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(CNN Español) – El concepto de la princesa esperando a un príncipe azul ha cambiado en el mundo del entretenimiento, junto con los tiempos y las sociedades. Y ahora mujeres valientes, como María Carolina Rodríguez, Aranza Méndez y Kesia Souza han tomado el lugar de las princesas clásicas en las historias que inspiran a las niñas y niños alrededor del mundo.

Esa es la intención de la campaña “Tiempo para celebrar”, de Disney Princesa, que tiene el fin de motivar a miles de jóvenes en Latinoamérica a luchar y perseguir sus sueños, poniendo como ejemplo a estas heroínas de la vida real que encontraron inspiración en princesas de Disney como Bella, Mulán y Moana.

“Están un poco borrando las líneas entre lo que es una princesa y todas las otras cualidades diferentes” dijo la Dra. Sarah M. Coyne, profesora de desarrollo infantil en la Escuela de Vida Familiar de la Universidad Brigham Young (BYU), en entrevista con CNN. “Lo que creo es que están enviando mensajes de lo que puedes ser como mujer, princesa, guerrera, luchadora, erudita, ya sabes, todo tipo de cosas diferentes”, agregó.

Si bien la cultura de las princesas de Disney ha sido ampliamente criticada por presuntamente reforzar los estereotipos de género, un estudio muestra una historia diferente.

“Sorprendentemente, y contrariamente a la hipótesis, la participación temprana en la cultura de las princesas no se asoció con la adhesión posterior a los estereotipos de género femenino en cuanto a características y comportamientos”, se lee en la investigación liderada por la Dra. Coyne, quien ha estudiado el impacto de la cultura de las princesas en niños a corto y largo plazo.

El estudio también sugiere que la interacción temprana con la cultura de las princesas tiende a ser positiva para los niños a largo plazo. Por ejemplo, los niños que participaban en la cultura de las princesas tienden a ser más receptivos a sentir y expresar sus emociones dentro de sus relaciones interpersonales.

En el estudio que fue publicado en julio y en el que participaron 307 niños quienes completaron una serie de cuestionarios en dos ocasiones con 5 años de diferencia, también mostró que la cultura de las princesas tendió a estar relacionada con el desarrollo de una estima corporal positiva a largo plazo para quienes provienen de un nivel socioeconómico bajo.

“Algunos de los programas tienen mensajes positivos sobre la belleza interior. ‘La Bella y la Bestia’ es un muy buen ejemplo de eso, como mirar el corazón y no la apariencia de la persona”, dijo la Dra. Coyne.

Todos pueden ser príncipes y princesas

Aranza Méndez es campeona y líder en robótica, y este año participará en el Congreso Internacional de Astronáutica de Dubai.

“La verdad es que todos al perseguir nuestros sueños y al tener ciertas metas y ese deseo de querer alcanzar nuestro sueño hace que todos podamos ser príncipes o princesas”, dijo Aranza de 18 años, quien se enamoró de la robótica a muy temprana edad “porque era como darle vida a las cosas que yo imaginaba”.

La joven mexicana dijo que se identificaba con Bella, personaje de la película de 1991 ‘La Bella y la Bestia’, porque “piensan que estoy en otro mundo, porque es el mundo de los hombres o de la robótica, donde no están acostumbrados a ver a niñas y pues me identifico con ella porque lo que las dos hacemos es: estamos en nuestro mundo y no nos fijamos en lo que los demás piensen, sino en nuestras pasiones y continuamos con ello”.

Desde los 7 años, Aranza es alumna de RobotiX, una organización que impulsa y fomenta la educación tecnológica.

“Me di cuenta de que en realidad la robótica se podía utilizar para un bien que ayudara al mundo a crear soluciones tanto que ayudaran en desastres naturales o a personas con alguna discapacidad. Y fue ahí cuando dije ‘creo que estoy ayudando al mundo con un talento que he adquirido’ y pues eso me gusta”.

Aranza ha formado parte de los equipos representativos de alto rendimiento en distintas competencias nacionales e internacionales de robótica y este año participará en el International Astronautical Congress, un evento de la industria aeroespacial que se celebrará en Dubai.

La resiliencia de una atleta

María Carolina Rodríguez ha ganado 25 medallas a nivel nacional y espera un día representar a Colombia en los Juegos Paralímpicos.

“La resiliencia es las ganas de salir adelante a raíz de algo malo que pasó o algo que hayas pasado, no precisamente malo. Por ejemplo, en mi caso fue el cáncer. Eso no me detuvo a seguir luchando por mis sueños, a seguir dándole alegría a mi familia”, dijo a CNN María Carolina Rodríguez, nadadora paralímpica de la selección de Bogotá que a sus 18 años ha ganado más de 25 medallas a nivel nacional.

