(CNN) – Las peligrosas olas de calor, que baten récords, aumentarán a medida que se intensifique la crisis climática, y serán especialmente devastadoras en los países y regiones menos preparados para ellas, según un nuevo estudio.
Los científicos analizaron conjuntos de datos sobre temperaturas de más de 60 años, así como modelos climáticos, para calcular la probabilidad de que se produzcan olas de calor extremo sin precedentes, y dónde podrían ocurrir.
El análisis identificó a Afganistán, Papua Nueva Guinea y algunos países de Centroamérica, incluidos Guatemala, Honduras y Nicaragua, como “focos” de olas de calor de alto riesgo.
Según el informe, publicado este martes en la revista académica Nature Communications, estas regiones son especialmente vulnerables debido al rápido crecimiento de su población y a su limitado acceso a la atención sanitaria y al suministro energético, lo que afecta su resiliencia a las temperaturas extremas.
“Hay indicios de que esas regiones podrían sufrir una gran ola de calor y no estar preparadas para ello”, afirma Dann Mitchell, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Bristol, Reino Unido y coautor del estudio.
La amenaza a la que se enfrenta Afganistán es especialmente fuerte, dijo Mitchell a CNN. No solo hay un alto potencial de calor extremo sin precedentes, sino que los impactos se intensificarán por las enormes dificultades que ya enfrenta el país, dijo.
Afganistán se enfrenta a graves problemas sociales y económicos. Además, cuenta con una población en crecimiento cada vez más expuesta a los problemas de la escasez de recursos, según el informe.
“Cuando por fin llegue una ola de calor realmente extrema, se producirán muchos problemas de manera instantánea”, afirmó Mitchell.
Las olas de calor tienen un amplio impacto negativo. Reducen la calidad del aire, agravan la sequía, aumentan el riesgo de incendios forestales y pueden hacer que las infraestructuras se deterioren.
También afectan gravemente a la salud humana, y el calor extremo es una de las catástrofes naturales más mortíferas. La insolación o el agotamiento por calor pueden desencadenar una amplia gama de síntomas peligrosos, como dolores de cabeza, mareos, náuseas y pérdida de conciencia, entre otros. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el golpe de calor es la enfermedad más grave relacionada con el calor, ya que hace que la temperatura corporal se dispare en cuestión de minutos y puede provocar incapacidad permanente o la muerte.
Este año ya se han registrado temperaturas sin precedentes en varias regiones. En marzo, algunas zonas de Argentina soportaron temperaturas de hasta 10 °C, o 18 °F, por encima de lo normal, mientras que en abril se batieron récords de altas temperaturas en amplias zonas de Asia.
“Las olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más intensos mientras el mundo siga quemando combustibles fósiles”, afirmó Friederike Otto, climatóloga del Instituto Grantham para el Cambio Climático del Imperial College de Londres, que no participó en el estudio.
Ningún lugar es seguro, señala el informe, según el cual entre 1959 y 2021 se produjeron olas de calor “estadísticamente inverosímiles”, es decir, fuera de la norma histórica, en el 30% de las regiones evaluadas. Entre ellas figura la ola de calor del noroeste del Pacífico de 2021, en la que no solo se batieron récords de altas temperaturas, sino que se dispararon por completo, terminando con la vida de cientos de personas.
En Lytton, Columbia Británica, las temperaturas alcanzaron un máximo de casi 50 °C (121 °F) en junio de 2021, batiendo el récord anterior en casi 5 grados. Pocos días después, un incendio forestal destruyó casi por completo el pueblo.
Los científicos determinaron que el suceso habría sido casi imposible sin el cambio climático.
Partes de China, incluida Beijing, y países europeos, como Alemania y Bélgica, también se enfrentan a un alto riesgo, según el informe.
Los millones de personas que viven en estas regiones densamente pobladas podrían verse gravemente afectadas por las olas de calor, aunque es más probable que estos países dispongan de recursos para mitigar algunos de los peores impactos.
El informe pide a los gobiernos de todo el mundo que se preparen para los episodios de calor más allá de las actuales temperaturas récord, por ejemplo creando centros de refrigeración y reduciendo el horario de quienes trabajan al aire libre.
Existen muchas políticas que los gobiernos pueden aplicar para salvar vidas, según Otto, entre ellas “preparar planes de gestión de las olas de calor, garantizar y poner a prueba su aplicación, informar al público sobre olas de calor inminentes y proteger a las personas vulnerables a los impactos de las olas de calor”.
Los episodios de calor sin precedentes son cada vez más probables a medida que el mundo sigue quemando combustibles fósiles, afirmó Lucas Vargas Zeppetello, investigador de la Universidad de Harvard, cuya investigación de 2022 reveló que los niveles peligrosos de calor se triplicarán como mínimo en todo el mundo a finales de siglo.
“Por definición, no sabemos lo que podría ocurrir si grandes poblaciones se vieran expuestas a un estrés por calor y humedad sin precedentes”, dijo Vargas a CNN, “pero las olas de calor de las últimas décadas ya han sido extremadamente mortales y hay serios motivos de preocupación de cara al futuro”.