(CNN Español) – Colombia y México inician una nueva etapa a partir del segundo semestre de 2018, con nuevos gobiernos que prometen transformar los países y traer un cambio tras ocho años de Juan Manuel Santos y 6 de Enrique Peña Nieto.
Santos (Bogotá, 1951) deja el poder este 7 de agosto, cuando su sucesor Iván Duque tome las riendas de un país que tuvo una gran transformación en los últimos ocho años; mientras que Peña Nieto (Atlacomulco, México, 1966) se retira del cargo este 1 de diciembre, fecha en que se posesionará el hoy presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Estos dos líderes coinciden en algunos puntos al dejar el poder, como sus altos niveles de impopularidad, algunos escándalos que ensombrecieron sus mandatos y algunos retos país similares para sus sucesores, como la violencia y la lucha contra las drogas.
Nombre: Juan Manuel Santos
Mandato: 2010-2014; 2014-2018
Partido: Partido de la U
Votos:
En 2010 obtuvo 69,1% de votos en segunda vuelta. Fue elegido con un poco más de 9 millones de votos de los 13,2 millones de votantes. 30 millones de personas estaban llamadas a votar ese año.
En 2014 obtuvo 50,98% de los votos frente al 44,98% de su rival Óscar Iván Zuluaga. 7,8 millones de votantes lo eligieron de los 15,8 millones de electores. 32,9 millones de personas estaban llamadas a votar ese año.
Nombre: Enrique Peña Nieto
Mandato: 2012-2018
Partido: Partido Revolucionario Institucional
Votos: 38,2% frente al 31,59% de Andrés Manuel López Obrador. 19,2 millones de votantes eligieron a Peña Nieto de los 50,3 millones de electores que participaron. 79,4 millones de personas estaban llamadas a votar en 2012.
Estas son las cinco coincidencias entre Santos y Peña Nieto al dejar el poder.
Altísimos niveles de impopularidad
El presidente de Colombia Juan Manuel Santos, ha tenido una alta imagen negativa, con sus peores índices de impopularidad de hasta el 79%, según una encuesta de Yanhaas de junio de 2018. Sin embargo, una medición de agosto de 2018 del Centro Nacional de Consultoría, justo antes de dejar la Presidencia ponían esa imagen negativa en el 50%.
A pocos mese de terminar el mandato, los índices de impopularidad de Peña Nieto van por el mismo camino. En febrero de este año, solo 2 de cada 10 mexicanos aprobaban su gestión y el 69% de los encuestados estaba de en desacuerdo con su gestión, según un reporte de Consulta Mitofsky. Peña Nieto es el presidente con menos aprobación en los últimos 18 años.
El acuerdo de paz con las FARC es quizá uno de los puntos más criticados de Santos, pero él ha dicho que durante su gobierno optó por tomar decisiones justas aunque fueran impopulares.
En los informes de gobierno, el presidente de México les ha pedido a los mexicanos que reconozcan los avances que ha tenido el país y que eliminen el “irracional enojo social”.
Sus partidos o aliados perdieron las últimas elecciones
En las elecciones presidenciales de 2018, tanto Santos como Peña Nieto sufrieron grandes derrotas electorales, pues ninguno de los dos, tal vez impulsados por esos niveles tan altos de impopularidad, logró que sus partidos o aliados políticos ganaran los más recientes comicios.
El primer caso fue el de Santos, que aunque logró reelegirse en 2014 contra Oscar Iván Zuluaga, el candidato de su exjefe político, Álvaro Uribe Vélez, en 2018 no tuvo la misma suerte con sus aliados. Dos de los candidatos presidenciales que trabajaron en su gobierno en los últimos años, como Germán Vargas Lleras y Humberto de la Calle, no lograron superar el 7,9% y 2% de los votos, respectivamente.
Políticamente Santos se quedó solo, pues varios de los partidos tradicionales que mueven la maquinaria política en el país se aliaron con su opositor político, Iván Duque, de cara a las presidenciales en las que este salió ganador.
