Nota del editor: David Bittan Obadia es abogado, escritor, analista de temas políticos e internacionales, columnista en el diario El Universal de Venezuela y colaborador en otros medios de comunicación. Como conferencista, participó en el Congreso Judío Mundial y fue presidente de la comunidad judía de Venezuela. Su cuenta de Twitter es @davidbittano. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente del autor. Ver más artículos como este en cnne.com/opinión.
(CNN Español) – La noticia de que los Emiratos Árabes Unidos e Israel establecen relaciones diplomáticas llevará muy pronto a la apertura de las embajadas y a un restablecimiento amplio de las relaciones entre ambos países, que incluirá temas políticos, económicos, científicos y culturales, entre otros.
Es muy interesante comprender cómo se mueve la geopolítica en el Medio Oriente “detrás de bastidores”, y la gran cantidad de “amistades insospechadas” que hay en el juego político. Esta no es la primera vez que dos países que aparentaban ser enemigos se unen pensando en el bienestar de los pueblos, a sabiendas del costo político que esta decisión pudiera tener y de las consecuencias en el mundo árabe extremista.
A veces el proceso para romper la desconfianza y conocerse entre personas y naciones toma mucho tiempo y esta es una muestra de eso. Una decisión política que hará su aporte para que entre los pueblos se produzca una ruptura de barreras, muchas veces generadas por causas incomprensibles.
A decir verdad, la prensa internacional ya venía reportando la existencia de relaciones comerciales y colaboración entre ambos gobiernos, y probablemente este evento sea una consecuencia de ese proceso. Sin embargo, una lectura correcta es la de poder entender que los aliados de Israel, la democracia más sólida de la región no solo están en occidente.
Esta situación -sin dudas- cambia la foto y el panorama geopolítico en el Medio Oriente, y atrae las miradas del mundo. Desde mi punto de vista, todos los que anhelan la paz están tratando de hacer un bloque para evitar que el Medio Oriente siga siendo un polvorín dominado por el fundamentalismo y el terror.
Por una parte, no se puede ocultar que este acuerdo afecta directamente a Irán, que como sabemos tiene una lucha manifiesta por intentar su dominio en el Medio Oriente, y en el caso del Líbano y Siria lo hace a través de la lucha encabezada por el grupo extremista islámico Hezbollah; y del otro lado Arabia Saudita hace esfuerzos para contrarrestar la situación y evitar que esos espacios se pierdan.
El Medio Oriente es más complejo de lo que nos imaginamos y por eso no puede ser apreciado desde una óptica tradicional, hay que comprender que en esa región, la mayor parte de las luchas tienen un origen religioso y no son solo por territorios.
Existe la expectativa de saber cuál es la posición y el papel que jugó Rusia en este asunto, pero en este instante a Vladimir Putin no le queda otra que salir y aplaudir este acercamiento.
Ojalá que este imomento tan importante sea el inicio de una nueva era de vientos de paz que lleven a todos los que habitan el Medio Oriente a tiempos mejores, que se comprenda que la única alternativa ante las guerras y las diferencias es la paz, y que el camino para lograrlo son las negociaciones.