(CNN) – En 2009, Derek Morrison se paró en una boutique del aeropuerto y consideró gastar US$ 960 en un par de tenis Louis Vuitton x Kanye West hechos de gamuza rosada y cuero color caramelo. Al final, decidió no hacerlo: no podía justificar el precio y tenía demasiadas maletas.
Poco más de una década después, esos tenis se anuncian en Internet por US$ 10.000 el par.
“Me he arrepentido desde entonces”, dice Morrison, que ahora trabaja como director senior europeo de la plataforma de reventa de calzado deportivo StockX.
Los tenis lanzados apenas unos meses antes de que West debutara con su línea Nike x Yeezy, se han convertido en parte de la historia de la moda. “Representaron una convergencia de calzado deportivo, Kanye y la alta moda que fue controvertida en su momento, pero un momento tan crucial en la industria”, dijo Morrison, describiéndolo como “un avance que abrió el camino a la era moderna que vemos hoy”.
Pero el precio sigue siendo relativamente insignificante comparado con algunos de los tenis más valiosos del mercado de coleccionistas.
El récord de subasta de calzado deportivo se ha batido en múltiples ocasiones desde 2017, saltando desde algo más de US$ 190.000 por un par de Converse firmados por Michael Jordan, que usó en los Juegos Olímpicos de 1984, hasta los US$ 615.000 pagados por un par de Nike Air Jordan 1 de la estrella del baloncesto en 2020. Luego, a principios de este año, otra de las creaciones de Kanye West , el prototipo de Nike x Yeezys que usó en los Grammys de 2008, se convirtió en los tenis más caros de la historia tras venderse a través de una venta privada por US$ 1,8 millones.
En los últimos cinco años se ha producido una “explosión” de coleccionistas que gastan mucho dinero en calzado inusual, según Caitlin Donovan, responsable de bolsos, ropa de calle y tenis de la casa de subastas Christie’s. Junto con la plataforma de reventa de calzado deportivo Stadium Goods, Donovan organizó recientemente una venta centrada en la línea Jordan de Nike. La subasta en línea, que concluyó esta semana, contó con casi 30 pares raros, desde prototipos de Jordan y tenis desgastados por el juego hasta ejemplares de las primeras ediciones limitadas. Un par de Air Jordan High 1 rojo y negro de exhibición para vendedores fue el artículo más caro de la subasta, vendido por US$ 27.500.
“Desde la funcionalidad hasta la moda, esta subasta ha puesto de relieve algunas de las zapatillas más emblemáticas que empezaron en la pista y que han pasado a formar parte de la cultura pop y de la historia de la moda, tanto en los pies de los ganadores de los Grammy como en los de los iconos de la moda y en los de los atletas más famosos de todos los géneros deportivos”, explicó Donovan.
Un coleccionable de lujo
El aumento de los precios de las subastas refleja el fuerte crecimiento del mercado secundario de reventa de calzado deportivo, que según StockX tiene un valor de US$ 10.000 millones. Se prevé que esta cifra ascienda a casi US$ 30.000 millones en 2030, ya que un número cada vez mayor de coleccionistas invierte en artículos de edición limitada “deadstock” (calzado que debe estar nuevo y sin usar), según Morrison, con el objetivo de revenderlos o exhibirlos como posesiones preciadas.
Ligaya Salazar, curadora de la nueva exposición “Sneakers Unboxed: Studio to Street”, en el Museo del Diseño de Londres y patrocinada por StockX, dijo que son “los jóvenes, en su mayoría procedentes de diversos barrios del centro de la ciudad” los que han “convertido los tenis en lo que son hoy”. Estos originales aficionados a los tenis siguen teniendo un gran impacto en la industria actual, añadió.
La cultura de los tenis también está profundamente entrelazada con la cultura del deporte, especialmente tras el lanzamiento de los tenis Air Jordan de 1985, que Donovan calificó como “los primeros y más coleccionables tenis”.
“Fueron los icónicos tenis de la primera época de Jordan los que poco a poco se infiltraron en la cultura general y pop, creando una raza de nuevos coleccionistas: los ‘sneakerheads’”, dijo.
Los coleccionistas se han diversificado en los años posteriores, y Donovan ha visto cómo un número creciente de millennials, que “apenas están empezando su viaje de coleccionismo”, se unen a los “coleccionistas más serios y establecidos de la historia del deporte y la moda”.
La coleccionista de tenis Ann Jacobe, que posee alrededor de 500 pares (e insiste en que usa incluso los más valiosos), dijo que agradece el nuevo interés de los inversores de lujo y las casas de subastas. La coleccionista filipina, que ha “perdido la cuenta” de cuánto dinero ha gastado en zapatillas, dijo que “eleva la conciencia de que pueden ser tratadas como arte”.
“Es algo estupendo, pues tengo en alta estima los zapatos deportivos, como si fueran una escultura o un cuadro. Y a juzgar por los precios de algunos pares (en subasta), definitivamente va por ese camino”, dijo, añadiendo que consideraría pujar por unos tenis en subasta si “resuenan conmigo y me dan alegría”.
