(CNN Business) –– Evergrande, la inmobiliaria china asediada de problemas, ahora trata de tranquilizar a los inversores sobre el impacto de una orden para demoler algunas decenas de edificios en China.
Los medios en China informaron durante el fin de semana que las autoridades de la provincia de Hainan ––una isla turística tropical frente a la costa del sur de China–– ordenaron a Evergrande demoler 39 edificios. En ese sentido, reportaron que los permisos de construcción se obtuvieron ilegalmente.
La compañía reconoció esa orden en una publicación de WeChat este lunes por la noche. Pero, agregó que la medida no afecta a otros edificios en el mismo proyecto de propiedad, que involucra a unos 61.000 propietarios.
Los 39 edificios forman parte del gigantesco proyecto Ocean Flower Island de Evergrande en Hainan. Un plan en el que la compañía ha invertido casi US$ 13.000 millones en los últimos seis años.
Evergrande suspendió este lunes la negociación de sus acciones en Hong Kong. En un documento que presentó a la Bolsa de Valores de Hong Kong este martes, la compañía dijo que reanudaría las operaciones. También confirmó que se “comunicaría activamente” con las autoridades sobre el proyecto Ocean Flower Island y “resolvería el problema adecuadamente”.
Las acciones subieron hasta un 10% después de que comenzaran las operaciones a primera hora de la tarde, antes de reducir las ganancias. Subieron por última vez un 1,3%.
En el documento de este martes, Evergrande también dijo que logró ventas por contrato de 443.020 millones de yuanes (US$ 70.000 millones) para 2021. Eso representa un 39% menos que la cifra de ventas de 2020. Y con respecto a la liquidez, la empresa señaló que “mantendrá activamente la comunicación con los acreedores, esforzándose por resolver los riesgos y salvaguardando los derechos e intereses legítimos de todas las partes”.
Los problemas de Evergrande
Evergrande ––que fue el segundo desarrollador inmobiliario más grande de China por ventas en 2020–– se tambalea bajo más de US$ 300.000 millones de pasivos totales.
La empresa ha enfrentado dificultades durante meses para recaudar efectivo que le permita reembolsar a los prestamistas. Y el presidente de la compañía, Xu Jiayin, ha estado supuestamente vendiendo activos personales para apuntalar sus finanzas. Pero eso no parece suficiente para evitar el incumplimiento.
En diciembre, Fitch Ratings declaró que la compañía había incumplido con su deuda, una rebaja que, según dijo la agencia de calificación crediticia, reflejaba la incapacidad de Evergrande para pagar los intereses que vencen ese mes sobre dos bonos denominados en dólares.
Los analistas han estado preocupados durante mucho tiempo de que un colapso de Evergrande podría generar riesgos más amplios para el mercado inmobiliario de China, perjudicando a los propietarios de viviendas y al sistema financiero en general. Las industrias inmobiliarias y afines representan hasta el 30% del PIB del país. La Reserva Federal de Estados Unidos advirtió en noviembre que los problemas en el sector inmobiliario chino podrían dañar la economía mundial.
Ya hay bastantes pruebas de que Beijing está asumiendo un papel de liderazgo en la orientación de Evergrande a través de una reestructuración de su deuda y la expansión de las operaciones comerciales.
Pero los analistas advirtieron, sin embargo, que la crisis inmobiliaria sigue siendo una amenaza inminente para China.