Washington (CNN) – Los servicios de inteligencia de Estados Unidos pudieron reunir una imagen extremadamente detallada y precisa de los planes del jefe del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, antes de su efímera insurrección, incluyendo dónde y cómo planeaba avanzar, según dijeron a CNN fuentes familiarizadas con el asunto.
Sin embargo, la información se mantuvo tan confidencial que solo se compartió con determinados aliados, incluidos altos funcionarios británicos, y no a nivel más amplio de la OTAN, según dijeron la fuentes a CNN.
No estaba claro cuándo exactamente iba a actuar Prigozhin, añadieron las fuentes. Pero parece que el oligarca decidió seguir adelante con su plan tras la declaración que el 10 de junio hizo el Ministerio de Defensa de Rusia acerca de que todas las empresas militares privadas, incluida Wagner, se verían obligadas a firmar contratos con el Ejército ruso a partir de julio y serían absorbidas esencialmente por esa agencia.
La información era tan secreta que en Estados Unidos solo se comunicó a los más altos funcionarios de la administración y a los miembros del Grupo de los Ocho del Congreso, que tienen acceso a los asuntos de inteligencia más delicados.
La reserva en torno a la información de inteligencia fue la razón por la que algunos altos funcionarios europeos y del Gobierno estadounidense quedaron sorprendidos ante el ataque de Prigozhin el viernes, y la rapidez con la que las fuerzas de Wagner entraron en Rostov del Don y subieron hacia Moscú el sábado por la mañana, dijeron las fuentes.
“Fue un control extremadamente estricto”, detalló una persona familiarizada con la información.
Algunos funcionarios de la OTAN expresaron su frustración por el hecho de que no se compartiera la información. Pero hacerlo habría puesto en peligro fuentes y métodos extremadamente sensibles, explicaron las fuentes. Tampoco se informó de antemano a las autoridades ucranianas sobre la inteligencia obtenida, dijeron los funcionarios, debido principalmente al temor de que las conversaciones entre funcionarios estadounidenses y ucranianos pudieran ser interceptadas por adversarios.
Biden pasó los días posteriores al estallido de la rebelión en Rusia hablando con sus aliados, entre ellos los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido y Canadá, así como con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. Durante esas conversaciones, compartió la información que Estados Unidos tenía sobre la insurrección, según los funcionarios, con el fin de garantizar que los líderes tuvieran una mejor comprensión de lo que sabía la inteligencia estadounidense.
“Se escondía a plena vista”
La rebelión de Prigozhin no surgió de la nada. Las autoridades de EE.UU. llevaban meses siguiendo su creciente disputa con el Ministerio de Defensa de Rusia y tomaron nota de las amenazas que intercambiaban. También había indicios de que Wagner estaba almacenando armas y municiones antes de la rebelión, según reportó previamente CNN.
El senador demócrata Mark Warner, de Virginia, presidente de la comisión de Inteligencia del Senado y miembro del Grupo de los Ocho, dijo que la rebelión de Prigozhin “casi se escondía a plena vista”.
Aún así, a los funcionarios de inteligencia estadounidenses les sorprendió la poca resistencia a la que se enfrentó el grupo Wagner.
“El Putin de hace 10 años nunca habría permitido que esto se desarrollara de la forma en que ocurrió”, dijo Warner en el programa “Inside Politics” de CNN. Y añadió que Putin está “claramente debilitado”.
“El hecho de que un grupo de mercenarios, que no creo que tuviera 25.000 soldados como afirmaba Prigozhin, fuera capaz de entrar literalmente en Rostov, una ciudad de un millón de habitantes que era el centro de mando y control de toda la guerra en Ucrania, y tomarla sin apenas disparar una bala, no tiene precedentes, como mínimo”, dijo Warner.
Múltiples fuentes dijeron a CNN que funcionarios estadounidenses y occidentales creen que las acciones de Prigozhin simplemente tomaron desprevenido a Putin y este no tuvo tiempo de desplegar sus fuerzas contra los mercenarios de Wagner antes de que el grupo consiguiera el control del cuartel general militar de Rostov. También es probable que Putin no quisiera desviar recursos importantes de Ucrania, según los funcionarios.
Sin embargo, las autoridades creen que si Prigozhin hubiera intentado tomar Moscú o el Kremlin habría perdido de forma decisiva. Es probable que por este motivo Prigozhin aceptara llegar a un acuerdo con Belarús y finalmente hiciera retroceder a sus tropas, según los funcionarios.
Un exfuncionario de la administración de EE.UU. explicó a CNN que, aunque había “tensión constante entre Prigozhin y el [Ministerio de Defensa], hubo momentos en los que a Estados Unidos no le habría sorprendido que se produjeran escaramuzas violentas, aunque localizadas”. Pero un episodio de esta envergadura no era algo que la inteligencia estadounidense hubiera previsto antes de hace unas semanas.
Biden dijo este lunes que había dado instrucciones a los miembros de su equipo de seguridad nacional para que se prepararan ante una “serie de escenarios” mientras se desarrollaba la insurrección. La Casa Blanca declinó posteriormente explicar qué escenarios se habían estudiado, pero personas familiarizadas con el asunto dijeron que se había evaluado una amplia gama de contingencias, incluida la posibilidad de que Prigozhin pudiera llegar a Moscú.
Una vez que Prigozhin lanzó su rebelión, altos funcionarios estadounidenses empezaron a apresurarse para conectar con aliados y socios y reiterar un mensaje clave: que Occidente debía permanecer en silencio y no dar a Putin ninguna oportunidad de culpar a Estados Unidos o a la OTAN de la rebelión.
En privado, los funcionarios estadounidenses insistieron al Gobierno de Rusia que Estados Unidos no tenía nada que ver con la revuelta y le instaron a mantener la seguridad de su arsenal nuclear.
“No agitar las aguas”
El sábado, antes de que Prigozhin renunciara a su empeño, se produjeron contactos con funcionarios ucranianos por parte de aliados a distintos niveles, advirtiéndoles que no aprovecharan el caos para golpear dentro de Rusia, según un funcionario de Occidente.
La preocupación era que se considerara que Ucrania y Occidente ayudaban a Prigozhin y amenazaban la soberanía rusa.
“El mensaje era no agitar las aguas”, explicó el funcionario, añadiendo que el mensaje se transmitió al nivel del ministro de Relaciones Exteriores, legisladores y a través de embajadores.
“Es un asunto interno de Rusia”, dijo el funcionario que se comunicó a las autoridades ucranianas, replicando lo que EE.UU. y otros funcionarios de Occidente habían dicho públicamente. “Los aliados estaban advirtiendo a los ucranianos que no provocaran la situación. Aprovechen las oportunidades en territorio ucraniano, pero no se metan en asuntos internos ni ataquen activos militares ofensivos dentro de Rusia”, agregó.
En la guerra, se sospecha que Ucrania está realizando un número creciente de ataques transfronterizos encubiertos y sabotajes contra instalaciones militares rusas, e incluso un ataque con drones contra el Kremlin. Las fuerzas ucranianas han bombardeado la región rusa de Belgorod, cerca de la frontera entre ambos países.
“Simplemente no se quiere alimentar la narrativa de que esto fue iniciativa nuestra”, dijo el funcionario. “Es lo que siempre quisieron los rusos, demostrar que hay amenazas a la soberanía rusa”.