(CNN Español) – Bolivia es un país de contrastes.
El país andino, cuya extensión recorre poco más de un millón de kilómetros cuadrados, es “la nación más indígena de Latinoamérica”, según Lonely Planet, tanto así que la Organización de las Naciones Unidas reconoció en 2014 a este país por proteger y preservar su cultura y dijo que el país andino es un “referente para el resto de los pueblos indígenas del mundo”.
Sin embargo, este país de 11,3 millones de habitantes, enfrenta una serie de dificultades sociales que fueron planteadas por los ciudadanos más jóvenes de cara a las polémicas elecciones de 2019: desempleo, pobreza y desigualdad social.
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¿Quiénes son los bolivianos?
Bolivia es un país multicultural compuesto de mestizos (68%), indígenas (20%), blancos (5%), cholos (2%) y negros (1%), sin embargo, es un país que tiene un arraigo indígena muy fuerte y para 2012 el 41% de la población se sentía parte de algún grupo indígena, “una cifra que suscitó dudas debido a la gran disminución con respecto a la registrada apenas un decenio antes”, según reportó la ONU.
Las culturas indígenas más representativas de Bolivia son los quechuas y aymaras, según el FactBook de la CIA.
Debido a su biodiversidad, el país no solo tiene uno, sino 36 idiomas oficiales (entre ellos el español, aymara, quechua, guaraní) que fueron incorporados a la Constitución política tras la llegada de Evo Morales al poder en 2006.
En el siglo XXI Bolivia ha visto un cambio en la política y la representación en el gobierno. En medio de una crisis política entre 2001 y 2005, el país tuvo cuatro presidentes tras la renuncia de Hugo Banzer Suárez: Jorge Quiroga (agosto 2001-agosto 2002), Gonzálo Sánchez Lozada (agosto 2002-octubre 2003), Carlos Mesa (octubre 2003-junio 2005; quien acaba de participar en las elecciones presidenciales) y Eduardo Rodríguez Veltzé (junio 2005-enero 2006).
En 2006, Evo Morales se convirtió en el primer presidente indígena de la historia del país (2006-2010), y desde entonces ha sido reelegido en dos oportunidades (2010-2015 y 2015-2020). Actualmente disputa un cuarto mandato con el opositor Carlos Mesa en una polémica elección en la que se le ha acusado de fraude, algo que el gobierno de Morales niega.
Con su llegada al poder, Morales “asumió un papel de liderazgo en la defensa y reivindicación de los pueblos y las culturas indígenas”, dijo la ONU, “comenzando por los 36 pueblos originarios que viven en su territorio, que empezaron a ejercer sus derechos, entre ellos a hablar sus lenguas con libertad”.
En este país la mayoría es católico romano (76,8%), evangélicos y pentecostales (7,1%) y protestantes (1,7%), según datos de 2012.
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Desempleo y pobreza
El país tiene de una alta tasa de informalidad laboral. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de desempleo juvenil de 2018 fue 8,5%. En líneas generales, la tasa de desempleo para el 20% de la población económicamente activa que tiene un empleo en Bolivia es del 4%. El problema aquí está en que el 80% —la mayoría de la población— está en el sector informal.
Por otra parte, reportes del Fondo Monetario Internacional reflejan el crecimiento sostenido de Bolivia en los últimos años y una baja importante en los indicadores de pobreza extrema del 38% en 2005 a 15,2% en 2018.
Sin embargo, para el analista económico Gonzalo Chávez, “Bolivia es un país que económicamente, a pesar de la bonanza que ha tenido en los últimos 12 años, no ha sido capaz de diversificar su economía y sigue siendo muy vulnerable a los precios del gas, el petróleo, los minerales, la soya porque no hemos hecho ninguna diversificación productiva”.
Sobre la deuda pública bruta, esta ha aumentado de un 38% en 2014 a un 53% del PIB en 2019 y en el mismo periodo de tiempo, las reservas internacionales pasaron de 15.100 millones de dólares a 8.000 millones de dólares a mediados de 2019 (del 46% al 20% del PIB), según datos recientes del Banco Mundial.
Salud y Educación
La cobertura de salud en Bolivia es precario. Según el Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia (INE) para agosto de 2018 el 65,3% de la población no contaba con un seguro de salud. En el área rural esta carencia afecta a 70,8% de la población y en el área urbana, a 62,8%.
