeron a este informe.