Crédito: Harpo Productions/Joe Pugliese via Getty Images

Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Es especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento, productora de cine y columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.

(CNN Español) – ¡Es muy curioso que ya el nacimiento de la pequeña Lilibet Diana Mountbatten-Windsor –la hija del príncipe Harry y Meghan, duques de Sussex– esté provocando tanta curiosidad y comentarios tan variados!

La pequeña, nacida en Los Ángeles el 4 de junio de 2021, pesó 7 libras y 11 onzas (3,486 kilogramos). Según una fuente de la revista People, ¡ya fue presentada a su bisabuela, la reina Isabel II, en una videollamada, vía Zoom!, y, como todos ya sabemos, llevará como nombre Lilibet Diana, en honor de la monarca y de su abuela, la princesa Diana, ¡y le llamarán con el apodo cariñoso de Lili!

Un gesto que me gusta mucho y ha causado muy buena impresión en la mayoría de quienes siguen a la royals y simpatizan con los hijos de la inolvidable Diana de Gales. También un gesto que ha provocado comentarios negativos, como los de Angela Levin, biógrafa inglesa que ha escrito mucho sobre la familia real (incluyendo “Harry: A Biography of a Prince y “Diana’s Babies”). Levin dijo en el programa “Good Morning Britain” que es una falta de respeto que tan pronto, después de la muerte del príncipe Felipe, se usara como nombre de la niña el apodo cariñoso que solo le decía el príncipe a la reina.

Este apodo infantil –que de niña la reina misma creó, porque no podía pronunciar Elizabeth y decía llamarse Lilibet– era usado por sus abuelos, sus padres, su hermana, la princesa Margarita, y sus primos, cuando era tan solo la princesa Isabel. ¡Nadie imaginaba que algún día su tío, el rey Eduardo VIII, abdicaría el trono por la divorciada estadounidense Wallis Simpson, que luego su padre sería el rey Jorge VI e Isabel lo sucedería como reina! Un apodo que, años después, adoptó el príncipe Felipe, ¡quien la llamó cariñosamente así! Ahora que han muerto sus padres, su hermana menor, la princesa Margarita, y ahora su marido –su círculo más cercano– no sabemos si hay alguien más que llame Lilibet a la reina.

Yo creo que fue un espontáneo homenaje cariñoso. La Oficina de Prensa del Palacio de Buckingham se apresuró a negar los comentarios de que NO le habían pedido permiso a la reina –pero, sea como sea, no creo que sea un problema de protocolo, sino un asunto familiar, y no dudo que Harry haya querido suavizar con este homenaje a su abuela por las tristes desavenencias que existen desde que el príncipe y Meghan se mudaron a California, dieron entrevistas televisivas (la de Oprah Winfrey) y radiales, aireando episodios muy desagradables y hablando de cómo la afectó la vida dentro de la familia real. Fueron comentarios muy personales y muy privados (que personalmente considero innecesarios airear en público en vez de hablarlos en familia) –los que desde que han salido a la luz, han dividido mucho, no solo a la familia real, sino también a gran parte de la ciudadanía.

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Todo lo sucedido con Harry y Meghan ha complicado las relaciones entre ellos y la familia real, y ha causado decepción y tristeza, según reportes. Y algunos ingleses –y eso me consta porque viajo mucho al Reino Unido y tengo muchos amigos ingleses– son muy protectores de la reina, a quien admiran por su estoicismo y por su amor a la patria, y no toleran que se le ofenda o ataque. Y muchas declaraciones de Harry han implicado críticas a su abuela y su forma de criar a sus hijos, como las de mayo pasado, en el podcast “Armchair Expert”, de Dax Shepard, donde habló de sus problemas de salud mental, y criticó la forma fría como su padre le crió, “en una mezcla del Truman Show y un zoo”, donde sufrió mucho, incluyendo “negligencia” de afectos.

Harry atribuyó esto a que el príncipe Carlos había recibido la misma frialdad de sus padres –la reina Isabel II y el príncipe Felipe– y que él quería romper esa cadena y criar a sus hijos de forma diferente. Una opinión comprensible, pero –en mi opinión– muy dura para ser aireada en público, y más aún a los pocos días de la muerte de su abuelo, cuando la reina estaba muy triste, con “un gran vacío en su vida”, según dijo su hijo el príncipe Andrés.​

Así que desde su nacimiento, la existencia de la pequeña Lilibet –a quien le dirán Lili– seguramente dará mucho que hablar. La niña tendrá ciudadanía doble, de Estados Unidos y del Reino Unido, y de acuerdo con el protocolo solo recibirá el título de princesa cuando su abuelo, el príncipe Carlos, ascienda al trono. Su nacimiento ya ha provocado alegría y también opiniones encontradas. Y no hay que olvidar que ya el príncipe William y Kate se habían adelantado –el nombre de su hija, la princesa Charlotte, ¡es Charlotte Elizabeth Diana, en honor de su bisabuela y su abuela!

¿Otro dato curioso? Que como escribió Meghan en su ya desaparecido blog The Tig, cuando era pequeña tenía varios apodos, entre ellos Meg, M&M y Flower, que era el que siempre le decía y le dice todavía su madre, Doria Ragland! Y eso de llamar a Lili como una flor –como el lirio del valle, que a la duquesa de Sussex le encanta– será tener en casa una ‘flor’ como ella era, y ha sido siempre, para su madre. Lindo ¿verdad?