(CNN Español) – Entre el bullicio de cientos de manifestantes que ese día marchaban en el centro de Madrid y el caminar desesperado de los turistas que buscaban esquivar la protesta, aparece repentinamente en un taxi David Morales, gerente propietario de la empresa de seguridad española UC Global. Morales llegaba a la ciudad para conversar con CNN sobre la demanda impulsada en su contra por Julian Assange, fundador de WikiLeaks. Sería su primera entrevista para un medio internacional.
Vestido con chaqueta azul, camisa clara y botas oscuras, Morales entró a la sala de producción improvisada por CNN en un hotel, decidido a contar su versión de la historia. Una vez allí, estrechó manos, pero no hizo preguntas. Tampoco pidió algo de beber. Solo se sentó en la silla esperando el diálogo. En la calle, las protestas continuaban con gritos y pancartas. El ruido se filtraba por las ventanas, pero Morales parecía imperturbable. Cuando comenzó la conversación, escuchó atento. Entre sus primeras respuestas, destacó una tajante: “No trabajo para la CIA”.
“Llevamos tiempo aguantando estas cosas y hemos intentado mantenernos al margen, pero evidentemente con este escenario que se ha presentado, he decidido dar declaraciones para, en la medida de lo posible, aclarar estas cuestiones”, añadió.
Con estas frases, el empresario se defiende de una batalla legal sin precedentes que se libra en la Audiencia Nacional de España, donde Assange, actualmente preso en el Reino Unido por violar las condiciones de su libertad condicional en ese país, lo acusa de delitos contra la intimidad y el secreto de las comunicaciones entre abogado y cliente, así como de cohecho y blanqueo de capitales por la supuesta grabación, sin su consentimiento, de encuentros que Assange sostuvo con abogados, periodistas, políticos ecuatorianos e incluso con sus médicos. Esto habría sucedido entre 2015 y mediados de 2018, tiempo en el que UC Global estuvo a cargo de la seguridad de la embajada de Ecuador en Londres, donde el fundador de WikiLeaks permaneció asilado por casi siete años. La información recabada, denuncia Assange, habría sido entregada o vendida por Morales a la CIA. Morales niega haber hecho algo así.
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“Fuimos contratados por Senain [la extinta Secretaria de Inteligencia de Ecuador], para brindar seguridad a la embajada. Instalar cámaras o preparar registros de entrada o informes son cosas que nos pedían. Todo se hizo en el marco del contrato y… llegamos a la sede porque la situación era caótica,” apuntó Morales.
A raíz de esta demanda, Morales le dijo a CNN que permaneció detenido entre el 17 y el 20 de septiembre de este año. En esos días hubo varias redadas en las oficinas principales de UC Global en Cádiz, en el sur de España, donde fueron incautados documentos, computadoras y equipo técnico. El también militar retirado español contó que por orden judicial debe presentarse dos veces por semana ante un juzgado mientras dure la investigación, que tiene prohibición de salida del país, que se le retiró su pasaporte y que también se le embargaron sus cuentas bancarias.
Morales considera que el juicio en su contra es parte una estrategia para victimizar a Assange, quien enfrenta un proceso de extradición a EE.UU., donde lo quieren juzgar por 18 cargos relacionados con la divulgación de información clasificada y secretos de Estado sobre la seguridad interna de este país. La defensa de Assange alega que, tras la exposición de documentos clasificados del Gobierno de EE.UU., el fundador de WikiLeaks perdió toda garantía de enfrentar un juicio justo en este país.
“Por lo que se puede observar en las grabaciones publicadas en los medios, se acredita que las conversaciones efectivamente se grababan y que, junto a mucho más material del asilado [Assange], se habrían remitido a EE.UU.” dijo Aitor Jiménez, uno de los abogados de Assange que encabeza la demanda contra Morales. Por ello, agrega Jiménez, el Reino Unido debe denegar la extradición de Assange “por no existir un escenario jurídico con las mínimas garantías al haberse violado radicalmente el derecho de la defensa del Sr. Assange”. El Departamento de Justicia de EE.UU. no respondió a nuestras solicitudes de comentario.
