(CNN Español) – Con la confirmación de la “pérdida catastrófica” del submarino Titán, otros episodios trágicos ocurridos en las profundidades de los océanos vuelven a ser tema de conversación. Cada uno de ellos capturó la atención del público debido a una mezcla de fascinación por el mundo debajo del mar, el terror ante la posibilidad de una falla a bordo de esas naves sumergidas y las dramáticas operaciones de rescate.
El cine y la literatura también echaron mano de ese patrón: desde el escritor Julio Verne y sus “Veinte mil leguas de viaje submarino” a bordo del Nautilus, hasta el director alemán Wolfgang Petersen, quien en la década de 1980 plasmó un mensaje antibélico en su película “Das Boot”, sobre lo que ocurre dentro de un submarino durante la Segunda Guerra Mundial entre un grupo de soldados a cargo de una misión.
Estas son 5 de las tragedias que involucraron submarinos en lo que va del siglo XXI y que mantuvieron al mundo en vilo.
El submarino Titán
Este jueves, cuando la Guardia Costera de EE.UU. confirmó haber hallado los restos del submarino Titán, las autoridades comenzaban a trabajar en la reconstrucción de lo que podría haber ocurrido desde la tarde del domingo, cuando se sumergió en el mar por última vez.
El Titán, operado por OceanGate Expeditions, perdió el contacto con su buque nodriza el domingo alrededor de 1 hora y 45 minutos después de su inmersión para explorar los restos del Titanic, un viaje que la compañía ofrece por precios a partir de US$ 250.000, según muestra una versión archivada de la página web de la empresa.
A bordo estaban el CEO y fundador de OceanGate, Stockton Rush, el empresario británico Hamish Harding, el multimillonario británico de origen paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, y el submarinista francés Paul-Henri Nargeolet.
El sumergible comenzó su viaje con un soporte vital estimado de 96 horas, lo que marcó una frenética búsqueda contra reloj por parte de autoridades canadienses y estadounidenses, que comenzó el mismo domingo. El jueves, finalmente, la Guardia Costera de Estados Unidos anunció la “pérdida catastrófica” del Titán. Ese mismo día, la empresa OceanGate, que operaba el submarino, dijo que creía que las personas en el Titán “lamentablemente” perdieron la vida.
El submarino KRI Nanggala-402
El 25 de abril de 2021 fueron hallados en el fondo del mar los restos de un submarino de la Armada de Indonesia que había estado desaparecido, con lo que se confirmó la muerte de sus 53 tripulantes.
Los fragmentos del submarino KRI Nanggala-402 fueron hallados flotando a unos 3,2 kilómetros de la última ubicación conocida del submarino, en el estrecho de Bali. El buque de guerra Rigel de Indonesia escaneó el área con un sonar, que usa ondas sonoras para localizar objetos, y un magnetómetro. El barco MV Swift Rescue, de Singapur, envió un vehículo operado a distancia (ROV, por sus siglas en inglés) para obtener imágenes visuales submarinas más claras.
El submarino fue encontrado a una profundidad de 850 metros y se había partido en tres partes, informó el jefe de Estado Mayor de la Armada de Indonesia, Yudo Margono.
El ARA San Juan
El 15 de noviembre de 2017 el sumbarino argentino ARA San Juan, con 44 tripulantes a bordo, hizo su último contacto. El submarino debía reportarse dos veces al día, pero en su último contacto informó que había sufrido una falla en las baterías, aunque había logrado arreglarla.
Desde ese día hasta el 2 de abril del siguiente año, unas 4.000 personas de 18 países en 28 buques y 9 aeronaves participaron en el esfuerzo por encontrar el navío, pero esa ayuda internacional se fue apagando hasta que se retiró el último buque no argentino. Los familiares de la tripulación protagonizaron una ardua lucha para que la búsqueda continúe y el submarino no quedase olvidado en las profundidades del mar, aunque con poco éxito.
Apenas unos días después del último contacto del ARA San Juan, la Armada Argentina informó que se habían detectado siete llamadas satelitales desde el submarino que no lograron enlazarse con varias bases de la Armada. Según el Ministerio de Defensa, estas llamadas indicaban que la tripulación estaba tratando de restablecer contacto.
Un día después de que se cumpliera un año de la desaparición del submarino, la Armada Argentina confirmó que halló el navío en el fondo del mar, a 900 metros de la superficie. Hasta el hallazgo, varias irregularidades salieron a la luz, como la mala calidad con la que el submarino había sido reparado en 2011.
El USS Greeneville
El submarino nuclear USS Greeneville chocó contra el barco japonés Ehime Maru el 9 de febrero de 2011, a unos 16 kilómetros al sur de Diamond Head, cerca de Honolulu. Estaba realizando una maniobra de salida a la superficie de emergencia cuando golpeó el barco. Nueve personas, incluidos cuatro estudiantes de secundaria japoneses que estaban a bordo del barco, murieron.
La embarcación japonesa de 55 metros y 500 toneladas transportaba a estudiantes de secundaria en un viaje de investigación. Fueron rescatados 26 de los ocupantes en balsas salvavidas poco después de la colisión mientras que los cuatro estudiantes, junto con tres maestros y dos tripulantes, murieron.
El accidente tensó las relaciones entre Estados Unidos y Japón, y la Marina abrió una audiencia en el tribunal de investigación sobre tres de los oficiales del Greeneville.
El submarino ruso Kursk
Una explosión de un misil a bordo fue responsable por el hundimiento del submarino de propulsión nuclear Kursk, el 12 de agosto de 2000, en las aguas heladas del mar de Barents, de acuerdo con la posterior investigación oficial rusa. El naufragio ocurrió durante un ejercicio naval dentro del círculo polar ártico.
La operación de rescate rusa se desarrolló durante los días siguientes, pero no logró establecer comunicación por radio con el barco siniestrado, y mucho menos obtener acceso para salvar a la tripulación que podría haber sobrevivido a la explosión. La ayuda internacional solo fue aceptada por el ya presidente Vladimir Putin cinco días después del naufragio. Sin embargo, los esfuerzos de los rescatistas se vieron obstaculizados por las aguas heladas, el clima tormentoso y la poca visibilidad bajo el agua.
Durante una semana, el mundo albergó la esperanza de que algunos de los 118 tripulantes pudieran haber sobrevivido tras la explosión, debido a que esta podría haber afectado solo algunos de los compartimentos de la nave. Esa esperanza finalmente se disolvió.
El manejo del desastre por parte de las autoridades rusas fue recibido con desconfianza y hostilidad por parte el público en general, y las familias de las víctimas incluso calificaron la investigación oficial como un encubrimiento, según Britannica.
En 2001, un equipo neerlandés logró extraer los restos del Kursk del mar.
Con información de Eric Levenson, Priscilla Alvarez, Gabe Cohen, Nouran Salahieh, Ignacio Grimaldi, Iván Pérez Sarmenti, Craig Francis y Masrur Jamaluddin, todos de CNN.