Nueva York (CNN) – Cientos de miles de pasajeros en Estados Unidos se han quedado varados esta semana por el mal tiempo, que ha generado la inmovilización de aviones y la cancelación de vuelos.
Pero las tormentas fueron apenas uno de los factores detrás de esta pesadilla. La escasez de personal, tanto en las aerolíneas estadounidenses como en las operaciones de control del tráfico aéreo de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), empeoró la situación.
El panorama en los aeropuertos estadounidenses mejoró ligeramente este miércoles. A las 2:44 pm ET, el servicio de seguimiento FlightAware informaba que había casi 850 vuelos cancelados y otros 3.500 retrasos. Las tormentas en la zona de Boston provocaron una parada en tierra a primera hora del miércoles, manteniendo a los aviones con destino al aeropuerto de Logan en la puerta de embarque o en la pista en aeropuertos de todo el país.
Aunque esta cifra es mejor que los 2.200 vuelos cancelados en cada uno de los dos últimos días, o los más de 16.000 vuelos retrasados entre el lunes y el martes, difícilmente se describiría como una operación fluida.
Falta de personal
El sistema de transporte aéreo estadounidense es incapaz de recuperarse rápidamente de los problemas meteorológicos generalizados porque carece de personal para hacer frente a las interrupciones.
A pesar de los US$ 54.000 millones que los contribuyentes destinaron a las compañías aéreas para mantenerlas con vida durante la pandemia, la mayoría de ellas redujeron considerablemente su personal durante el primer año de la crisis por covid-19, cuando se desplomaron los viajes aéreos y las tarifas. No se les permitió despedir involuntariamente al personal, pero sí ofrecieron bajas indemnizadas y paquetes de jubilación anticipada. Muchas dejaron en tierra de forma permanente los aviones más viejos y menos eficientes. La recontratación de personal ha llevado más tiempo del previsto.
El resultado ha sido que la capacidad de las aerolíneas nacionales estadounidenses, medida por el número de asientos disponibles ajustados a las millas voladas, sigue siendo un 10% inferior en el trimestre actual en comparación con el segundo trimestre de 2019, antes de la pandemia, según datos de Cirium, una firma de análisis de aviación.
Y cuando se producen problemas, encontrar asientos para los pasajeros cuyos vuelos han sido cancelados se convierte en un problema, sobre todo en los periodos de mayor afluencia de viajeros.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) prevé que este viernes, al comienzo del fin de semana festivo del 4 de julio, sea el día de mayor tráfico aéreo desde el inicio de la pandemia.
Ed Bastian, CEO de Delta, declaró este martes que la situación es mejor que el verano boreal pasado. Sin embargo, admitió ante los inversores que su aerolínea “todavía no funciona tan bien como debería. Podemos hacer mejoras. Mejoras sustanciales, respecto a donde estábamos el verano pasado”.
Problemas de la FAA
Por su parte, el CEO de United culpó a la escasez de personal de la FAA, que, según dijo, limita el número de vuelos que entran y salen de los principales centros de población, como los tres aeropuertos de Nueva York y sus alrededores. Debido a su centro de operaciones en el aeropuerto de Newark, United ha sido la más afectada por las cancelaciones y retrasos de vuelos durante la crisis actual.
“La FAA nos ha fallado este fin de semana”, declaró el CEO de United Airlines, Scott Kirby, en una nota interna de la compañía compartida con CNN. La aerolínea canceló 461 vuelos el sábado y el domingo pasados y retrasó otros 1.972, según datos del sitio de seguimiento de vuelos FlightAware.
Kirby dice que, el sábado, la FAA redujo las tasas de llegada a su principal centro en el Aeropuerto Internacional Newark Liberty en un 40% y las tasas de salida en un 75%, lo que fue “casi con toda seguridad un reflejo de la falta de personal/menor experiencia en la FAA”.
“Provocó retrasos masivos, cancelaciones, desvíos, así como tripulaciones y aviones fuera de posición”, dijo Kirby. “Y eso hizo que todos llevaran las de perder cuando el mal tiempo realmente golpeó el domingo y se agravó aún más por la escasez de personal de la FAA el domingo por la noche”.