Morales añade que en el caso en su contra también podrían estar involucrados exempleados de la empresa citados en la demanda. “Nosotros tenemos actualmente algunos conflictos que se están resolviendo legalmente, conflictos laborales con exempleados y creo que en cierta manera podría estar allí el origen. Lo desconozco porque ahora mismo hay una investigación y hay un secreto de sumario, pero lo que recojo a través de los medios, porque al parecer es que los medios son los que tienen la información y el contacto con estas personas y son ellos mismos los que nombran a estos filtradores como mis exempleados”. Morales añade que despidió a uno de sus empleados por tratar de vender datos sobre Assange a Ecuador, pero desconocemos si esto es cierto y si esta persona es testigo en la querella.
En esta disputa que involucra a tres países, además de Assange y Morales, está de por medio una vasta cantidad de elementos a los que CNN tuvo acceso, incluidos 35 correos electrónicos, 12 piezas de audio, 10 videos, cientos de documentos, reportes secretos del gobierno ecuatoriano, notas de inteligencia, contratos, transcripciones y también testimonios de exempleados de UC Global. La mayor parte de este material forma parte de la acusación. Sin embargo, esto no confirma que el material estuviese destinado a la CIA como señala Assange.
Por otro lado, un funcionario del FBI le dijo a CNN que esa agencia tiene un expediente sobre Morales, pero no qué datos contiene y de cuándo.
En entrevista con CNN, el canciller de Ecuador, José Valencia, dijo no saber si Morales filtró o no información a la CIA, pero advierte que notificó a UC Global que si esa denuncia se comprueba, enfrentaría consecuencias legales por violar su acuerdo de confidencialidad con el Estado ecuatoriano.
La CIA declinó nuestras solicitudes de comentario.
“Oro en polvo”
Con la llegada de Assange en junio de 2012, la embajada de Ecuador en Londres se volvió un foco de atención de la noche a la mañana. La sede estaba constantemente asediada por decenas de seguidores, manifestantes, policías y periodistas. Frente al edificio se paseaban patrullas policiales y en la entrada, un desfile de activistas, hackers, artistas y políticos listos para visitar al asilado más famoso del mundo. Según las versiones de Assange y Morales, algunas agencias de espionaje también monitoreaban la sede desde el exterior.
La demanda sostiene que algunos encuentros de Assange con periodistas y famosos también habrían sido grabados. Entre ellos, destacan una visita del periodista Glenn Greenwald y su esposo, y otra de la actriz estadounidense Pamela Anderson, quien siempre ha defendido al fundador de WikiLeaks. Estas dos grabaciones, obtenidas por CNN, no contienen audio.
- Encuentro con Pamela Anderson - 30 de marzo de 2017
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El gobierno de Ecuador, bajo la presidencia de Rafael Correa, decidió entonces poner en marcha un plan de inteligencia conocido como “Operación Hotel” según documentos de la agencia de seguridad de la embajada.
La idea era que Assange, el “huésped” fuese monitoreado las 24 horas del día por guardias de seguridad. El plan buscaba asegurar las áreas de ingreso, evitar disputas con los guardias británicos apostados en la puerta, bloquear la entrada de personas no autorizadas y registrar el ingreso de una larga lista de invitados que Assange acumuló durante sus casi 7 años de asilo.
Esta operación, aseguran fuentes del gobierno ecuatoriano, pronto fue una oportunidad para filtrar información sobre Assange y sus visitantes. Los datos recabados, dicen estas fuentes, se volvieron “oro en polvo” y acabaron en poder de varias cabezas ajenas al gobierno ecuatoriano, incluyendo periodistas internacionales y agencias de inteligencia. En 2015, la situación se agravó cuando comenzaron a publicarse reportes internos, fotos y videos del “huésped”, que, algunos sospechaban , provenían de UC Global.
Morales dijo a CNN que, aunque en 2018, en los meses finales del contrato con el gobierno ecuatoriano, supo que algunos empleados habían tratado de vender información, la filtración de datos sobre Assange emanaba del lado ecuatoriano, específicamente del entorno de la comunidad de inteligencia con acceso a la información.
