(CNN) — Un pasaporte estadounidense abre puertas.
Según el índice Henley Passport, que rastrea la clasificación de los pasaportes, los estadounidenses tienen acceso a 184 países sin visa, lo que hace de su pasaporte el sexto más poderoso del mundo.
Esa libertad y flexibilidad es lo que algunos llaman “privilegio de pasaporte”, y podría ayudar a explicar las cifras récord de ciudadanos de Estados Unidos que viajaron a otros países en 2018.
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Simplemente se está volviendo más fácil conocer otros lugares. Incluso países con controles históricamente estrictos en el proceso de visas están invitando a los turistas a visitarlos. En Arabia Saudita, se diseña un nuevo programa de visas para aumentar el turismo, mientras que Brasil ha eliminado por completo los requisitos de entrada para los ciudadanos estadounidenses.
Pero el papeleo y la burocracia aún enreda a los viajeros estadounidenses en algunas fronteras del mundo.
Por ejemplo, deben obtener su visa en un consulado chino antes de caminar por la Gran Muralla o explorar Ciudad Prohibida. En Bután existe una tarifa diaria y pautas estrictas para mantener bajos los números de turistas.
Y desde las playas cubanas hasta los sitios patrimonio de la UNESCO en Corea del Norte, algunos lugares importantes del mundo pueden ser difíciles o imposibles de visitar para los estadounidenses.
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El gobierno de Estados Unidos impide que sus propios ciudadanos ingresen a la República Popular Democrática de Corea del Norte, mientras que otros países establecen normas estrictas que mantienen alejados a muchos estadounidenses. En Irán, el Departamento de Estado de EE.UU. ha asignado su aviso de viaje más severo (las evaluaciones oficiales de riesgo se clasifican en una escala de uno a cuatro).
Ten cuidado con estas fronteras, pues la suerte del pasaporte estadounidense se puede acabar allí.
Corea del Norte
Las llanuras costeras se desmoronan en picos rocosos en la República Popular Democrática de Corea, el único país del mundo que el gobierno de EE.UU. prohíbe a sus ciudadanos visitar.
La nación aislada redujo las restricciones a los turistas estadounidenses en 2009, abriendo la puerta a un lento flujo de viajeros que llegó a su fin en 2017, cuando Estados Unidos decretó que sus ciudadanos ya no tenían permitido visitar dicho territorio, citando “un riesgo grave y creciente de arresto y detención a largo plazo”.
Casos muy famosos han demostrado ese peligro: en 2016, el turista Otto Warmbier fue arrestado y retenido durante 17 meses después de supuestamente robar un cartel político, y murió poco después de regresar a casa. Otros tres estadounidenses fueron liberados en mayo de 2018 luego de detenciones prolongadas en Corea del Norte.
Lo que te estás perdiendo si eres estdounidenses: conocer una cultura que ha estado aislada por décadas, la cual los extranjeros han podido experimentar dentro de los límites de recorridos estrictamente controlados.
Cuba
La Habana se encuentra a poco más de 160 kilómetros de distancia de Cayo Hueso, pero es un lugar fuera del alcance de muchos estadounidenses.
Y en los últimos años, el cambio de reglas ha provocado un traumatismo para los turistas de EE.UU. ansiosos por visitar la cercana isla.
En la primera mitad de 2019, hubo un gran flujo de viajeros después de que normas menos estrictas facilitaron la visita: según el gobierno cubano, más de 140.000 ciudadanos estadounidenses llegaron en crucero en mayo de este año. Sin embargo, en junio, ese desfile de turistas se detuvo abruptamente debido a las nuevas reglas impuestas por la administración Trump.
¿Qué cambió? La Embajada de Estados Unidos actualmente enumera 12 categorías aprobadas para viajar a Cuba, que van desde periodismo hasta proyectos humanitarios. Una categoría anterior para viajes, conocida como “people-to-people” o pueblo a pueblo, fue eliminada y representaba muchas visitas turísticas.