En la nota, Kirby fue cuidadoso al decir que los actuales dirigentes de la FAA no crearon los actuales problemas de personal, pero que tienen que hacerles frente. “Para ser justos, no es culpa de los actuales dirigentes de la FAA”, escribió, pero añadió que “son responsables de resolver el problema que heredaron”.
La FAA no tuvo mucha respuesta a las críticas de Kirby, aparte de decir: “Siempre colaboraremos con cualquiera que esté seriamente dispuesto a colaborar con nosotros para resolver un problema”, según un portavoz.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, dijo este miércoles en un acto no relacionado en Carolina del Sur que los problemas son menores que hace un año.
“Creo que es un reflejo de la mejora de las compañías aéreas. Quiero reconocerles el mérito. Pero está claro que queda mucho camino por recorrer”, afirmó. Señaló al mal tiempo como principal culpable, y declinó hacer ningún comentario sobre las quejas de United acerca de los problemas causados por la FAA y su sistema de control del tráfico aéreo.
“Vamos a trabajar en todo lo que esté bajo el control de la FAA, y en todo lo que esté bajo el control de las aerolíneas, éstas deben asumir su responsabilidad”, declaró.
Dijo que había tenido sus propios problemas para llegar a Carolina del Sur, con un vuelo cancelado y otro retrasado por lo que su llegada fue hasta las 2:30 de la madrugada.
“Muchos estadounidenses están pasando por lo mismo”, afirmó.
Los sindicatos se manifiestan
Pero uno de los principales sindicatos de United dijo que el problema no era solo de la FAA, sino también de la dirección de United.
“Los niveles de frustración son altos y parece como si no hubiera solución a la vista, especialmente para aquellos que han estado de servicio durante largos períodos de tiempo”, dijo la Asociación de Auxiliares de Vuelo en un memorando compartido con CNN.
El mensaje del sindicato enviado este lunes a sus miembros cita tiempos de espera de horas con los programadores de tripulaciones de la compañía, insinuando problemas que van más allá de la dotación de personal de control del tráfico aéreo.
“Debido a que los tiempos de espera superan actualmente las 3 horas, ya que la programación de la tripulación trabaja para actualizar las tripulaciones en orden cronológico, estamos trabajando para encontrar soluciones para aliviar parte del retraso”, dice el memorando.
Preguntada por las quejas de los auxiliares de vuelo, United respondió: “Asegurarnos de que nuestros auxiliares de vuelo puedan ponerse en contacto con nosotros rápidamente es una prioridad absoluta. Hemos desplegado todos los recursos disponibles para ponernos al día con el volumen de llamadas, incluido el aumento de personal en la programación de tripulaciones y las horas extraordinarias obligatorias en el equipo de programación. También tenemos formas de que los auxiliares de vuelo puedan registrarse electrónicamente para viajes y cambios de horario”.
Frustración creciente
Pero esto no sirve de consuelo a los pasajeros que, una vez más, quedan a merced de un sistema de transporte aéreo que no funciona.
Paul Thacker dijo a CNN que voló de Madrid al centro de United en Newark este lunes, solo para descubrir que su vuelo de conexión a Toronto había sido cancelado. Pasó la noche del lunes durmiendo en el suelo del aeropuerto tras no poder encontrar un hotel.
“Mi maleta está facturada para ir a Washington, así que no tengo ropa ni artículos de aseo”, declaró Thacker a CNN este martes. “Finalmente me rendí y reservé un Greyhound a Toronto. No tengo ni idea de dónde voy a dormir esta noche y no tengo ropa. Necesito un hotel y una tienda para poder cambiarme de ropa”.
Michelle Maciel contó a CNN que estuvo 7 horas en espera en una llamada intentando volver a reservar un vuelo de Denver a Portland, Oregon, después de que su vuelo de la noche anterior fuera cancelado en mitad de la noche tras numerosos retrasos.
“Fue exasperante”, dijo sobre la desconexión de la llamada. “No tengo ni idea de dónde está mi equipaje. No hay nadie a quien preguntar a menos que espere en otra llamada durante varias horas. No puedo creer que tenga 53 años, haya pagado un pasaje y haya dormido en el suelo. ¿Cómo es posible que esto nos parezca bien?”.
– Pete Muntean y Gregory Wallace contribuyeron con este reportaje.