“Nos enterábamos de las filtraciones de información por medio de la prensa ecuatoriana. Y, al denunciar este hecho a las autoridades [de Ecuador], no tuvimos respuesta. Pero esto no era por parte nuestra. La misma prensa nos decía a veces de dónde venían las filtraciones y era un shock saber que viniera de una organización que supuestamente está manejando información reservada.” Sin nombrarla, Morales se refiere a la Senain, la secretaría de inteligencia que recibía todos los informes de UC Global sobre Assange. Esta agencia fue desmantelada en 2018 por el gobierno del ahora presidente Lenin Moreno y sustituida por el Centro de Inteligencia Estratégica de Ecuador, CIES.
Dos fuentes de CIES, que trabajaron en la seguridad de Assange por largo tiempo y que pidieron no revelar su identidad por temor a retaliación de alguna de las partes, le dijeron a CNN que las filtraciones, en efecto, venían de varios sectores. Pero añaden que tienen la certeza de que “empleados de UC Global, diplomáticos y agentes de la Senain [que trabajaban en la embajada de Ecuador en Londres], filtraban información sobre Assange a la CIA y a los servicios de inteligencia rusos y británicos”. CNN no puede confirmar esta información de forma independiente.
La acusación que presenta Assange contra Morales no menciona estos hechos. Solo dice que, con base en las pruebas recabadas y el testimonio de varios exempleados de UC Global, creen que Morales ordenó espiar a Assange con cámaras que captaban audio, micrófonos de largo alcance y grabadoras camufladas entre objetos decorativos y extintores de fuego. Que luego, las grabaciones eran trasladadas físicamente por Morales a EE.UU. en viajes que el empresario hacía de forma casi mensual. Morales lo niega y asegura que hacía esos viajes por razones de trabajo.
Un exempleado de UC Global que pidió no ser identificado, dijo a CNN que Morales no les dijo quién era el destinatario de la información. Solo habría comentado que era para “los americanos”, algo que Morales rechaza. Hay que destacar que este empleado está en medio de una disputa laboral con Morales.
Lo que pasa en Las Vegas
Todo habría comenzado con un viaje a Las Vegas.
La demanda alega que, a mediados de 2015, cuando UC Global ya estaba a cargo de la seguridad de la embajada, Morales viajó a esta ciudad para participar en una feria de seguridad y promocionar UC Global, presentándose como uno de los contratistas a cargo de la seguridad de Assange.
Al regresar a España, Morales habría informado a su equipo que a partir de ese momento jugarían “en primera división”. Los trabajadores, dice el documento, le preguntaron qué quería decir con eso. Sin ser muy explícito, supuestamente contestó que se había pasado al “lado oscuro”. Según Assange y sus abogados esto era una referencia de “una posible colaboración con autoridades norteamericanas”. Morales no negó sus viajes a Las Vegas, pero dijo que era “absurdo” insinuar, como lo hace la querella, que habría sido reclutado en ese viaje para informar de Assange a la inteligencia estadounidense.
“Al decirles que estábamos en primera división, los estaba motivando, pues somos una empresa pequeña que empezó desde abajo. Era placentero compartir avances con mis empleados”, dijo Morales.
Días después de ese viaje, Morales suscribió un contrato importante con la empresa Las Vegas Sands del magnate estadounidense Sheldon Adelson, donante del Partido Republicano y según varios medios de EE.UU., amigo del presidente Donald Trump. Aunque los detalles del contrato son desconocidos, la demanda dice que el objetivo era proporcionar seguridad al yate Queen Miri, propiedad de Adelson, durante su paso por las costas africanas.
“Con este cliente tenemos una relación profesional. Yo me he ocupado personalmente de ese cliente y su familia en coordinación con su equipo de seguridad”. El empresario se abstuvo de hacer más comentarios, dijo que por respeto a un acuerdo de confidencialidad vigente con Las Vegas Sands.
No obstante, los testimonios de los exempleados citados en la denuncia alegan que al margen del contrato con Adelson, Morales informó a su equipo que “había suscrito acuerdos ilegales con autoridades norteamericanas para nutrirles de información sensible relativa al Sr. Assange”. El contacto inicial entre Morales y las agencias de inteligencia de EE.UU., dice la querella, lo habría hecho precisamente el jefe de seguridad de la empresa Las Vegas Sands, quien supuestamente le pidió a Morales que colaborara con las autoridades de inteligencia de EE.UU. CNN no puede confirmar esta acusación de forma independiente y Las Vegas Sands no respondió a nuestro pedido de comentario.