El país andino tiene uno de los índices de expectativa de vida al nacer más bajos de Sudamérica. Según datos del Banco Mundial para 2017, la expectativa de vida al nacer en Bolivia era de 70,9 años, por debajo de Venezuela (72,2 años); Paraguay (73,9 años), Perú (76,2 años), Argentina (76,3 años), Ecuador (76,5 años), Colombia (76,9 años), Uruguay (77,6 años) y Chile (79,9 años).
Bolivia además tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas de la región con 206 muertes por cada 100.000 nacimientos con vida, según el reporte de Estadísticas Mundiales de Salud de la OMS de 2018, por detrás de Haití y Guaya. (Página 23). Y es el segundo país con la tasa más alta de mortalidad de niños menores de cinco años: 36,9 por cada 1.000 nacimientos, según el reporte de la OMS. El primero es Haití. (página 25)
En cuanto a educación, en las últimas tres décadas el país ha disminuido considerablemente su tasa de analfabetismo, pasando de una tasa del 20% en 1992 a 7,6% en 2015. La reducción en casi 20 años fue de 12,4 puntos porcentuales.
Sin embargo, un informe de 2017 sobre Conocimiento Indígena y Políticas Educativas Educativas en América Latina, la Unesco dice que aunque a nivel nacional la tasa de alfabetismo sea de 92,3%, esta se reduce a 81,07% entre la población cuyo idioma materno es indígena.
“Esta brecha se debe ante todo al bajo nivel de alfabetismo entre las mujeres que hablan un idioma nativo, tanto en el área rural como urbana”, dice el reporte. “Así, si la tasa de alfabetismo entre los hombres que hablan un idioma nativo es relativamente alta (88,96% rural y 92,62% urbano) entre las mujeres indígenas, es muy por debajo del promedio nacional (64,37% rural a 70,69% urbano)”.
A pesar de las cifras mostradas por el presiente Evo Morales en 2018, en el que hacía gala de la reducción sustancial del analfabetismo en su país, la Unesco y Unicef han alertado por la calidad de la educación, que dicen, es una de las “principales preocupaciones” en el país.
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Turismo, cultura y joyas naturales
Este país es una joya en América Latina a nivel cultural y natural, pues ha logrado un equilibrio extraordinario entre sus tradiciones culturales y lo moderno. Bolivia es cuna de una gran diversidad cultural, gastronómica y su belleza extraordinaria corre desde los Andes hasta el Amazonas, según Lonely Planet.
Los World Travel Awards, que son considerados como los Oscar del Turismo, reconoció a Bolivia en 2017 como Mejor Destino Cultural del Mundo.
Allí también puedes encontrar el desierto de sal más grande del mundo, el Salar de Uyuni, que junto con la producción de litio, el cultivo ancestral de Quinua Real (que solo crece en esa área de 18.000 km2 de sal), y el turismo, atrae millones de turistas cada año.
Además, también tiene una de las joyas de biodiversidad del mundo: el Parque Nacional Madidi, el área protegida más biodiversa del mundo.
Este lugar es un lugar solitario, casi inexplorado, cuyas junglas y valles son atravesadas casi exclusivamente por ríos salvajes, y donde se pueden avistar animales como nutrias y tapires, caimanes y chigüiros, los roedores más grandes del mundo. Y hace poco fueron descubiertas cientos de especies que hasta el momento eran desconocidas, luego de una expedición científica liderada por la Wildlife Conservation Society (WCS).
Y como este país sabe muy bien sobre mezclar cultura y tradición con lo moderno, pues es el hogar de las Cholitas Voladoras, un grupo de mujeres indígenas se presentan semanalmente con su atuendo tradicional de las naciones aymara y quechua, y saltan y golpean con sus faldas con capas, coloridos chales y bombines, como se llama el tradicional sombrero boliviano.
Las 'Cholitas luchadoras', las indígenas bolivianas que practican la lucha libre
En una muestra de poder y orgullo, estas mujeres hacen una declaración en contra de la histórica devaluación y opresión de sus comunidades en Sudamérica (el término “cholita” en sí mismo fue alguna vez una calumnia contra las mujeres indígenas) y ganaron notoriedad, y un poco de dinero, al mismo tiempo.