(CNN) – El Gobierno de Joe Biden publicó este martes una nueva norma que prohibe, en gran medida, solicitar asilo en Estados Unidos a los migrantes que viajaron a través de otros países en su camino a la frontera entre Estados Unidos y México, marcando un cambio con respecto a un protocolo con décadas de vigencia.
La nueva normativa compuesta por 153 páginas, que podría afectar a decenas de miles de personas, forma parte de un mosaico de políticas puestas en marcha por la administración para gestionar la frontera. Es una de las medidas que han enfrentado a Biden con sus propios aliados, que argumentan que el enfoque de la administración es demasiado estricto y se basa en las políticas de la era Trump.
La mayoría de los migrantes transitan por otro país, si no por varios, en su viaje a Estados Unidos. La política de asilo propuesta recuerda a una política de la era Trump que limitaba drásticamente la capacidad de los migrantes para solicitar asilo en Estados Unidos si residían o viajaban a través de otros países antes de llegar a Estados Unidos.
La norma propuesta presumiría la inelegibilidad de asilo y “alentaría a los migrantes a aprovechar vías legales, seguras y ordenadas hacia Estados Unidos, o de otro modo a buscar asilo u otra protección en los países a través de los cuales viajan, reduciendo así la dependencia de las redes de tráfico de personas que explotar a los migrantes para obtener ganancias económicas”, según el texto de la regulación.
Si bien hay algunas excepciones, la norma generalmente se aplicaría a los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México. No se aplica a los niños migrantes no acompañados.
“Para ser claros, esta no era nuestra primera preferencia ni nuestra segunda”, dijo un funcionario de la administración a los periodistas, y agregó que la responsabilidad de aprobar la reforma recae en el Congreso.
“Estas medidas temporales se están tomando por necesidad”, dijo el funcionario de la administración.
Los funcionarios de la administración rechazaron el martes la comparación con la administración Trump, diciendo que no es una prohibición categórica del asilo y enfatizado los esfuerzos para ampliar el acceso a las vías legales para entrar en Estados Unidos., incluido un programa de libertad condicional lanzado recientemente para ciertas nacionalidades.
Amplias críticas a la norma de Biden para restringir el asilo
La política de Biden, al igual que la de la era Trump, ha recibido una amplia condena por parte de legisladores demócratas y defensores de los inmigrantes. En una reunión privada con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, la semana pasada, los senadores hispanos demócratas expresaron su preocupación por la norma y su oposición a ella, según una fuente familiarizada con la reunión.
Los miembros del Grupo Hispano del Congreso ya habían expresado su frustración con la administración cuando se anunció inicialmente la norma, describiendo la sorpresa que les causaron las nuevas políticas fronterizas y la falta de compromiso. El martes, el miembro de rango del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el representante Jerry Nadler, demócrata por Nueva York, y el miembro de rango del Subcomité de Integridad, Seguridad y Cumplimiento de la Inmigración, la representante Pramila Jayapal, demócrata por Washington, criticaron la medida.
“Estamos profundamente decepcionados con la propuesta de la administración Biden de limitar el acceso al asilo”, se lee en la declaración conjunta. “La capacidad de solicitar asilo es un principio fundamental protegido por la ley federal y nunca debe violarse”.
Mayorkas explicó el reglamento a los senadores latinos, según la fuente, pero no pareció aliviar sus preocupaciones. Los defensores de los inmigrantes también criticaron la regla de asilo el martes, argumentando que viola la promesa del presidente Joe Biden de restaurar el asilo.
“Esta regla llega al basurero de la historia para resucitar una de las políticas contra el asilo más dañinas e ilegales de la administración Trump”, dijo Krish O’Mara Vignarajah, presidenta y CEO del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, en un comunicado. “Exigir que las personas perseguidas primero busquen protección en países que no tienen sistemas de asilo en funcionamiento es una propuesta ridícula y potencialmente mortal”.
Para gestionar el flujo de migrantes, la administración se ha apoyado en una restricción por el covid-19 de la era Trump, conocida como Título 42, para rechazar a ciertos migrantes que se encuentran en la frontera entre Estados Unidos y México. Pero es posible que esta restricción expire y además ha quedado en medio de una serie de litigios, por lo que los funcionarios están considerando otras medidas a medida que decenas de miles de migrantes continúan moviéndose en el hemisferio occidental.
Entre los planes que baraja la administración está el uso de un proceso de deportación acelerado conocido como “expulsión acelerada”. Si bien México ha estado tomando migrantes bajo el Título 42 y anteriormente bajo una política fronteriza de la era Trump conocida como “permanecer en México”, el plan parecería marcar la primera vez que México retomaría deportados no mexicanos a gran escala. El Departamento de Seguridad Nacional ha negado los informes sobre el plan.
La política de EE.UU. para los migrantes de Venezuela, Nicaragua y Cuba
Los cambios en los patrones migratorios han puesto a prueba los recursos federales, ya que las autoridades fronterizas se han encontrado con un número cada vez mayor de cubanos, venezolanos y nicaragüenses. Debido a las tensas relaciones diplomáticas, Estados Unidos no puede deportar a migrantes de estas nacionalidades a sus países de origen.
Desde entonces, Estados Unidos ha empezado a enviar migrantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua a México en virtud del Título 42 y ha abierto un programa independiente que permite a los migrantes de esas nacionalidades y de Haití solicitar entrar legalmente en Estados Unidos. Miles de inmigrantes ya han presentado su solicitud.
Funcionarios de la administración han atribuido al programa el mérito de haber provocado un descenso significativo de los cruces fronterizos.