Morales rechazó los señalamientos. “No, no soy un doble agente y es absurdo [decir] que yo viajara a EE.UU. para entregar información personalmente a la CIA. Lo más lógico, si ese fuera el caso, es que lo hiciera en Madrid, donde hay una embajada muy grande de EE.UU., o en cualquier país cercano”, dijo Morales. “Han buscado una asociación con uno de mis clientes, alguien que es completamente independiente y ajeno a todo esto”.
Pero la demanda detalla que Morales les habría asignado tareas específicas a sus empleados sobre cómo espiar a Assange y les exigió no compartir con el gobierno ecuatoriano información sobre sus viajes a EE.UU. También les habría pedido a los técnicos de UC Global que le prepararan un teléfono y una computadora con aplicaciones encriptadas para comunicarse con “los amigos americanos”.
La guerra del espionaje
Una vez que Morales supuestamente entró en contacto con las autoridades estadounidenses, la embajada de Ecuador en Londres se volvió un comando de vigilancia extrema, dice la querella.
La supervisión era tal que, al parecer, no solo se espiaba y se preparaban reportes sobre Assange, sino también sobre los visitantes. Para ello, la demanda argumenta que en diciembre de 2017, UC Global gestionó la instalación de nuevas cámaras capaces de captar sonido. También, un micrófono en la habitación de Assange. Al parecer, se habrían instalado “pegatinas amarillas en las ventanas” para identificar donde había cámaras de seguridad con micrófono y así, los agentes de la inteligencia estadounidense pudieran apuntar con “laser” y extraer el sonido de las conversaciones.
Para los demandantes, el cambio de cámaras, con micrófonos incluidos, tenía un solo propósito: grabar y escuchar las reuniones que Assange mantenía con sus abogados y otros visitantes. Luego, una supuesta unidad especializada conformada por Morales para espiar a Assange “se desplazaría recurrentemente de Cádiz a Londres para recoger las grabaciones de esas cámaras” y trasladarlas de vuelta a España, así lo dice la demanda. Una vez en manos de Morales, este las llevaría a EE.UU.
- Video de Assange con el abogado Geoffrey Ronald Robertson - 17 de enero de 2018
Los abogados de Assange consideran que esto se puede interpretar de las decenas de correos electrónicos que Morales habría compartido con sus empleados. Sin embargo, CNN revisó los mensajes y no encontró en ellos mención alguna de traslado de información a EE.UU.
Morales admite la existencia de los correos. Dice que la instalación de las cámaras con audio fue solicitada y autorizada por la Senain y el gobierno ecuatoriano. El empresario agregó que las cámaras tenían micrófonos, pero asegura que nunca funcionaron adecuadamente. “Nunca hubo audio. Si hay videos con audios que por favor los muestren. Eso no existe”.
La declaración de Morales se ve contrastada por 10 videos que CNN revisó de reuniones de Assange con abogados, médicos y visitantes. Algunos tienen audio y otros no, porque se habrían hecho antes de la instalación de las nuevas cámaras.
Los abogados de Assange insisten en que ni ellos ni su cliente tenían conocimiento de que las cámaras captaran sonidos. Las autoridades de Ecuador aseguran lo contrario.
El canciller de Ecuador, José Valencia, dijo a CNN que las cámaras sí tenían micrófonos, pero que las filmadoras eran visibles y por eso Assange no puede victimizarse. “Las cámaras eran públicas, eran como las cámaras de un banco. Eran públicas, visibles, no estaban ocultas detrás de un espejo ni mucho menos. Grababan audio y esto lo sabía el señor Assange y quienes lo visitaban,” dice el canciller.
- Declaraciones de José Valencia, canciller de Ecuador
Así mismo, CNN obtuvo un documento oficial de la Senain donde se discute con Morales el cambio de las cámaras que captan sonido.
La construcción del caso
El equipo legal de Assange basa la demanda en un eje central: la supuesta relación entre Morales y la CIA.
Ellos infieren, sin sustento directo, que el esquema de espionaje contra el fundador de WikiLeaks coincide con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. y con las investigaciones del Departamento de Justicia sobre la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016.
