(CNN) – Han pasado más de ocho meses desde que el huracán María arrasó con Puerto Rico. La personas todavía están usando lonas como techos, mientras las autoridades temen que otra tormenta pueda acabar nuevamente con la energía eléctrica en la isla. Y un nuevo cálculo de las personas que murieron sugiere hubo miles de víctimas más de lo que sabíamos. La corresponsal de CNN Leyla Santiago, y el periodista senior de investigación John Sutter, están viendo los acontecimientos de primera mano, documentando la devastación y la excavación del número de fallecidos. Les pedí que nos dieran su perspectiva de cómo ha sido realmente lo que sucede allí. Nuestra conversación por Slack, condensada y ligeramente editada para mayor claridad, está a continuación.
Harmeet Kaur: ¿Sabían de inmediato, cuando llegaron a Puerto Rico, que María iba a ser un huracán tan devastador? ¿Esperaban pasar meses enteros cubriendo el desastre?
John Sutter: Llegué a Puerto Rico pocas semanas después del huracán. Y estaba absolutamente impresionado por el nivel de devastación. Después de tanto tiempo, esperaba encontrar algún nivel de normalidad. No fue así.
La gente dormía en casas sin techo, bebía agua de un sitio federal porque no tenían grifos funcionaran. La energía eléctrica era un SÚPER lujo. Las líneas eléctricas estaban enredadas como espaguetis en los árboles. Algunos caminos eran intransitables. Era un desastre. Parecía que el huracán había ocurrido el día anterior y que el tiempo se había congelado.
Varios meses después, todavía se siente así en algunas partes de la isla.
Leyla Santiago: Definitivamente, no. No lo sabía. Estuve en la isla por el huracán Irma y me quedé un mes entero después de María. Nunca esperé que fuera tan grave, a pesar de las advertencias del gobierno.
En el momento en que me desperté esa mañana del 20 de septiembre y escuché el zumbido amenazante de María acercándose, sabía que esto era diferente. Salí y los vientos eran increíbles. Era difícil mantenerse en pie.
Varios días después, cuando salimos de San Juan y tuve una vista aérea de la isla, me di cuenta de que no solo era diferente: también devastador. María cambiaría a la isla y su gente.
Kaur: ¿Ha sido frustrante ver que otras historias dominan la mayor parte del ciclo de noticias? ¿Han sentido que la historia no ha recibido la atención que merece?
Sutter: Sí lo encuentro frustrante. No estoy seguro de que las personas en la parte continental de EE.UU. sean conscientes de cuán grave ha sido la crisis… y aún sigue siéndolo.
En marzo, estaba reportando una historia sobre personas en un pueblo remoto, Maunabo, donde la gente moría porque carecían de servicios básicos como la electricidad. Las máquinas de respiración no funcionaban. La gente no pudo conseguir ayuda médica. Solo existía esta nube de desesperación que colgaba sobre el lugar.
Me preocupaba que nuestros lectores no pudieran entenderlo –o que no les importara–, que se concentraran en un tuit de Trump. Puerto Rico es parte de Estados Unidos, pero aquí puede llegar sentirse como si vivieras en otro planeta. Las experiencias que la gente está viviendo, y que estamos informando, no se traducen para muchos estadounidenses.
También me preocupa que la crisis aquí sea olvidada porque dejó de impresionar a la gente: que las personas sientan que ya conocen todo el sufrimiento de Puerto Rico y prefieran cambiar el canal. Sinceramente espero que eso no suceda. Creo que CNN ha hecho un trabajo increíble al continuar poniendo personas/recursos en esta historia.
Santiago: Por supuesto, quiero que esta historia tenga más tiempo al aire. Se lo merece. Estos son ciudadanos estadounidenses en la isla y las personas siguen muriendo por falta de electricidad.
Esta también es la isla a la que llamo hogar. Entonces, para mí esto es personal. Quiero asegurarme de que todos entiendan qué está pasando –y qué no– aquí (especialmente en las zonas fuera de San Juan). Dicho esto, estoy muy orgullosa del trabajo realizado por los equipos de CNN en esta isla.
Kaur: ¿Por qué parece que a los estadounidenses en el continente no les importa?
Sutter: Creo que a los estadounidenses sí les importa. Amigos y colegas siempre me preguntan qué está ocurriendo aquí: ha habido una gran cantidad de donaciones y cosas así. Pero es demasiado fácil tratar a Puerto Rico como “esa isla de allá”, para no ver el desastre aquí de la misma manera en que verían la recuperación por huracanes en la Florida.
También me frustra la manera en que la política estadounidense ignora a Puerto Rico. La gente aquí es ciudadana estadounidense, como lo mencionó Leyla, pero no pueden votar por el presidente y no tienen representantes electorales en el Congreso. Hemos diseñado un sistema que mantiene este lugar en una especie de limbo injusto.
Santiago: Creo que a la gente le importa. Pero también pienso que se olvidan. Ya han pasado más de 8 meses: ciertamente, parece tiempo suficiente para recuperarse. Y, creo que la mayoría de las personas asumen que eso es lo que sucedió. La mejoría se ha dado. La energía se ha restaurado para más del 99% de los clientes (según la autoridad de energía). Pero eso todavía deja a más de 11.000 ciudadanos estadounidenses en la oscuridad.