En 2016, a María Carolina le diagnosticaron cáncer en su pierna izquierda “para ser exactos, un osteosarcoma de tibia y peroné que conllevó a todo el tema de las quimioterapias, pero lastimosamente no fueron suficientes y tuvieron amputar mi pierna”, relata María Carolina, quien en un inicio pensó que no iba a poder ser capaz de volver a sus entrenamientos, pero que con el apoyo de su familia y amistades pudo retomar su gran pasión: la natación.

Al igual que muchas jóvenes de su edad, María Carolina creció viendo películas de Disney y encontró en Mulan una fuente de inspiración. “[Mulan] era más fuerte, pensaba más en su familia, más que en ella”, cuenta María Carolina quien dijo que, como Mulan, todo lo que hace está enfocado en su familia, en “hacer que se sientan orgullosos”.

La atleta paralímpica, quien en un futuro espera representar a Colombia en los Juegos Paralímpicos, dijo que le gustaría ver a un personaje paralímpico entre los protagonistas de una película de Disney. “Siento que los personajes, tanto chicos como chicas paralímpicos, con algún tipo de discapacidad no tienen el reconocimiento que se merecen”, dijo María Carolina, no sin antes expresar su disgusto por la palabra “discapacidad”.

“Siento que la ‘dis’ debe ser un poco más chiquita y la ‘capacidad’ en mayúsculas, [en] grande porque la capacidad que tenemos es muy grande y la gente suele limitarnos a su propia vista”, indicó.

Un futuro más diverso

Julian Kesia Souza sueña con ser futbolista profesional y hacer historia en el fútbol femenil.

“Me gustaría ver princesas de la vida real desapareciendo el cuento de hadas sin perder la esencia de princesa, mujer y guerrera. Pues eso es increíble”, dijo a CNN la futbolista brasileña Kesia de 18 años, a quien le gustaría ver más historias con personajes que afrontan circunstancias reales, retos psicológicos y que enfrentan prejuicios de la sociedad “porque las mujeres y las princesas en la vida real no somos tan frágiles como dicen algunas personas”.

Es cierto que algunas de las películas de princesas de Disney, principalmente de la primera generación, muestran a las mujeres como indefensas y sumisas, mientras que los hombres son retratados como personas valientes y fuertes. Sin embargo, en películas más recientes como es el caso de “Frozen” y “Moana”, Disney se ha alejado de ese tipo de representaciones.

“Por ejemplo, los padres son retratados como más femeninos —más indulgentes, cariñosos y abnegados— a medida que pasa el tiempo. Los protagonistas masculinos también están cambiando, ya que los hombres provienen de clases con ingresos más bajos, trabajan junto con mujeres y muestran un físico más moderado (en lugar de muy musculoso)”, destaca el estudio realizado por la Dra. Coyne.

La investigación concluye que la cultura de las princesas puede tener un efecto positivo en la reducción de la adherencia a las normas de masculinidad hegemónica “particularmente en niños”.

“Los niños a los que les gustaban las princesas de Disney a los cuatro años tendían a tener actitudes más progresistas en torno al género. Específicamente, eran más propensos a creer en la igualdad, a tener actitudes igualitarias hacia hombres y mujeres”, explicó la Dra. Coyne.

Por su parte, Barbara Smith, gerente senior de marketing de franquicias integradas en The Walt Disney Company, dijo a CNN que a lo largo de 84 años las historias de las princesas han evolucionado “para reflejar las particularidades de los tiempos que corren y la diversidad que compone a nuestras audiencia”.

“Todas ellas, independientemente de la época a la que pertenezcan, representan historias de valentía y bondad y reflejan valores positivos, que sin duda contribuyen en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria”, agregó Smith.

Y si bien Disney ha sido criticado por sus prácticas de “queerbating” y por quedarse corto cuando se trata de representar a la comunidad LGBTQ, la Dra. Coyne ve el potencial para diversificar a sus personajes.

“Tenemos tantos jóvenes LGBTQ que no se ven a sí mismos en la programación infantil, así que creo que es un movimiento positivo y no me sorprendería que Disney fuera más explícito”, dijo la Dra. Coyne.

Smith indicó que Disney tiene la responsabilidad de contar historias que promuevan la inclusión de todas las personas y que reflejen la diversidad de su audiencia. “Este es un compromiso de largo plazo, que forma parte de un proceso gradual pero constante, en el que se contempla la adaptación de nuestra oferta de entretenimiento para llegar a todo nuestro público, del que sin duda el colectivo LGBTQI+ es parte”, señaló.

Este año, Disney lanzó el cortometraje “El Princesito” una historia que aborda la identidad de género y cuestiona la masculinidad hegemónica. El cortometraje es parte de una colección que, según Disney, tiene el objetivo de contar historias que representen la diversidad real que existe en la sociedad, así como darle un lugar a las voces que históricamente han sido ignoradas.