Los abogados de la querella citan un mensaje que Morales habría enviado a sus empleados donde les pide que a “máxima prioridad” se levanten perfiles de Bernd Fix y Andrew Müller-Maguhn, dos programadores alemanes que visitaron a Assange en varias oportunidades y que prestaran atención sobre si Fix, Müller-Maguhn, o cualquier persona rusa llevaban “teléfonos móviles, pendrives, ordenadores o cualquier equipo electrónico” a la embajada para fotografiarlos.
Este hecho es relativo a los señalamientos que enfrenta Assange en EE.UU., ya que Müller-Maguhn fue mencionado en el reporte especial del fiscal estadounidense Robert Mueller sobre la interferencia rusa en los comicios de 2016 como una de las personas que pudo haber asistido con la transferencia de los documentos robados por Rusia y enviados a Assange y a WikiLeaks para que fuesen publicados en internet.
Al ser consultado por CNN, Müller-Maguhn declinó hacer comentarios sobre sus reuniones con Assange. Pero antes, le había dicho a The Washington Post que nunca tuvo en su poder los materiales hackeados. Fix, por su parte, no pudo ser localizado.
Esa difusión masiva fue el eje principal de la investigación del fiscal Mueller, que concluyó que los correos fueron hackeados por Rusia y entregados a Assange por medio de operadores virtuales para afectar a la entonces candidata presidencial demócrata Hillary Clinton y favorecer a Trump, el republicano. Assange ha negado en varias oportunidades trabajar para el Kremlin.
Morales también habría recolectado datos para la inteligencia estadounidense que, según la demanda, ya eran de conocimiento de Ecuador. Por ejemplo, citan un correo en el cual Morales les pide a sus empleados que le proporcionen datos de la conexión de internet en la sede, el listado de teléfonos de la misión diplomática, perfiles de las personas más allegadas a Assange, composición de las paredes que rodean la habitación del “huésped” y fotos del mobiliario. En ese mismo correo, Morales les habría dicho “alertaros” porque la “SENAIN nos está investigando” y pidió que sus viajes a EE.UU. “se maneje[n] con reserva”.
Morales dice que es normal pedir discreción sobre sus viajes porque trabaja con clientes de alto perfil y aunque no ofreció más detalles debido al acuerdo de confidencialidad que suscribió con el Estado ecuatoriano, sí sugirió que fue un pedido de Ecuador.
En el curso de esta investigación, CNN tuvo acceso a un correo electrónico que el embajador de Ecuador en Londres entre 2015 y 2018, Carlos Abad, envió a Morales donde se señala que el perfilamiento detallado de los colaboradores de Assange y trabajadores de WikiLeaks que se menciona en el anterior correo habría sido solicitado por el propio embajador. Fuentes de la seguridad de la sede diplomática también confirman esta información.
El embajador Abad falleció el 29 de noviembre en Ecuador. CNN no pudo conversar con él antes de su deceso.
El señor “X”
Pero la suposición de que Morales y su equipo llevaran a cabo estas actividades a pedido del gobierno ecuatoriano no satisface al equipo legal de Assange. En la demanda se alega que, aunque le proponía a Ecuador instalar nuevas cámaras y equipo, una vez autorizado el proyecto, lo usaba como una oportunidad para espiar para los “amigos americanos”.
El documento cita un correo de octubre de 2017, en el cual Morales habría ordenado instalar una red virtual privada conocida como VPN, pidiendo que “todo el proyecto (de la instalación a la gestión) corresponda a nosotros,” es decir a UC Global. En otra línea Morales agrega donde sugiere que “el tema de las conexiones VPN deben de quedar por fuera del alcance de los informáticos locales”, técnicos que habían sido contratados directamente por Ecuador. Sin especificar nombres, el empresario responde que no se fiaba de algunos empleados locales.
Dos meses después, en diciembre de ese año, un trabajador de Morales intercambió correos electrónicos con un proveedor sobre las nuevas cámaras que habían sido instaladas ese mes. La calidad de la imagen parecía buena, pero requerían mejorar el audio para hacer las grabaciones. “A duras penas en pocas ocasiones se puede llegar a comprender lo que dice,” asegura el empleado en el mensaje.
