(CNN) – Un trabajador agrícola fue condenado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por homicidio en primer grado en el secuestro y apuñalamiento mortal de la estudiante universitaria Mollie Tibbetts en julio de 2018.
La sentencia se produce poco más de tres años después de que el cuerpo de la mujer de 20 años fuera encontrado en un campo de maíz de Iowa.
Cristhian Bahena Rivera, un inmigrante indocumentado de 27 años procedente de México, admitió en una entrevista con la policía en agosto de 2018 que siguió a Tibbetts mientras salía a correr por la noche, se enojó con ella y “perdió el conocimiento”, según una declaración jurada de arresto y el testimonio en el juicio. Bahena dijo que más tarde volvió en sí y se dio cuenta de que ella estaba sangrando en la cajuela de su vehículo y luego la enterró en un campo de maíz remoto de Iowa, dijeron los fiscales.
Rivera condujo entonces a la policía al maizal, donde los investigadores encontraron su cuerpo con heridas mortales de arma blanca, según los fiscales.
“Sr. Rivera, he seleccionado esta sentencia particular para usted después de considerar la naturaleza del delito que cometió, el daño a la víctima y la familia de la víctima, su necesidad de rehabilitación y la necesidad de proteger a la comunidad de nuevos delitos por usted y otros”, dijo el juez Joel Yates en la sentencia.
Después de que Rivera fuera declarado culpable, el fiscal Scott Brown dijo que la familia de Tibbetts estaba “aliviada” y “satisfecha” con la decisión.
“La familia, y otras personas que están tan cerca de ella, viven con ello para siempre”, dijo Brown sobre la tragedia. “Esperamos que al final… cuando estos casos terminen, podamos aportar un sentido de justicia para ellos, aunque nunca tendríamos la capacidad de traer a Mollie de vuelta”.
Tibbetts desapareció después de salir a correr
Tibbetts desapareció después de salir a correr en Brooklyn, Iowa, lo que desencadenó una extensa búsqueda que atrajo la atención nacional.
Tibbetts estudiaba psicología en la Universidad de Iowa y quería obtener un doctorado y escribir libros, dijo su padre. Rivera, por su parte, había trabajado durante cuatro años en Yarrabee Farms, una granja lechera cercana.
Su muerte y la condición de indocumentado de Rivera empujaron la trágica historia al rencoroso debate político partidista en torno a la inmigración. El expresidente Donald Trump sacó a relucir su historia como parte de su impulso por etiquetar a los inmigrantes indocumentados como violadores y asesinos, a pesar de que la evidencia existente muestra que la condición de indocumentado no se correlaciona con la criminalidad.
Rob Tibbetts, el padre de Mollie, ha pedido repetidamente a los políticos que dejen de utilizar la muerte de su hija como un punto contra la inmigración, diciendo que ella creía que estos puntos de vista eran “profundamente racistas”.
Testimonio sorpresa sobre hombres enmascarados
La Fiscalía basó su caso en tres aspectos clave: el video de vigilancia del vehículo de Rivera cerca de Tibbetts, su confesión a los investigadores en agosto de 2018 y el ADN de ella encontrado en su cajuela.
“Cuando se juntan estas pruebas, no puede haber otra conclusión que la de que el acusado mató a Mollie Tibbetts”, dijo el fiscal del condado de Poweshiek, Bart Klaver, al inicio del juicio.
Después de más de un mes de búsqueda, el punto decisivo en el caso se produjo cuando salió a la luz un video de vigilancia de una casa de la noche del 18 de julio de 2018, que muestra la silueta de una mujer corriendo, así como repetidos avistamientos de un Chevy Malibu negro, dijeron los fiscales. Un investigador más tarde vio el vehículo e identificó al conductor como Rivera, dijo Klaver.
Después de negar inicialmente saber sobre Tibbetts, admitió que la había visto la noche en que desapareció, dijo que la encontró atractiva y dijo que dio la vuelta para echar un segundo vistazo, dijo Klaver al jurado. Supuestamente admitió que había seguido a Tibbetts y que había trotado junto a ella. Ella había amenazado con llamar a la policía, y Rivera admitió que se enojó y se peleó con ella, dijo Klaver al tribunal.
“Lo siguiente que recuerda” es que estaba conduciendo y se dio cuenta de que Tibbetts estaba en su maletero, dijo Klaver. Rivera supuestamente admitió que sacó su cuerpo ensangrentado de la cajuela, la llevó a un campo y colocó tallos de maíz sobre su cuerpo, según Klaver.
A continuación, condujo a los investigadores al lugar de los hechos, donde se encontró su cuerpo escondido bajo los tallos de maíz, según la fiscalía.
Aunque Rivera no dijo explícitamente a los investigadores que apuñaló a Tibbetts, los fiscales dijeron que esa era la única conclusión.
“Él dice que se desmayó. No se desmayó. Simplemente no se lo dijo (a un investigador)”, dijo Brown el jueves.
“Él está diciendo a los oficiales, al decir esas declaraciones, ‘Yo maté a Mollie Tibbetts’. Eso es lo que está diciendo. Eso es a lo que apuntan todas las declaraciones”, añadió.
Sin embargo, el testimonio de Bahena Rivera en su propia defensa contradijo fuertemente sus declaraciones previas.
Bahena Rivera declaró que se estaba duchando cuando dos desconocidos enmascarados irrumpieron en su caravana y le exigieron ayuda. Uno tenía un cuchillo y el otro una pistola, dijo.
Él declaró que se metieron a la fuerza en su Chevy Malibú negro y le dijeron que condujera hacia la ciudad. Fue entonces cuando dijo que se encontraron con una joven que ahora sabe que es Tibbetts.
Bahena Rivera declaró que le dijeron que se detuviera, mientras el hombre con el cuchillo salía del coche. Afirmó que ambos hombres salieron del vehículo y que los escuchó abrir y cerrar la cajuela. Cuando los hombres se fueron, dijo que encontró el cuerpo de Tibbetts en la cajuela del coche. Bahena Rivera dijo que sacó su cuerpo de la cajuela, lo colocó en un campo de maíz y cubrió su cuerpo con tallos de maíz.
Bahena Rivera dijo que no sabía por qué los hombres buscaban su ayuda. Declaró que confesó falsamente a la policía porque temía que los hombres les hicieran daño a su hija y a su exnovia y porque pensó que le ayudaría si les decía a los investigadores lo que querían oír.
– Ray Sanchez y Carma Hassan contribuyeron con este reportaje.