En territorio mexicano, la situación no fue diferente. Con la victoria de López Obrador el pasado 1 de julio, el Partido Revolucionario Institucional de Peña Nieto fue el más claro perdedor de las elecciones en México. El candidato de su partido, José Antonio Meade, que se presentó por la coalición Todos por México y en la que está el PRI, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza, obtuvo un poco más del 15% de los votos, según el conteo preliminar.
Aunque en 2012 Peña Nieto había llevado de regreso la presidencia a las arcas del PRI —el partido perdió las elecciones en el año 2000 frente al Partido de Acción Nacional, con Felipe Calderón y Vicente Fox después de más de 70 años en el poder— la gestión de Peña Nieto no le alcanzó para retener mucho más tiempo ese poder. Además, por primera vez en la historia de México un presidente postulado por un movimiento de izquierda llegó al poder.
Los escándalos que ensombrecieron sus gestiones
El presidente de Colombia, que tuvo una presidencia llena de polémicas por cuenta de las decisiones impopulares que tomó, ha tenido que enfrentar algunos escándalos durante su gobierno. Uno de los más grandes y más recordados de su gestión podría ser el de Odebrecht, el escándalo de corrupción más de la región que salpicó a varios mandatarios del continente en en el que la compañía admitió haber entregado millonarios sobornos a cambio de contratos.
La Fiscalía de Colombia estableció a mediados de julio de 2017 que la constructora brasileña Odebrecht asumió costos en la campaña presidencial de Santos por al menos un millón de dólares. (También la campaña de Óscar Iván Zuluaga habría recibido dineros, por 1,6 millones de dólares).
Roberto Prieto, el gerente de la campaña a la presidencia de Santos, admitió que sí se recibieron dineros por parte de Odebrecht a esa campaña, algo por lo que Santos les pidió perdón a los colombianos diciendo que desconocía estos hechos.
“Frente a la revelación de que hubo recursos no registrados en mi campaña de 2010 quiero expresar mi más absoluto rechazo y condena frente a ese hecho. Lamento profundamente y pido excusas a los colombianos por este hecho bochornoso que nunca ha debido suceder y del que me acabo de enterar”, afirmó Santos en un video publicado en Twitter.
Peña Nieto también tuvo que enfrentar uno de sus mayores escándalos a finales de 2014, cuando una investigación periodística denunció que una lujosa mansión que adquirió la familia Peña Nieto estaba registrada a nombre de la compañía Ingeniería Inmobiliaria del Centro, firma controlada por Grupo Higa, empresa que ganó contratos millonarios mientras Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
El inmueble estaba ubicado en uno de los barrios de mayor plusvalía en la Ciudad de México y aunque fue presentado por la primera dama Angélica Rivera como la casa familiar en un reportaje de la revista ¡Hola! en mayo de 2013, la residencia no fue incluída en la declaración patrimonial del mandatario.
Tras varios meses de investigaciones, en agosto de 2015, el secretario de la Función Pública de México, Virgilio Andrade, dijo que no encontró ningún conflicto de intereses del presidente de Peña Nieto ni de su esposa Angélica Rivera en la compra de los inmuebles a dos contratistas del gobierno federal.
Ese mes, el presidente les pidió disculpas a los mexicanos que se sintieron “indignados” por el caso de la llamada Casa Blanca de la pareja presidencial.
“La investigación muestra que tanto la conducta de mi esposa como la mía estuvieron apegadas a la ley”, dijo Peña Nieto, antes de asegurar que su familia ha vivido una situación difícil desde hace siete meses, cuando se hizo público el caso a través de los medios.
Los retos que quedan: violencia y lucha contra las drogas
Este es uno de los temas más complejos tanto para México como para Colombia. Los sucesores de Santos y Peña Nieto tendrán este como uno de los retos más importantes para los próximos años.