Ese mismo mes. Morales conversó con sus empleados sobre la instalación de un sistema streaming para que otros usuarios, fuera de la embajada, observaran los videos desde dentro de la embajada en tiempo real. Ecuador no estaría al tanto de quienes tenían acceso. “…Debemos de programarlo para que solo vean lo que nos interesa y no debemos de darle acceso a ciertos servicios del programa, con el fin de que no puedan visualizar quien tiene más conexiones o quien está conectado al sistema,” dice Morales en un correo. Añade que “todo debe parecer como que ellos tienen acceso”. Al parecer, sus empleados no estuvieron de acuerdo
Por diversas fallas técnicas y por el riesgo de hackeo, el streaming nunca operó. En eso coinciden los extrabajadores citados en la demanda, los consultados por CNN y también Morales. No obstante, en otro correo enviado en enero de 2018 Morales vuelva a mencionar el streaming y les dice a sus empleados quiénes serían las personas con líneas de acceso a la conexión: “una para Ecuador, una para nosotros y otra para X”. Los abogados de Assange afirman que “X” eran los agentes de inteligencia de EE.UU.
Morales no quiso referirse a quién sería el destinatario “X” alegando que se lo prohíbe el contrato de confidencialidad con el Estado ecuatoriano, pero aclaró que esa información era conocida por el gobierno del presidente Moreno y que no se trataba de alguien ajeno a ese sector.
Durante esta investigación, CNN también hizo hallazgos importantes que aluden a que “X” podría ser alguien dentro del gobierno ecuatoriano. Entre ellos, un oficio reservado fechado el 5 de febrero de 2018 remitido por el embajador Abad a UC Global donde se confirma que desde enero de 2017 estaría vigente un acuerdo de colaboración confidencial, en materia de seguridad, entre Abab y Morales. En esencia, ese convenio habría establecido el intercambio de información sobre las actividades de Assange en la embajada. Así, la Senain, donde ya se habían denunciado filtraciones de información, dejaría de ser el canal exclusivo del gobierno para recibir los reportes sobre el “huésped”.
El canciller Valencia dijo a CNN no estar al tanto de este acuerdo, pero mencionó que es inusual que los servicios de inteligencia tengan contacto con los servicios diplomáticos.
CNN no pudo hablar con el embajador Abad antes de su fallecimiento.
Cuando “se espía” al espía
El espionaje no era solo en contra de Assange, dice la demanda.
El documento sostiene que, como lo hizo con muchos visitantes de Assange, Morales también grabó su encuentro con Rommy Vallejo, el entonces jefe de la inteligencia ecuatoriana y líder de la Senain, la propia agencia de inteligencia de Ecuador. Esto ocurrió durante una visita que Vallejo le hizo a Assange el 21 de diciembre de 2017.
- Reunión con Rommy Vallejo - 21 de diciembre de 2017
La grabación de esta conversación, obtenida por CNN, sí contiene audio, aunque con fallas, porque una vez dentro de la sala de reuniones de la embajada, Assange encendió una máquina para distorsionar el audio, como lo muestra uno de los videos que obtuvimos. Ese encuentro fue monitoreado en detalle por el personal de UC Global, que redactó notas sobre la reunión a las que tuvo acceso CNN. De acuerdo con las notas, en esa reunión Vallejo le habría dicho a Assange que Lenin Moreno, quien asumió la presidencia en mayo de 2017, quería “largarlo de la embajada” pero que el estaría haciendo todo lo posible para evitarlo. CNN no puede verificar esta información de manera independiente.
En ese encuentro Assange y Vallejo también discutieron un posible plan de extracción para llevar al fundador de WikiLeaks a Rusia. CNN confirmó esta información mediante documentos oficiales.
Para el plan, a Assange se le concedió la nacionalidad ecuatoriana dos semanas antes, y luego fue nombrado subsecretario de la embajada de Ecuador en Moscú por la entonces canciller María Fernanda Espinosa. El operativo, sin embargo, no se concretó porque el Reino Unido no otorgó el salvoconducto solicitado por Ecuador para llevarlo a Rusia sin ser detenido.
Un día después de la reunión entre Assange y Vallejo, dice la querella que Morales recibió el video del encuentro. También lo dice un correo que Morales envió a sus empleados, en el que comenta que “el video está bien” pero que es necesario sacar “todo lo que podas” de ese día en la embajada “incluso [las imágenes] de la otra cámara desde el otro ángulo de la sala de reuniones”. El asunto del correo dice únicamente “V”.