Mientras que algunos coleccionistas tratan los tenis puramente como una inversión, otros como Jacobe no quieren simplemente poseer pares codiciados: quieren poseer las historias y los estilos de vida que hay detrás de ellos, dijo Morrison. “La gente tiende a dedicarse a valores, o narrativas, o temas que trascienden las marcas individuales”, dijo, y añadió que los tenis pueden “hacernos sentir conectados a marcas, personas y momentos culturales”.
Hablando de sus hábitos de compra, Jacobe dijo: “A veces es cómo (un par) me hace desmayar la primera vez que lo veo; a veces es la historia detrás de las zapatillas y cómo resuena con mis valores”.
Si las Air Jordan están entre las zapatillas más populares del mercado, también tienen una de las historias más conocidas. Fruto de la colaboración entre Michael Jordan y Nike, el diseño es famoso por burlarse de la “regla del 51%” de la NBA, que establecía que el calzado debía ser predominantemente blanco. No obstante, Jordan llevó un par rojo y negro durante un partido de pretemporada, lo que contribuyó a que trascendieran la moda para representar un momento cultural. Más tarde, Nike aprovechó la polémica para reeditar las Air Jordan 1 originales como edición “prohibida”.
Consciente del poder cultural de los tenis, Nike ha colaborado desde entonces con marcas de moda de lujo como Dior y Sacai, así como con celebridades que no son deportistas, como Travis Scott, y con marcas algo improbables como Ben & Jerry’s. Otros han seguido su ejemplo, desde los tenis con temática de los Avengers de Adidas hasta el llamamiento de Balenciaga a los gamers a través de una asociación con PlayStation.
En la colección de 500 pares de Jacobe se pueden encontrar hitos de la cultura de los tenis, como las Yeezy Boost 350 Turtle Doves (“un clásico de la rica historia de los tenis de Kanye West”, dijo) y las Nike Dunk SB Reese Forbes (de lo que ella llamó la “locura” de principios de la década de 2000 por los zapatos de skate SB de Nike). Pasó casi un año buscando un raro par de zapatillas Nike x Off-White de 2017, diciendo que fue “como unas vacaciones cuando las desempaqué”.
La coleccionista también busca tenis que rindan homenaje a su país natal. Entre sus favoritos están los Nike AF-1 Filipinas, que llevan los colores de la bandera nacional, así como un par de Asics diseñados con Whang Od, la última tatuadora tradicional filipina de la tribu Kalinga.
“Es tan surrealista encontrar y poseer un par que nos represente tan bien a nosotros y a la comunidad”, afirma.
Cambio de actitud
Sin embargo, no todos los coleccionistas están motivados por su amor a los tenis. Al igual que ocurre con el arte y las propiedades, el calzado puede representar tanto una inversión como una forma de “diversificar sus activos”, afirma Donovan, de la casa de subastas Christie’s.
“Las versiones de edición limitada de estilos clásicos… siempre han sido la cúspide del mercado de coleccionismo secundario de lujo”, dijo, y añadió: “Los coleccionistas buscan estas obras de colaboración, a menudo lanzadas en cantidades limitadas en el mercado primario, en el mercado secundario a precios superiores”.
Los sitios de reventa como StockX, que monitorea el valor de los tenis en tiempo real y las últimas ventas como si fueran acciones de Wall Street, han facilitado que los coleccionistas traten los tenis raros y caros como si fueran mercancías. (La plataforma incluso comprueba la existencia de falsificaciones en centros de autentificación específicos).
Y conseguir nuevos diseños de edición limitada es, cada vez más, un gran negocio. Los coleccionistas podían hacer fila ante las tiendas para ver el último “drop”, pero muchos de los revendedores de hoy en día recurren al “botting” en línea, es decir, al uso de programas que compran automáticamente las existencias en el momento en que se pone en línea una nueva colección. Para las marcas que prefieren vender sus productos a los aficionados que a los bots, se trata de una “eterna carrera armamentística”, afirma Morrison.
Si los revendedores más avispados juegan bien sus cartas, pueden ganar decenas de miles de dólares vendiendo productos agotados. StockX dijo que la colaboración Jordan 1 Retro High Dior fue el lanzamiento de tenis más caro de 2020, vendiéndose por US$ 2.000 pero alcanzando US$ 11.000 en línea a través de una subasta de Sotheby’s. Solo se fabricaron 8.500 pares de estos tenis, y se lanzaron en el 35º aniversario de Air Jordan, lo que supuso una trifecta perfecta de rareza, colaboración de lujo y momento histórico. Hoy, la puja más alta por un par en StockX supera los US$ 12.600.
“Hay muchos factores por los que algunos pueden ser más caros que otros, como su rareza, si lo ha llevado una celebridad o si se trata de una colaboración publicitada”, explica Morrison. “Pero, en general, todo se reduce a la oferta y la demanda: cuanto menos haya, más atractivo o resonante es el producto y más costará obtenerlo”.
Pero independientemente de si los coleccionistas compran por placer o por beneficio, todos buscan calzado deportivo que hable de la cultura de su época, dijo Morrison. “Son algo más que algo que va en los pies: son un lienzo que sirve como medio de autoexpresión, tanto si eres un coleccionista como si los usas nada más sacarlos de la caja”.