Hoy hablé con el alcalde de Corozal. Me dijo que el 20-25% de sus residentes todavía tienen lonas o algún tipo de techo temporal sobre sus casas. No creo que la gente se dé cuenta de cuántas personas aún luchan por vivir su cotidianidad simplemente con agua y electricidad, cosas básicas OCHO meses después de María. No puedo decirte cuántas personas en la isla todavía me dicen que se sienten olvidados o abandonados.
Kaur: Los dos visitaron las funerarias en Puerto Rico y descubrieron hace meses que el número de muertos por el huracán probablemente era mucho más alto que el recuento oficial. Un estudio publicado esta semana estimó que fallecieron más de 4.600 personas. ¿Esto los sorprendió de alguna manera?
Sutter: Tristemente, no estaba tan sorprendido del todo.
En nuestra investigación de noviembre, encuestamos a 112 funerarias, aproximadamente la mitad de las que se encuentran en la isla. Y los directores/personal de la funerarias nos dijeron que identificaron 499 muertes que probablemente estaban relacionadas con el huracán. Eso ciertamente no llega a las 4.600. Pero sí es mucho más alto que el número de víctimas oficiales de las autoridades puertorriqueñas: 64.
No creo que alguna vez sepamos la cifra exacta. Harvard admite eso también. Pero es mucho más alto de lo que se ha reconocido oficialmente. Y eso importa. Porque estas son personas reales, con familias reales, que fallecieron. Merecen ser recordados.
Los expertos nos siguen diciendo que las cifras de muertos impulsan la atención/ayuda /respuesta del gobierno después de los huracanes. Si el público hubiera conocido esta cifra de 4.600 antes, quién sabe qué sería diferente ahora.
Santiago: No encuentro esos números sorprendentes, PERO también debemos tener cuidado con las cifras del estudio.
Creo que la mayoría de la gente piensa que Harvard encontró 4.600 casos de muertes relacionadas con el huracán María. Y eso no es lo que pasó. Ellos visitaron unos 100 barrios y entrevistaron a unas 10.000 personas. Según las tendencias identificadas, creen que 4.600 es una estimación conservadora.
Los médicos con los que he hablado me dicen que la falta de electricidad está causando estragos en la atención médica. Hicimos nuestra investigación en noviembre. Cuando volvimos a revisar con las funerarias en febrero pasado, me horroricé al escuchar que la gente SIGUE muriendo por la falta de energía. Creo que el número de muertes indirectas es mucho más alto de lo que actualmente se cuenta.
Y el número de muertos es importante. Si no sabemos quién murió, dónde y cómo, no tenemos forma de prevenirlo en el futuro.
Kaur: ¿Es difícil obtener los datos?
Santiago: ¡SÍ!
Sutter: ¡Apoyo eso! Muy difícil. Esa es en parte la razón por la que encuestamos a tantas funerarias, en un momento en que los sistemas de comunicación no funcionaban en su mayoría. Es en parte también por qué Harvard hizo esa encuesta MASIVA. Y es por eso que CNN está demandando al Registro Demográfico de PR (con CPI, una organización de periodismo de investigación aquí en Puerto Rico) para los registros de defunción.
El gobierno de Puerto Rico encargó a la Universidad George Washington para revisar el número de muertos. Esa revisión aún está por publicarse y se ha retrasado. Pero el gobierno aquí ha sido muy reacio a compartir documentos y registros sobre lo que sucedió. Y creo que es justo decir que el número de víctimas mortales de Maria se convirtió en un tema altamente sensible y políticamente cargado.
Kaur: Leyla, tú naciste en Puerto Rico. Pasaste veranos en la isla e incluso te casaste allí. ¿Tu conexión con Puerto Rico ha hecho esta tarea más desafiante? ¿Ha cambiado la manera en que te acercas a la historia?
Santiago: ¿Cuánto tiempo tenemos?
Siempre me he sentido orgullosa de llamar a este lugar mi hogar. Esta isla es mi lugar feliz 🙂 Cuando ves tanta devastación, destrucción y desesperación… por supuesto que te afecta. Lloré durante las semanas posteriores a María. Lloré cuando vi un crucero lleno de puertorriqueños con necesidades especiales que abandonaban la isla. Lloré cuando encontré a mi familia por primera vez (nueve días después de María). Lloré cuando vi las lonas azules volando la semana pasada.
Entiendo que es mi trabajo como periodista –y puertorriqueña–, darle una voz a la gente de esta isla. Esta isla me moldeó para la persona que soy hoy. Se lo debo a ellos.
Kaur: ¿Es desesperanzadora la situación allá? ¿Alguna vez Puerto Rico será el mismo?
Santiago: creo que de alguna manera Puerto Rico cambió para siempre. La forma en que las personas viven y la manera en que responden al desastre nunca volverán a ser lo mismo. Pero también creo que Puerto Rico algún día se volverá una isla resiliente de nuevo. Tomará mucho tiempo. Tomará mucha ayuda. Tomará mucho dinero.
Sutter: No es desesperanzadora, pero a veces siente así.
Algunas personas aquí han perdido la esperanza, al menos temporalmente. Ciertamente espero que no sea permanente, porque Puerto Rico es realmente un lugar de increíble belleza, fuerza y potencial.
Santiago: Amén.