Al ser interrogado sobre este hecho, Morales dijo: “A nosotros simplemente nos llega el requerimiento de comprobar, por parte de la propia institución [Senain] de que se va a presentar este señor en la embajada y que una vez finalizado, el agente desplegado en la embajada se haría cargo de recuperar esas imágenes para poder enviarlas a Ecuador”.
Vallejo fue despedido nueve meses después de la llegada de Moreno, en medio de denuncias de espionaje a políticos opositores y periodistas. El exjefe de inteligencia no respondió a nuestras solicitudes de comentario.
Vallejo era muy cercano al expresidente Rafael Correa, quien otorgó el asilo a Assange y quien tras su salida del gobierno se convirtió en enemigo de su sucesor, el presidente Lenín Moreno.
A pesar de haber sido compañeros de fórmula y de haber trabajado como su vicepresidente por varios años, una vez en el poder, Moreno eliminó algunas políticas de su antecesor, incluyendo el asilo otorgado a Assange.
El presidente justificó la medida asegurando que el fundador de WikiLeaks “violó la norma de intervenir en asuntos internos de otros países”. Ecuador también argumentó que la conducta de Assange era errática y citó momentos en donde protagonizó peleas con los guardias de seguridad en la embajada, se enfrentó con un embajador e instaló micrófonos sofisticados y otros dispositivos para espiar a los diplomáticos. Los abogados de Assange han dicho que estos reportes fueron exagerados.
Una fuente de la inteligencia ecuatoriana la dijo a CNN que ante los excesos sistemáticos del “huésped”, el gobierno de Moreno intensificó las medidas de control, aplicó un protocolo de seguridad y convivencia, e intensificó el espionaje. Buscaban evitar que Assange afectara la relación de Ecuador con otros países.
De hecho, en uno de los correos electrónicos citados por la querella, Morales dice a sus empleados que habría recibido instrucciones, al parecer del gobierno de Ecuador, de preparar un análisis sobre el “huésped” que incluya cuál sería la reacción de algunos países si este abandonase el “hotel” y donde se pide instalar micrófonos en la habitación de Assange. Ecuador ha dicho que, durante su estadía en la embajada, a Assange se le respetaron todos sus derechos y que contó con beneficios que los asilados generalmente no obtienen.
El último día de UC Global en Londres
Abril de 2018 marcó un primer epílogo del espionaje en la embajada.
Tras el desmantelamiento de la Senain y el reemplazo de Vallejo como jefe de inteligencia, Ecuador decidió cancelar los servicios de UC Global. La empresa, que recibía un pago mensual de US$ 84.000, fue señalada por supuestos incumplimientos contractuales y por el cobro justificado de algunos servicios. Por estos hechos también se libran juicios en Ecuador donde la empresa ya cerró sus puertas. “UC Global ha sido utilizada como arma arrojadiza [por los gobiernos de Correa y Moreno] y nos han ido desvirtuando completamente. Todo el mundo ha intentado buscar la forma de agredir al contrario y en el medio está nuestra compañía,” dijo Morales sobre este caso.
UC Global fue reemplazada por Promsecurity, una firma ecuatoriana. La nueva compañía activó controles estrictos dentro de la embajada y aplicó protocolos de seguridad y convivencia. Nada de eso frenó la filtración de información.
En los meses siguientes, numerosos periódicos y cadenas de televisión continuaron publicando datos, videos y fotos sobre la vida del “huésped” en la sede diplomática e incluso un grupo de periodistas fue acusado de extorsión luego de exigirle a WikiLeaks varios millones de dólares a cambio de no publicar información sobre Assange. La empresa Promsecurity se vio afectada y Assange los demandó por supuesta filtración. CNN no pudo comunicarse con la empresa para conocer su reacción y nuestras llamadas a la sede en Quito no fueron respondidas.
Todo esto llegó a su fin cuando en abril de 2019 Ecuador le revocó el asilo político a Assange, permitiendo el ingreso de la policía británica a la sede diplomática para que fuese arrestado.
De sus días en la cárcel se sabe muy poco, pero ese silencio podría acabar el 20 de diciembre, cuando Assange sea testigo del caso que impulsa contra Morales y UC Global. El australiano brindará su testimonio desde Londres.