Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Cuando la reelección de Donald Trump dejó de ser un idea desdibujada e improbable, más de uno mencionó la palabra calamidad. Y algunos adversarios de Trump empezaron a sentirse como los habitantes de Macondo atacado por la peste del insomnio. Aureliano Buendía empezó por olvidar el nombre del pequeño yunque con que laminaba los metales.
El insomnio fue minando la vida de todos; les impedía dormir, borraba sus recuerdos y desbrozaba el camino hacia la nada más absoluta.
Los demócratas y los independientes que están hartos de los propios demócratas y de los republicanos, saben que la pelea con Trump será dura.
Y lo presienten también los republicanos que no se sienten representados por Trump. Los hay que no votaron por él en 2016 ni votarían por él en 2020.
Los votantes suelen darles a sus presidentes una segunda oportunidad, sobre todo cuando la economía anda robusta.
¿Pero, será la bonanza económica suficiente para que Trump para permanezca en la Casa Blanca para un segundo mandato?
Hay quien cree que como el peor enemigo de Trump es el propio Trump, todo puede pasar de aquí a las elecciones.
Por lo pronto, Trump, que es un genio del vocerío insurgente irreflexivo, promete ganar por mayor margen que en 2016.
Diez han fracasado en el intento de reelección. ¿Por qué no lo va a lograr Donald Trump?
Y los demócratas deberían hacer algo más que los habitantes de Macondo, que, paralizados por el temor, esperaban al gitano Melquíades, que por suerte les devolvió la memoria y les salvó la vida.
Esas cosas, realmente fabulosas, solo pasaban por la mente del Gabo.