En Colombia, Iván Duque tendrá que lidiar con la masacre de líderes sociales y defensores de derechos humanos, un fenómeno que se ha recrudecido en los últimos meses: 311 víctimas entre 2016 y el 30 de junio de 2018, según la Defensoría del Pueblo.
En México, Andrés Manuel López Obrador hereda un país con cifras de violencia escandalosas: las más altas en su historia desde que este registro empezó a llevarse, con 31.174 homicidios solo en 2017. Esa cifra podría ser superada en 2018, pues el número de delitos sigue creciendo a un ritmo acelerado y solo en mayo de este año se reportaron 24.004 delitos contra la vida y la integridad de las personas, de esos 2.890 fueron homicidios dolosos.
Además las desapariciones forzadas son otro punto en que tendrá que actuar López Obrador, pues según cifras oficiales citadas por Human Rights Watch, desde 2006 se desconoce el paradero de más de 32.000 mexicanos que fueron reportados como extraviados.
Sobre la lucha contra las drogas, un delito común en ambos países, Colombia tendrá que luchar para reducir los niveles récord de cultivos y producción de cocaína que registró en 2017, según un informe de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Estados Unidos (Ondcp, por sus siglas inglés).
Según esas cifras las hectáreas cultivadas de hoja de coca en Colombia aumentaron en un 11%, pasando de 188.000 en 2016 a 209.000 en 2017. Y la potencial de producción de cocaína se aumentó en un 19%, el año pasado cuando el país llegó a las 921 toneladas métricas frente a las 772 que se registraron en 2016.
Y en México, donde el partido político del presidente Peña Nieto ha sido duramente criticado por su incapacidad para controlar el crimen relacionado con las drogas, el gobierno de López Obrador deberá hacer frente a la violencia relacionada con el narco.
Según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de marzo de 2017, México es una importante fuente y país de tránsito de heroína, marihuana y drogas sintéticas con destino a Estados Unidos y un importante país de tránsito de cocaína de América del Sur. Según un Estudio Binacional del Producto del Delito que adelantaron Estados Unidos y México de 2010, los carteles de la droga reciben aproximadamente entre 19.000 y 29.000 millones de dólares al año por ventas de narcóticos en Estados Unidos.
En diciembre de 2017, México y Estados Unidos firmaron una estrategia conjunta para luchar contra el narcotráfico, con una estrategia de cooperación de información, una medida con la que esperan aumentar la presión sobre los cárteles de la droga.
Así dejan el país: desempleo, pobreza y PIB
Pobreza
Ambos países han registrado una disminución del porcentaje de pobreza extrema desde el inicio de los mandatos de los presidentes. Colombia, por ejemplo, pasó de tener un 12,3% de nivel de pobreza extrema en 2010 a un 7,4% en 2017, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
En México, el nivel de pobreza extrema pasó de 9,8% en 2012 al 7,6% en 2016, según datos de del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Desempleo
Santos disminuyó la tasa de desempleo durante su mandato: según cifras de junio de 2018 del DANE, el desempleo en Colombia es del 9,1% de 2018. En el mismo periodo de 2017 la tasa de desempleo fue 8,7%, pero en junio de 2010, meses antes del inicio de la presidencia de Santos, la tasa era de 11,6%, según esa entidad.
En México, la tasa de desocupación que deja Peña Nieto también disminuyó: en junio de 2018 fue de 3,4%, un porcentaje superior al mes anterior cuando se ubicó en 3,2%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI. En enero de 2013, un mes después de que Peña Nieto llegara al poder, esa tasa estaba en el 5,2%, según el INEGI.
PIB
Ambos países han registrado una disminución de su Producto Interno Bruto, según cifras del Banco Mundial. Colombia pasó de tener un aumento del PIB del 3,9% en 2010, a un aumento del 1,7% en 2017. En la presidencia de Peña Nieto, este indicador pasó de 3,6% en 2012, al 2,0% en 2017, según el Banco Mundial.