(CNN) – Si alguna vez hubo un momento para vender una casa del horror, es ahora.
En este mercado salvaje, en el que el récord de bajos niveles de inventario y la creciente demanda están empujando los precios de las casas cada vez más arriba, podrías esperar que cualquier cosa vieja que pongas en el mercado se venda. Mimi Foster, una agente de bienes raíces de Falcon Property Company, en Colorado Springs, Colorado, decidió poner una casa a prueba.
Puso a la venta una casa de cinco habitaciones en el vecindario de Broadmoor Bluffs Estates por US$ 590.000. Puede parecer una ganga, pero el comprador debe tener cuidado.
Si bien la casa parece estar bien desde el exterior y está ubicada entre casas que normalmente se venden por US$ 750.000 a US$ 800.000, lo que se espera al otro lado de la puerta principal es vandalismo, destrucción, restos de animales, años de negligencia y… un olor bastante intenso.
“Honestamente, puedes sentir el olor”, dijo Foster.
Pero Foster no se contuvo en su descripción de la casa cuando la puso en la lista, el martes. Al describir la casa como “la pesadilla de todo propietario”, Foster escribió: “Si sueña con ser dueño de su propio pedacito de infierno y convertirlo en un pedazo de cielo, ¡no busque más!”
“Venga a deleitar sus sentidos, NO VAYA A LA TERRAZA TRASERA. NO ABRA EL CONGELADOR EN EL SÓTANO”, escribió en la publicación de venta de Redfin, que ha sido vista más de medio millón de veces.
Recordando una publicación de adopción de un perro como una “máquina de rabia de 13 libras” que se volvió viral en un momento en que todos querían adoptar un cachorro, esta casa prueba hasta dónde están dispuestos a llegar los compradores.
La casa, que según Foster es propiedad de una vendedora convaleciente que vive fuera del estado, fue alquilada a una inquilina que vivió allí durante una década. Fue administrada durante algún tiempo por una empresa de administración de propiedades, dijo. Cuando la inquilina fue desalojada, en el otoño de 2019, por no pagar el alquiler, se le permitió regresar para recoger algunas de sus posesiones, según Foster, pero en su lugar destrozó el lugar.
La pintura en aerosol negra cubre cada accesorio, revestimiento de piso y superficie, dijo Foster. Aún más abrumador, dijo Foster: el congelador en el sótano está lleno de carne y no ha tenido electricidad durante más de un año.
Para febrero de 2020, dijo Foster, la vendedora se enfrentaba a la ejecución hipotecaria de la casa porque ya no podía pagar la hipoteca. Pero una vez que golpeó la pandemia, una prohibición nacional de ejecuciones hipotecarias lo impidió. La propietaria trató de trabajar con su compañía de seguros para reparar la casa y venderla, pero el proceso fue lento y no tuvo mucho éxito, dijo Foster.
Mientras tanto, a medida que se acercaba rápidamente el final de la protección de ejecución hipotecaria, el mercado local estaba en llamas.
“Si alguna vez pudimos lanzar algo como esto al mercado y ver si pega, es ahora”, le dijo Foster a su vendedora.
Decidieron el precio determinando la cantidad de dinero que compensaría a la propietaria, incluida la cobertura de la primera hipoteca, los gravámenes sobre la propiedad, el título, las comisiones, los costos de cierre y los impuestos atrasados.
Pero, dijo Foster, solo acepta ofertas de compradores que visitaron la propiedad, debido al olor.
“No permito ofertas de quienes no hayan visto la casa”, dijo. Cuando un agente la llamó para hacerle saber que le estaba enviando una oferta de un inversionista con sede en Denver por US$ 625.000, Foster dijo que ella le dijo: “Lo siento. Primero tienes que venir y oler la casa”.