Lo que te estás perdiendo: explorar los 5.745 kms de costa de Cuba, que incluyen playas de arena blanca con crías de tortugas marinas, además del tesoro arquitectónico de La Habana, donde se ha preservado el estilo de las décadas de 1920 y 1930.
Irán
Las gemas históricas del Imperio aqueménida de Persia hasta los monasterios armenios se agrupan en el espectacular paisaje de Irán. Y si a eso le agregas una tradición de hospitalidad y buena cocina tienes el el destino soñado de un viajero.
Esos poderosos atractivos explican los números de extranjeros que ingresaron al país luego de que el moderado presidente Hassan Rouhani llegara al poder en 2013. Desde entonces, el turismo en Irán ha seguido creciendo, pero un informe reciente del sitio web de la industria Skift destaca que las visitas de estadounidenses están disminuyendo.
Parte de las razones puede ser la dificultad de obtener una visa para Irán. Los estadounidenses que llegan al país deben viajar con un anfitrión oficialmente autorizado en todo momento, y la burocracia puede significar retrasos impredecibles.
Aunque muchos turistas estadounidenses obtienen la aprobación dentro de unas pocas semanas, la compañía de guías Intrepid Travel sugiere que consideren entre 60 y 90 días para obtener una visa.
Una relación política inestable entre Estados Unidos e Irán provoca algo de incertidumbre adicional: tras el decreto del presidente Trump de 2017 que limita la inmigración de Irán y de otros seis países de mayoría musulmana, los funcionarios iraníes anunciaron que, como represalia, prohibirían la entrada de visitantes estadounidenses.
Lo que te estás perdiendo: arquitectura religiosa en la antigua ciudad de la Ruta de la Seda, Esfahan, cuya plaza principal del siglo XVII fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Turkmenistán
Caravanas de comerciantes y viajeros pasaron alguna vez por la ciudad turcomana de Merv, un oasis con miles de años de historia.
Esta región desértica podría haber sido un centro de turistas en el mundo antiguo, pero por estos días Turkmenistán impone reglas de visa que mantienen alejados a muchos visitantes.
Para obtener una visa en Turkmenistán, los estadounidenses necesitan una carta oficial de invitación del gobierno; de llegar al país sin una podrías ser retenido en el aeropuerto hasta que reserves un vuelo de regreso.
Para la mayoría de los viajeros, eso significa visitar conocer el país como parte de un recorrido organizado, ya que las empresas pueden gestionar cartas de invitación que facilitan el acceso.
Lo que te estás perdiendo: explorar Asjabad, una ciudad deslumbrante que brilla con monumentos de mármol y oro. Si bien muchas estatuas del expresidente Saparmurat Niyazov se han derrumbado en los años posteriores a su muerte en 2006, la capital aún posee el récord mundial Guinness de la mayor densidad de edificios revestidos de mármol blanco en el mundo.
Rusia
Muchas instancias de burocracia se interponen entre los turistas estadounidenses y un viaje a la icónica Plaza Roja de Moscú, donde aún se puede visitar el cuerpo preservado de Vladimir Lenin.
Si llegas sin una visa no hay ninguna manera de entrar,
Para obtener una visa por adelantado, los ciudadanos estadounidenses deben obtener una carta de invitación. (La mayoría de los visitantes coordinan con una agencia de viajes que puede confirmar los planes y emitir la carta).
Una vez allí, entrarás a un país de vigilancia donde cientos de miles de cámaras observan solo a Moscú.
Las visas de turista se emiten por un máximo de 30 días. Aunque no es inusual, la aplicación rigurosa de las normas de visas por parte de Rusia sí lo es. Si te quedas más del tiempo permitido deberás solicitar una visa para salir del país.
Según el Departamento de Estado de EEUU, quienes intentan salir de Rusia con una visa vencida pueden ser retenidos hasta por 20 días mientras esperan que se emita una visa de salida.
Lo que te estás perdiendo: un viaje icónico por el Ferrocarril Transiberiano, la línea ferroviaria más larga del mundo.